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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Antonio Nazaré merece mejor suerte

No tuvieron toros para el lucimiento, especialmente el primero

Antonio Lorca
<STRONG>PEREDA/DÍAZ, TEJELA, NAZARÉ</STRONG>. "No tuvieron toros para el lucimiento, especialmente el primero"
<STRONG>PEREDA/DÍAZ, TEJELA, NAZARÉ</STRONG>. "No tuvieron toros para el lucimiento, especialmente el primero"Eduardo Abad (EFE)

Es curioso y preocupante el caso del torero Antonio Nazaré. Triunfó en la Feria de Abril de Sevilla y no le sirvió de nada; sorprendió en los Sanfermines y siguió en el paro. En total, solo ocho corridas, la mayoría de ellas en plazas de primera. Sin duda alguna, la suerte le es esquiva; o la justicia taurina se ha olvidado de él, o alguien importante le está pasando factura por vaya usted a saber qué cosa. Lo cierto es que no se comprende que un torero con condiciones, valeroso y con calidad en las muñecas, pase las tardes toreando de salón y alimentando sueños mientras muchos otros, -pero muchos-, con menos capacidad están anunciados en todas las ferias. Este es otro de los misterios de esta fiesta cuajada de oscuras aristas por las que se escapan ilusiones de jóvenes toreros que se encuentran con las puertas cerradas sin razón que lo justifique.

Volvió Nazaré a Sevilla en el cierre de la temporada y demostró otra vez lo que lleva dentro: buenas maneras, temple, sentido del gusto y torería. Lo anunció en el quite por ceñidas y vistosas chicuelinas que le hizo al segundo toro de la tarde, y lo cantó, después, ante el tercero, -un toro bravo en el caballo y noble y bonancible en la muleta-, al que muleteó con largura, suavidad, ligazón y personalidad por ambas manos. No mató bien, pero un público especialmente cariñoso le concedió una oreja que ojalá le sirva para la temporada que viene. Volvió a lucirse con el sexto, un animal sin clase, ante el que mostró un extraordinario deseo de triunfo para que no se olvide que es un torero válido que merece más oportunidades.

PEREDA/DÍAZ, TEJELA, NAZARÉ

Toros de José Luis Pereda, bien presentados, mansones, blandos, sosos y descastados. Destacó el tercero por su nobleza.

Curro Díaz: estocada que asoma, seis descabellos y el toro se echa (silencio); pinchazo y estocada desprendida (silencio).

Matías Tejela: estocada baja (silencio); media estocada (silencio).

Antonio Nazaré: estocada tendida y dos descabellos (oreja); tres pinchazos y estocada tendida (ovación).

Plaza de la Maestranza. Cierre de la temporada. 12 de octubre. Menos de media entrada.

Distinto fue el caso de sus compañeros de terna, Curro Díaz y Matías Tejela. No tuvieron toros para el lucimiento, especialmente el primero, pero dieron la impresión de que no es la motivación una condición que hayan mantenido hasta el final del año. Díaz, torero elegante donde los haya, se desesperó ante el muy soso primero, un toro con el destino equivocado, tanto que más bien parecía una vaca lechera, y estuvo poco habilidoso con el quinto, también desclasado. Muy despegado y superficial fue el toreo de Tejela con el tercero, con el que no dijo nada, siempre despegado y ventajista; se afanó algo más con el inservible quinto, pero no despejó la impresión de que es un torero joven con el ánimo ya muy veterano.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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