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Tentaciones
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Toundra: ‘III’

"Reconforta comprobar que, al igual que en otros territorios musicales patrios, también en el del rock progresivo se pueden parir obras sin aristas"

No pasa nada. III, el nuevo disco de los madrileños Toundra es un gran álbum. Importante. Su producción, impecable. El virtuosismo de sus componentes, intachable. En definitiva, la factura es homologable a la de cualquier producción internacional. Lanzarse a desarrollar un proyecto como este, un grupo que elabora música instrumental con canciones que no bajan de los cinco minutos, requiere altas dosis de confianza en uno mismo. Y de autosuficiencia. Reconforta comprobar que, al igual que viene sucediendo en otros territorios musicales patrios, también en el ámbito del rock progresivo se pueden parir obras sin aristas. O casi sin ellas. Porque a Toundra, en esta crítica, nos vamos a empeñar en sacarle alguna.

Género: progresivo

Título: III

Sello: Aloud Music

Año: 2012

Puntuación: * * * 1/2

Ya lo decíamos, no pasa nada, III (Aloud Music) es un discazo, pero debe mucho a bandas como Tool, Explosions In The Sky, a los Mogwai más sombríos y, sobre todo, le debe mucho a ISIS, a los ISIS de In the absence of truth, un disco de hace seis años (Ipecac Recordings, 2006). Y no pasa nada, pero hay que decirlo: han logrado emular a la perfección los guiños y giros de esos grupos profundos, ambiciosos y con un punto de afectación. Pero también han ido más allá (y eso también hay que decirlo).

Sucede a menudo que en el corral musical español el que consigue emular a una referencia extranjera cosecha aclamación unánime. A veces ocurre porque el que aclama no sabe reconocer el carácter de émulos de los aclamados. Pasó con Sôber y su deuda con Tool, con Hamlet y su deuda con Pantera y luego con el Nu-Metal… Pasa en el cine y en las series de televisión. Se toma por original lo que es copia. Al que llegue a Toundra sin el bagaje necesario quedará deslumbrado por la belleza de este álbum.

III encierra no obstante momentos de auténtica originalidad. No desde luego el manido recurso de introducir un tema (Cielo negro) con sonidos de tormenta, ni tampoco algunas progresiones previsibles de Ara Caeli y en algún otro tema (estructuras reconocibles para cualquier amante del metal y cuya excesiva recurrencia en algún corte hacen pensar en si no estaremos ante los típicos extravíos musicales propios de las sesiones de ensayo desbocadas). Afortunadamente, al ser temas largos, hay pasajes soberbios (donde de verdad se ha meditado la estructura) que absuelven a los menos logrados.

Donde Toundra de verdad son ellos y nadie más es en Requiem. Allí la sección de cuerdas gana entidad para dejar de ser un mero arreglo que sirva de peralte emocianal al resto. Este corte de 5 minutos y 35 segundos podría fácilmente inaugurar un género que habría que llamar algo así como americana progresiva. Es una puerta abierta que permitiría que Toundra, en el futuro, escapara de la tutela de otras bandas y volara por libre. Y muy alto. A ellos les toca elegir.

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