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Tentaciones
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Tame Impala, ‘Lonerism’

Además de la simpatía que despierta el personaje que lo presenta, el disco tiene canciones, un bien escaso que tendemos a malgastar Parker logra hacerse un hueco en un terreno, el del pop psicodélico, ya desde hace décadas reducido a manual de uso

Xavi Sancho

Estar solo es una de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida. Lo que muchos no entienden es que para disfrutar la soledad no es necesario odiar al mundo, y que, en ocasiones, es incluso disfrutable cuando uno no se soporta a sí mismo. Además, la soledad es uno de los estados que más posibilidades de esparcimiento proporciona al ser humano. Solo, uno puede desde eructar con la boca abierta a escuchar a toda pastilla discos de Throbbing Gristle. Solo, uno puede olvidar la higiene y pedirse una pizza con anchoas. Solo, uno puede hablar solo. Por mucho que insistieran los griegos y los romanos, el ser humano no está hecho para vivir en sociedad, y cualquiera que haya cogido un metro a las ocho de la mañana sabe eso. No tenemos nada en contra de amigos y familia, algunos miembros de estos dos colectivos hasta nos caen bien. Pero preferimos estar solos. No es nada personal.

Género: Pop psicodélico

Título: Lonerism

Sello: Modular

Año: 2012

Puntuación: 4

Kevin Parker, el tipo de 25 años que se esconde tras Tame Impala, vive en Perth, un lugar que parece estar lejos de todo, y adora consumir estupefacientes en soledad, escribir canciones sobre su incapacidad para relacionarse con otros miembros de la raza humana y luego grabarlas como si Tomorrow never knows fuera obra de un hipster ensimismado y no de un hombre que incluso cuando se metía en la cama con su mujer sentía que debía llamar a un fotógrafo para que certificara su inmortalidad.

En apariencia, este Lonerism no es más que otro ejercicio de psicodelia de manual, un estudio sobre cómo hubiera sido el mundo en los 70 si los Beatles en vez de separarse hubiesen cambiado de proveedor. También se puede entender este álbum como otra muestra del trabajo del productor solo en su habitación, del individualista que no pertenece a ninguna corriente, del soñador que transita por el mundo en estado de vigilia, sin prestarle demasiada atención a nada en particular más allá de sí mismo y su Iphone. Pero lo cierto es que Parker construye aquí un disco que musicalmente es mucho más que una obra revisionista, y conceptualmente logra hacer del individualismo algo con lo que se puede sentir empatía. No es un misántropo, simplemente, ha llegado a la conclusión que está mejor solo. Los hipsters le adoran, y a los que siempre nos ha interesado la psicodelia tanto como la cría de moluscos en Mar Jónico, nos tiene fascinados.

"Los hipsters le adoran, y a los que siempre nos ha interesado la psicodelia tanto como la cría de moluscos en Mar Jónico, nos tiene fascinados".

Además de la simpatía que despierta el personaje que lo presenta, el disco tiene canciones, un bien escaso que tendemos a malgastar. Desde el glam trotón de Elephant hasta el pop expansivo de Why won’t they talk to me?, pasando por esa maravilla lennoniana que es Feels like we only go backwards. A pesar de que su tendencia a la digresión le juega alguna mala pasada durante el minutaje del disco, Parker logra hacerse un hueco en un terreno, el del pop psicodélico, ya desde hace décadas reducido a manual de uso. Y triunfa porque, más que pensar en cómo lo haría Jerry Garcia, el australiano parece concentrarse en qué hubiera pasado si Revolver lo hubiesen producido Matthew Dear o James Murphy. En una época en la que la mayoría de la música creada es algo que ya has oído mil veces y la única peculiaridad de casi todo lo que se presenta como innovador es que necesita mil escuchas para ser asimilado, la aparición de este disco tal vez no nos servirá para pensar que otro futuro es posible, pero igual sí logra que creamos que otro pasado sí lo es.

Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordará de él; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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