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Visita guiada al museo de historia de los grandes robos

Repasamos algunas de las más sonadas sustracciones de la historia del arte, desde 'La Gioconda' al Códice Calixtino

'El grito', de Munch, un clásico para los amantes del arte ajeno
'El grito', de Munch, un clásico para los amantes del arte ajeno

1911: el más grande entre los grandes (aunque no por su tamaño), La Gioconda de Leonardo Da Vinci, fue sustraído del Museo del Louvre el 21 de agosto de 1911. Dos años después se cazó al responsable: el empleado de la institución Vincenzo Peruggia, que ha pasado a la historia por su dudosa hazaña. A sabiendas de que la galería se encontraría cerrada el día en que finalmente sustrajo la valiosísima pieza, se quedó escondido el día anterior en el interior del edificio. Disfrazado de trabajador, descolgó el cuadro del Salon Carré, donde entonces se mostraba, y lo sacó del Louvre aprovechando el descuido de un guarda de seguridad.

1934: El Políptico de Gante, una obra maestra del siglo XV realizada por los hermanos Van Eyck, fue robada en 1934 posiblemente por Arsène Goedertier, que mandó varias cartas pidiendo un rescate por su devolución. Compuesta por dos paneles, la pieza continúa coja: aunque el izquierdo apareció, el derecho nunca lo hizo, y a día de hoy se muestra una copia realizada en 1945 por Jef Vanderveken.

1945: Un soldado estadounidense robó ocho objetos medievales que se habían encontrado en una mina en Quedlinburg (Alemania), escondidos del saqueo sistemático que los nazis perpetraron entre 1939 y 1945. Las piezas se recuperaron en 1980, a la muerte del ladrón.

1976: Nada menos que 119 piezas de la última época de Picasso, entre dibujos, pinturas y otros, desparecieron del Palacio de los Papas, en Aviñón (Francia).

1994: Cuatro hombres se colaron en la Galería Nacional de Oslo, en Noruega, y se llevaron una de las varias versiones que existen de El Grito, el famoso cuadro de Edvard Munch. El grupo se permitió además el lujo de dejar una nota de agradecimiento por la falta de medidas de seguridad. La pintura apareció un año después. Con todo, aquel no fue el último intento de hacerse con la icónica imagen. En 2004, dos personas sustrajeron a plena luz del día, y entre visitantes, dos cuadros del pintor expresionista de su propio museo, en Oslo. El grito y Madonna aparecieron dos años después, en 2006, aunque la policía nunca llegó a aclarar las circunstancias de su recuperación.

2005: un camión y un coche entraron por la noche en el jardín de la Fundación Henry Moore en Much Hadham, al norte de Londres, y con una grúa cargaron en el camión la escultura A reclining figure, de Moore, valorada en 4,5 millones de euros y con un peso de 2,1 toneladas.

2008: Un trío de ladrones armados irrumpieron en pleno horario de visitas en la Fundación Emil Bührle de Zúrich, en Suiza. Como si de una película se tratara, obligaron a los presentes a echar cuerpo a tierra y, ante sus ojos, sustrajeron cuatro cuadros de Cézanne, Van Gogh, Degas y Monet, valorados en 112 millones de euros.

2010: Un encapuchado se coló de noche por una ventana en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París y, a golpe de cúter, se llevó Le pigeon aux petits pois, de Pablo Picasso; La pastorale, de Henri Matisse; L'olivier près de l'Estaque, de Georges Braque; La femme à l'éventail, de Amadeo Modigliani, y Nature morte aux chandeliers, de Fernand Léger, un botín valorado en 500 millones de euros. Ni saltó la alarma ni los vigilantes se enteraron de nada: el golpe salió redondo, a excepción de unas cámaras de seguridad, que grabaron la escena.

En España

1981: Erik el Belga, uno de los ladrones más prolíficos del siglo XX, fue acusado de robar el cuadro Encuentro de Cristo con los discípulos de Emaús de El Greco, en el asalto al Museu Balaguer. La obra fue recuperada en 1987, después de pasar 18 meses en un depósito de la Policía británica.

2001: En plena noche, un grupo de encapuchados consiguió entrar en la residencia madrileña de la empresaria Esther Koplowitz. Para ello no tuvieron que utilizar ganzúas ni butrón: les bastó con llamar al timbre. Al abrir, el empleado de seguridad fue noqueado, maniatado y amordazado. Entretanto los criminales hicieron acopio de los objetos valiosos que encontraron, que posteriormente cargaron en una furgoneta.

2006: el arte español se desplazó a EE UU para ser mostrado en la exposición Del Greco a Picasso, que presentaba 135 obras en el Museo Guggenheim de Nueva York. En el traslado de las piezas del museo de Arte de Toledo (Ohio) al Guggenheim, Niños en el carretón, de Goya, desapareció del camión que la transportaba a su paso por Pensilvania. La muestra neoyorquina tuvo que inaugurarse con una obra menos. Aunque esta finalmente se encontró, si bien el FBI, encargado del caso, nunca aclaró exactamente las circunstancias. 

2007: Otro de los casos más controvertidos fue el robo, en agosto de 2007, de dos mapamundis grabados e ilustrados en la Sala Cervantes de la Biblioteca Nacional (BNE), sólo disponible para investigadores. Estos dos "cuadernillos" formaban parte de sendos ejemplares de la obra Ptolomeo Cosmografía, en una edición incunable de 1482. Además, el robo supuso el cese de Rosa Regás, directora de la BNE en ese momento.

2010: En diciembre de 2010, tres encapuchados robaron un camión en un polígono de Getafe que tenía las llaves puestas. Tuvieron, eso sí, que forzar la puerta del local, pero, después, se encontraron con todo listo para la acción. El furgón acaba de llegar de Alemania cargado con obras de- entre otros- Botero, Chillida, Saura o Tàpies. La Policía intuyó que era un encargo debido a la rapidez con que cometieron el acto.

2010: Uno de los robos de mayor envergadura que ha ocurrido en España no nos lleva a ningún museo ni a obras de gran calado, sino a la Ermita de Sant Martí de Castellart, en Quart (Gerona), de la que sustrajeron una campana que pesaba 100 kilos. El alcalde pidió ayuda a los vecinos que pudieran haber oído algo y se sorprendió de cómo podían haberla robado. En esa misma ermita, del siglo XVIII, ya habían entrado para llevarse el cableado y una pila bautismal. El robo se produjo en marzo de 2010 y al poco tiempo descubrieron al ladrón, que alegó habérsela encontrado.

2010: al volver de una salida con niños que iban a tomar la comunión, el cura de la iglesia de Pals (Baix Empordá, Gerona) se dio cuenta de que faltaba el San Pedro de la cruz principal del templo. Alguien había sustraído esta escultura barroca de madera de nogal arrancándola de los clavos que la sujetaban. La figura medía casi un metro y era del siglo XVII.

2011: Una de las desapariciones de obras más surrealistas de los últimos tiempos tiene como protagonistas un Códice Calixtino del siglo XII y al electricista de la catedral de Santiago, donde se guardaba. Tras un año en el limbo, el valioso libro apareció en el garaje del ladrón, Manuel Fernández Castiñeiras, que lo había sustraído, dice, por encargo del deán del templo.

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