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Víctor Ullate: “Dar clases me da vida y es algo más que un estímulo”

Con un nuevo programa con dos estrenos absolutos y la reposición de su mejor obra de los últimos tiempos, ‘Jaleos’, el maestro y coreógrafo zaragozano planta cara a los malos tiempos

raúl montes

Victor Ullate (Zaragoza, 1947) ha vuelto a su estudio fetiche de la calle Doctor Castelo de Madrid y allí recibe al periodista. Está contento y enseña al detalle la profunda remodelación a la que ha sometido este amplio espacio para el estudio y la creación del ballet, un sitio luminoso y diseñado al milímetro que debía de tener una tarja en la puerta, pues es el crisol donde se formó la generación más brillante de bailarines españoles de los últimos tiempos (Ángel Corella, María Giménez, Tamara Rojo, Lucía Lacarra, Igor Yebra, Víctor Jiménez, Rut Miró y Carlos Pinillos, entre otros; la lista sería enorme, la mayoría de ellos está en el extranjero) y de donde han salido también solventes maestros y repetidores (Ana Noya, Ruth Maroto) que después de otras aventuras profesionales han vuelto junto a su director de toda la vida. De nuevo al frente de clases y ensayos, Ullate, con toda conciencia, prepara a la generación del futuro, al relevo constante que es algo inherente a la propia dialéctica del ballet: “Esta es la parte esencial de este trabajo, por eso repito tanto en las clases la palabra excelencia. Hay que buscarla y dedicar mucho tiempo a desarrollar a los nuevos talentos”, dice el maestro en la pausa entre dos clases.

El próximo sábado, Ullate propone un nuevo programa en los Teatros del Canal. Serán pocas funciones, solamente 10 actuaciones del 13 al 21, pero es una cita inapelable para los amantes del ballet. Además de dos estrenos encomendados uno a su más cercano colaborador, Eduardo Lao y el otro a los coreógrafos Arantxa Sargadoy y Alfredo Bravo, el programa se completa con Jaleos, una obra estrenada en el City Center de Nueva York el 2 de octubre de 1996 y que marcó la cumbre de un estilo y las pautas de un comportamiento estético que luego, por esos raros designios de la danza, el propio Ullate aparcó parcialmente a pesar del éxito inmediato, además de haber encontrado tímidos seguidores en el terreno de la creación. Ullate reflexiona sobre sus diversas etapas al frente del ballet clásico español: “No es que esté cansado, sino que no veo claro el horizonte actualmente. El trabajo del ballet sigue teniendo unos mismos principios estables, y el primero de ellos, esta clase diaria de ballet, que es y debe ser asumida siempre como un rito, ya seas una estrella o un principiante”.

La primera pieza es del director artístico de la Compañía y coreógrafo Eduardo Lao, quien, bajo el título Y, plantea un dúo masculino inspirado en las Lieder eines fahrenden Gesellen (Canciones de un compañero errante) de Gustav Mahler, un tema sobre el que ya trabajara Maurice Béjart en los años setenta del siglo XX para dos bailarines míticos: Rudolf Nureyev y Paolo Bortoluzzi. En palabras del actual director artístico de la compañía: “Esta obra consigue transmitir lo positivo y negativo del ser humano a merced de los caprichos del destino. Un destino que en ocasiones se sienta a tu lado y te acompaña, favoreciéndote en el devenir de la vida, mientras que otras veces muestra su lado más oscuro e indiferente alejado totalmente de las necesidades vitales del ser humano”.

La otra pieza, Nexo, según sus creadores, es “una ceremonia que tiene la juventud y la sorprendente fuerza y vitalidad del ser humano como meta. La unión entre los ciclos de la naturaleza y del ser humano, el nexo. Una exaltación al ser humano que ponen de manifiesto la fragilidad de la fuerza fugaz de la juventud, el cuerpo y su materia a ritmo implacable, elementos de unión entre el estado humano y su conciencia cíclica. Un rito como nexo entre la naturaleza que se renueva en ciclos, entre la separación del estado previo y la integración al nuevo estado”.

Antes de entrar en su propia obra, Ullate vuelve a hablar del rigor del maestro: “Esto es una cosa se aprende y se tiene presente siempre. Eso es lo que se transmite a través de la clase y de la entrega. El ballet en España ha perdido muchas oportunidades, porque de hecho, las ha tenido”.

Jaleos dará la oportunidad de ver el grado de virtuosismo y brillantez de la plantilla actual de su compañía, pues piénsese que fue concebida especialmente y modelada sobre aquella generación triunfante que hoy jalona teatros y adorna en imágenes las paredes de Bakhti, deidad hindú de las artes y nombre con que Ullate ha rebautizado su centro; además Bakhti es una emblemática pieza de Maurice Béjart de 1968 que el propio Ullate bailó con éxito por medio mundo.

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