Electric Nana, ‘beats’ entre ‘Mujercitas’ y los juegos de rol

“Hola, soy Carlos Jean”. “Hola, soy Mónica Vázquez”. Con este intercambio de mensajes privados en la red social Twitter echó a andar la carrera musical de Electric Nana, el nombre artístico de Mónica Vázquez, una madrileña nacida en 1987 y que junto al músico y productor Carlos Jean ha compuesto temas como Lead the way, número 1 en ventas en la tienda online iTunes. Ahora Electric Nana publica tres nuevas canciones (Playground / Yes / Très mien), siempre en Internet, con referencias en mente como Sigur Rós y Daft Punk, entre otros. Lo de lanzar un elepé tradicional como que de momento no se lo plantea…

“En los años cincuenta y sesenta los artistas no sacaban tantas canciones por álbum, eso vino después y era un poco engañar a la gente. Se publicaban discos con 15 canciones y a lo mejor solo había buenas tres o cuatro. Ahora con internet la gente puede seleccionar. Que el imbécil lo hagan otros”, comenta Vázquez al otro lado de la línea telefónica (donde la semana pasada libraba un arduo combate con un catarro).

Electric Nana (el nombre viene de un anime japonés y del tarareo de la gente, nananana…) es en buena medida producto de la casualidad. Si antes los descubrimientos de nuevos talentos se hacían mediante maquetas en cassette o se los cazaba tocando en el metro y fiestas populares, el de Mónica Vázquez es un caso más bien de la generación 2.0. Carlos Jean comenzaba a desarrollar el proyecto Plan B, en el que solicitaba por Internet que la gente compusiera temas sobre bases rítmicas creadas por el productor.

Lo que pretendemos es llevar al público a una determinada atmósfera

Mónica entró al trapo una noche, cuando vio el reto de Carlos Jean en Twitter. Ella compone sus propias maquetas en casa (“me paso horas trabajando”) y aquello pegaba mucho con su forman de producir: primero una base, luego una melodía y luego pulir el material. “Para mí lo de Carlos Jean más que un reto era una diversión”. En una hora le mandó una canción y se fue a dormir porque al día siguiente tenía que trabajar (era profesora de inglés en una academia del método Vaughan). Cuando volvió a casa, ahí estaba el mensaje de Carlos Jean. Quería colaborar con ella.

En una escena musical plagada de chicas con guitarra, no hace falta citarlas, Mónica se distancia. “Yo no hago folk directamente. No soy tan intimista, soy algo más frívola y mezclo de todo, electrónica, pop…”. La ristra de influencias continúa, su objetivo es recuperar “el pop atmosférico europeo de los ochenta pasado por el filtro de los noventa”. Ahora se fija en los suecos Sound of Arrows y siempre en David Bowie y el belga Plastic Bertrand.

Pero claro, algo de chica-con-guitarra también tiene y se declara una romántica irredenta. La culpa es dos pelis que le marcaron desde pequeña: Sonrisas y lágrimas y Mujercitas… y también Una noche en la ópera: “De Groucho me fascina cómo supo diferenciar su personalidad de la de su personaje”. Lo dice una joven con seudónimo y el pelo rosa, algo sabrá.

Aficionada a la fantasía heroica y a la ciencia ficción, también cita a la saga de la Guerra de las galaxias, al Señor de los anillos y a la Historia interminable como puntos de referencia. No en vano considera que trabajar con Carlos Jean es como haberse agenciado en un juego de rol “una de esas espadas con las que tienes superpoderes”.

No es que Electric Nana no se plantee lanzar un álbum. “Tengo muchas canciones, de hecho en directo podría cantar durante horas, pero lo que pretendemos es llevar al público a una determinada atmósfera. Cuando llegue el momento ya me pensaré lo del álbum”.

De momento, quien quiera verla en directo, tiene unas cuantas oportunidades en las próximas fechas.