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OBITUARIO

Muere el director de cine César Fernández-Ardavín

Dirigió 'El lazarillo de Tormes', primera película española en ganar el Oso de Oro en Berlín

César Fernández-Ardavín en una imagen de 2005.
César Fernández-Ardavín en una imagen de 2005.

El mayor triunfo de César Fernández Ardavín (Madrid, 1921) fue haber obtenido con El lazarillo de Tormes el primer Oso de Oro que recibía una película española en el festival de cine de Berlín en 1959. Pero quizás lo mejor de su filmografía fueran el thriller ¿Crimen imposible? (1954) o la crónica social heredera del neorrealismo Cerca de las estrellas (1962), basada en la obra teatral de Ricardo López Aranda, hoy películas prácticamente olvidadas.

Ardavín, que falleció ayer en Madrid a los 90 años, logró algunos éxitos de taquilla adaptando otras obras literarias: La Celestina (1969), con Amelia de la Torre en el papel estelar y Elisa Ramírez luciendo como Melibea algún que otro entrevelado desnudo; La frontera de Dios (1965), según la novela de José Luis Martín Descalzo, y Doña Perfecta (1977) de Galdós, encarnada por una admirable Irene Gutiérrez Caba.

El resto de la filmografía de Ardavín siguió la moda o las consignas oficiales de cada momento: La llamada de África (1952), película patriótica sobre el colonialismo que fue emparentada con el western; …Y eligió el infierno (1957), panfleto anticomunista sobre el muro de Berlín; La puerta abierta (1957), coproducción con Italia; Festival (1961), comedia rosa ambientada en el certamen cinematográfico donostiarra; Hembra, también titulada Prohibido (1970), suspense con las típicas tensiones sexuales del cine del momento, o No matarás (1975), contundente alegato contra el aborto, donde Angela Molina obtuvo su primer papel protagonista.

César Fernández Ardavín había comenzado su andadura cinematográfica con La dama del armiño (1947) como ayudante de dirección de su tío Eusebio Fernández Ardavín, pionero en el cine mudo y sonoro a quien se deben algunos experimentos notables y no pocos esfuerzos como productor. Uno de ellos, para la firma de Cesáreo González con quien colaboró intensamente, fue Botón de ancla (dirigida por Ramón Torrado en 1948), un éxito de taquilla extraordinario, que permitió al joven César prolongar su actividad como ayudante de dirección, lo que en pocos años le llevó a realizar sus propias películas.

Su obra cinematográfica fue breve en el campo del largometraje, solo 12 títulos, aunque se amplió considerablemente con incontables cortos, generalmente de tipo turístico, gracias a la política de subvenciones implantada en los años setenta.

El cine de Ardavín no brilló por tener un estilo propio, aunque sí por su atención a los cambiantes gustos del público, al que intentó satisfacer con mayor o menor fortuna, y frecuentemente con deseos de ofrecer obras de interés cultural. Retirado a principios de los ochenta, su obra queda para el estudio como reflejo de una época.

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