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La ‘guerra’ de los telediarios

Telecinco rompe la hegemonía de TVE en el horario estelar La cadena pública planea dejar varias corresponsalías extranjeras en manos de la agencia Efe

Rosario G. Gómez
Pedro Piqueras, director de Informativos de Telecinco.
Pedro Piqueras, director de Informativos de Telecinco.

¿Es noticia que un perro monte en patinete, haga equilibrios sobre una pelota y pedalee subido a una bici? Para TVE, sí. Y además merece un hueco en los titulares del Telediario-1. Este ejemplo, de ayer, muestra la deriva hacia la frivolidad y nadería de los programas informativos. El infoespectáculo, que parecía patrimonio de las privadas, se ha trasladado a las públicas. Ya se sabe que los noticieros son productos caros y difícilmente rentables, pero ahora ya no se busca, como en otros tiempos, el prestigio sino la audiencia (en el caso de las públicas, también contentar al Gobierno de turno).

Con más recursos que ninguna privada, TVE es líder en los informativos desde hace 63 meses, pero tan poderosa hegemonía empieza a tener grietas: el Telediario-2 ya no es el más visto a las nueve de la noche. Telecinco le arrebató el mes pasado la primacía, a pesar de los trucos usados por TVE para arañar unas míseras décimas de audiencia. Desde hace pocas semanas va desgajando los titulares —un bloque de cinco minutos en el que se concentra menos público— para que contabilicen como una emisión autónoma. Esta técnica le permite aumentar ligeramente la audiencia del resto del programa, el telediario propiamente dicho.

Telecinco y TVE pelean en un pañuelo, aunque Antena 3 empieza a plantar cara durante el fin de semana. En los días laborables, la victoria a las tres de la tarde se decanta del lado de TVE-1, con 2.449.000 espectadores, seguida de Antena 3 (2.053.000) y Telecinco (2.036.000), según el último informe de la consultora Barlovento Comunicación. La edición de las nueve de la noche es para Pedro Piqueras (Telecinco), con 2.598.000 seguidores, frente a los 2.428.000 de Marta Jaumandreu (TVE-1) y los 2.061.000 de Matías Prats (Antena 3).

EL PAÍS

El declive de la cadena pública ha coincidido con el cambio en la cúpula de los Servicios Informativos. Una de las primeras medidas del PP fue relevar a Fran Llorente y nombrar a Julio Somoano, que a su vez sustituyó de un plumazo a los presentadores (solo se salvó Ana Blanco, en la edición de las 15.00 desde hace dos décadas). Gracias a la herencia recibida, la televisión estatal conserva el liderazgo global de los telediarios si se ponderan las medias de las ediciones de sobremesa y noche, de lunes a domingo. También juega a su favor el hecho de que sus noticieros tengan una duración mucho mayor que sus rivales.

Pese a todo, Telecinco ha tomado la delantera en el horario estelar, algo que no ocurría desde 2009. Su jefe de Informativos explica las claves del éxito. “No nos casamos con nadie; políticamente estamos al margen de cualquier afiliación. Damos al público lo que le interesa y lo que, como periodistas, creemos que le debe interesar”, dice Piqueras. La cadena apuesta también por el ritmo: que el noticiero tenga una cadencia y sea creativo. En cuanto a los contenidos, la política ha dado paso a la economía y a los temas sociales. “Prima”, según Piqueras, “el relato social, historias de gente que sufre las consecuencias de la mala política”.

Las cadenas tienden a incluir cada vez más temas intrascendestes, a menudo rescatados de YouTube. La corporación RTVE asegura que huye de este modelo. “No podemos caer en la frivolidad ni en las noticias sensacionalistas que se dan en otras cadenas y que van más al hígado que al cerebro”, dijo un portavoz de la corporación el viernes, antes de que se emitiera el vídeo del can malabarista. RTVE sostiene que está obligada a ser plural “desde un punto de vista político” y a contar “lo que pasa en el resto del mundo”.

De hecho, una de las patas de sus telediarios es la información internacional que suministra la extensa red de corresponsales en el exterior. Si bien en estos tiempos de ajustes y ahorros TVE se propone cambiar de estrategia. Algunas corresponsalías se cerrarán y pasarán a ser cubiertas por periodistas de la agencia Efe. “No será algo generalizado. Se contarán con los dedos de una mano”, apunta el mismo portavoz, que cita las plazas de Centroamérica, algunas de América del Sur y África entre las que serán ocupadas por la agencia estatal. “Al fin y al cabo ambas sociedades somos hijos del mismo padre: la SEPI”, añade.

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