Alfred Lichter, polifacético artista de la abstracción
El pintor y escultor alemán llevaba 30 años afincado en Mallorca
Alfred Lichter había cumplido ya 65 años cuando llegó a Mallorca en 1982, pero el artista alemán no se limitó a disfrutar del sol y el mar y siguió ampliando su ya de por sí abundante obra. Afincado en la localidad de Alaró desde hacía 30 años, Lichter falleció el pasado 3 de noviembre en su domicilio a los 95 años.
El pintor y escultor estuvo activo hasta poco antes de su muerte; de hecho, se encontraba trabajando en su nueva creación pictórica, unos juegos de manchas y trazos en policromía en gran formato, según informó un comunicado de la fundación que lleva su nombre.
La Fundació Lichter Alaró fue inaugurada en diciembre de 2011, está presidida por el también alemán Bernd Pederzani y cuenta con la viuda de Lichter, Gabrielle, en la vicepresidencia. Ubicada en una antigua fábrica de zapatos, el edificio alberga cerca de un millar de obras del artista. La fundación está ultimando una exposición colectiva con obras del propio Lichter y varios artistas mallorquines, un proyecto que seguirá adelante a pesar de la muerte del alemán.
Alfred Lichter nació en Kónigshütte (Alemania) en 1917. En su adolescencia fue aprendiz de litografía y en 1935 obtiene una beca para estudiar en la Escuela Superior Gráfica de Berlín. Más tarde pasó por la Academia de las Artes de la capital alemana, donde estudió pintura con el maestro Max Kraus. El servicio militar primero y la II Guerra Mundial después frenaron su formación. Lichter combatió en Francia, Polonia y Rusia, aunque durante la contienda consiguió un permiso de seis meses para proseguir con su formación. Sin embargo, tuvo que regresar al frente y fue hecho prisionero por los aliados.
Tras su liberación, en 1946, el artista fue creando su camino dentro de la escultura y la pintura, a la vez que viajaba por todo el mundo. Lichter congenió con diferentes movimientos artísticos, su propio estilo ha caminado de la figuración a la abstracción. Una de sus obras más reconocidas es la escultura de poliuretano Capriccio, que se expuso en 2006, un claro ejemplo de cómo la obra del artista alemán derivó hacia la abstracción. Otros trabajos destacados de Lichter son Windows, Spuren y Cartas a Godot.
Los últimos proyectos del artista fueron la creación de una etiqueta para un vino y la presentación de un concurso de pintura para niños de preescolar en Mallorca.
