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OBITUARIO

Lou Kenton, más de un siglo de lucha antifascista

Se unió a las brigadas internacionales y obtuvo la nacionalidad española

El pasado 17 de septiembre murió a los 104 años Lou Kenton, veterano de las brigadas internacionales. Nacido en Stepney (Reino Unido) en 1908, era hijo de una pareja de judíos ucranianos huidos de los pogromos zaristas. La migración no les libró del odio antisemita: Kenton, que había abandonado a los 14 años el colegio para trabajar en una fábrica de papel, tuvo hasta siete altercados el primer día de trabajo con los compañeros que lo insultaban por ser judío.

La actitud combativa de aquel adolescente se materializó en compromiso político. En 1929 se convierte en miembro del Partido Comunista de Gran Bretaña, participando en la llamada batalla de Cable Street el 4 de octubre de 1936 cuando una multitud de izquierdistas impidieron la marcha hasta East End —por aquel entonces un área deprimida de Londres— de la Unión Británica de Fascistas. Al año siguiente su esposa y él decidieron acudir a ayudar a la Segunda República española partiendo por separado. Lillian trabajó como enfermera. Lou, tras recorrer el territorio francés en su vieja motocicleta Douglas, cruzó la frontera con España. Comenzó recopilando el correo que llegaba desde los distintos frentes para pasar a conducir después una ambulancia.

Ante la escasez de medios, Kenton regresó a Reino Unido en agosto del 38 para recolectar fondos para nuevas ambulancias. Cuando volvió se encontró con una España republicana arrasada. Se le quedaron grabadas las imágenes de heridos transportando a otros heridos aún más maltrechos que ellos y de madres cargando con sus hijos muertos. A su llegada a Girona entendió por qué le comunicaron que ya no necesitaban más ambulancias sino camiones de evacuación.

No sería su último viaje a España. En 1939 obtuvo permiso para repatriar a parte de los niños y niñas vascos que fueron trasladados a Reino Unido tras el estallido de la guerra. El momento de la entrega fue dramático a raíz de lo contado por el propio Kenton: los niños lloraban y se agarraban a él mientras los bajaba del camión y los entregaba a los guardias civiles para que estos a su vez se los llevaran a sus familiares.

Tras regresar a Reino Unido Kenton comenzó a trabajar en un ballenero, navegando por aguas antárticas. Se empleó a bordo en faenas penosas que le encargaron al conocerse su filiación comunista. Posteriormente fue gravemente herido durante uno de los ataques relámpago de la Wermacht en la II Guerra Mundial y permaneció hospitalizado dos años.

El final de la contienda no aminoró su ardor militante. En 1946 inició la campaña Pisos para Héroes, con la que se instaba a los damnificados por los bombardeos a ocupar edificios vacíos de Londres. En 1952 entró a trabajar en la Liga de la amistad británico-checoslovaca. Esta organización apoyó la Primavera de Praga, aplastada por los tanques de la URSS en agosto del 68. Tras este revés Kenton, como tantos otros entonces, abandonó desengañado el Partido Comunista para acercarse al laborismo. En 2009 el eterno combatiente recibió la nacionalidad española en un acto celebrado en la Embajada española en Londres, en pago a sus servicios como brigadista.

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