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OBITUARIO

Pablo Sanz, versátil actor de la televisión de los sesenta

‘Escala en hi-fi’ le hizo popular entre los telespectadores

Pablo Sanz, durante una grabación de Estudio 1, en julio de 1989.
Pablo Sanz, durante una grabación de Estudio 1, en julio de 1989. EFE

Aunque figurara como actor de reparto en algunas películas, la figura de Pablo Sanz, fallecido ayer en Madrid a los 80 años, será recordada por sus múltiples interpretaciones en programas de televisión. Fue en los años sesenta, en los tiempos heroicos de las primeras emisiones en directo de Televisión Española, donde se forjó este actor versátil que dio vida a incontables personajes en programas entonces populares como Teatro Club, Teatro Estudio, Estudio 1, Tarde de teatro, Primera función…, sin olvidar el espacio Novela, en el que se adaptaban en pocos capítulos textos clásicos y más recientes, con el prurito de divulgar lo mejor de la literatura en los hogares españoles (Sófocles, Calderón, Jardiel Poncela, Buero Vallejo, Oscar Wilde, Arniches, Muñiz, Mihura o Moratín). No hay que olvidar en este sentido Primera fila, Tengo un libro en las manos, Hora once, Personajes al trasluz, Los encuentros… Eran otros tiempos en la televisión.

Pablo Sanz, nacido en Segovia en 1932, había comenzado su carrera en el teatro universitario mientras estudiaba Derecho en Valladolid. Su salto a la televisión fue rápido gracias a su experiencia, su porte de galán y la buena voz que le acompañó siempre. La televisión se hacía con pocos medios y aún con menos tiempo, y era necesario contar con actores cambiantes y seguros, con arrojo, capaces de memorizar textos complejos y de resolver problemas en directo con improvisación inteligente. La carrera de Pablo Sanz se fraguó en esas condiciones y su rostro alcanzó gran popularidad entre los televidentes. Pero fue Escala en hi-fi, el programa musical en play back, mantenido en antena a lo largo de siete años, el que le hizo más popular entre los telespectadores. Pablo Sanz lo presentaba junto a Ignacio de Paúl, interpretando el pequeño hilo argumental que unía las canciones. A pesar del éxito, una trayectoria televisiva que le valió en 1968 el Premio Antena de Oro, decidió abandonar el programa y regresar a la interpretación, en aquel momento, para encarnar al Willy Loman de La muerte de un viajante.

Su ambición artística le llevó a los escenarios, donde dio vida a varias obras de Antonio Buero Vallejo, Miguel de Unamuno, los Álvarez Quintero… También fue reclamado por el cine en algunas ocasiones, aunque nunca en personajes protagónicos. Entre sus películas, Tenemos 18 años (Jesús Franco, 1959), 091 Policía al habla (José María Forqué, 1960), El grano de mostaza (José Luis Sáenz de Heredia, 1962), Tú estás loco, Briones (Javier Maqua, 1980), El cabezota (Lara Polop, 1982).

Pablo Sanz estuvo casado con la actriz Asunción Villamil, fallecida en Madrid en la Navidad de 2010, con la que había coincidido en diversos repartos. Ambos forman parte de la historia de la televisión española y de una forma de hacer.

El porte de galán y la buena voz acompañó siempre al intérprete

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