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Una protesta protagoniza el arranque de la temporada en el Teatro Real

Una trabajadora interviene al inicio de la obra 'Moisés y Aarón' de Schönberg en protesta por el despido de 10 compañeros

Concentración de trabajadores del Teatro Real, el pasado abril.
Concentración de trabajadores del Teatro Real, el pasado abril.CARLOS ROSILLO

Nada más hacerse el silencio dentro del Teatro Real para iniciar la primera ópera de la temporada, una representante de los trabajadores ha alzado la voz desde el anfiteatro, situado en la tercera planta, parando el inicio de la obra durante escasos minutos. La portavoz ha manifestado que la obra que iban a ver era fruto del trabajo de muchas personas, ha pedido disculpas por la interrupción, ha hecho una defensa de la ópera como parte de la cultura a la que debe tener acceso todo el mundo y ha manifestado la queja por el despido de 10 trabajadores del Teatro Real. Nada más intervenir, varios espectadores empezaron a aplaudir seguidos por una parte del aforo. Poco después, desde el otro lado de la media luna del anfiteatro, otro trabajador intentó tomar la palabra para continuar con las reivindicaciones pero fue acallado por un espectador que le increpó a que se callara si de verdad respetaban, como acababan de decir, la importancia de la ópera como cultura. Finalmente, varios trabajadores lanzaron octavillas desde el anfiteatro al patio de butacas con las reivindicaciones de los empleados.

Fuera del teatro, varias decenas de personas estaban concentradas, ya desde antes de iniciarse la representación, en la puerta del Teatro Real con algunos carteles de protestas y profesando gritos reivindicativos.

El contenido completo de las octavillas repartidas a la entrada es el siguiente:

“Estimado público del Teatro Real: a finales del pasado mes de julio, los trabajadores del Teatro Real decidimos no votar la última propuesta de la FIR para cambiar nuestras condiciones laborales. La empresa pretendía que decidiéramos algo tan importante cuando un número muy elevado de trabajadores se encontraba ya disfrutando de sus merecidas vacaciones, por lo que no era posible tomar ninguna decisión consensuada por toda la plantilla. Además, la oferta iba vinculada al reconocimiento por nuestra parte de la famosa deuda del millón de euros, (una reclamación económica causada por la nefasta gestión de los anteriores directivos y que actualmente está en los juzgados) y a una amenaza de despidos si no aceptábamos la misma.

Como respuesta a nuestra decisión, pocos días después 10 trabajadores fueron despedidos, un acto totalmente arbitrario que ha producido una destrucción de empleo injusta e innecesaria.

Intentaremos corregir esta situación abriendo un nuevo diálogo con la dirección del teatro para que nuestros compañeros sean readmitidos, pero les informamos que, de no conseguirlo, la temporada de ópera este año podría verse seriamente comprometida.

Atentamente, el personal del Teatro Real”.

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