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Fútbol y cine: una mala mezcla

A pesar de los numerosos intentos, pocas películas reflejan bien el mundo del balompié en la gran pantalla

Gregorio Belinchón

Como dice Carlos Marañón en su imprescindible libro Fútbol y cine “las dos grandes pasiones de nuestro tiempo combinan poco y mal \[...\]. Pero tamaña proclama no es exacta. No es cierto que haya pocas películas sobre fútbol. Y no siempre ha resultado un mal cóctel”. Desde las primeras imágenes en la gran pantalla de partidos ingleses a finales del siglo XIX o, en España, Clarita y Peladilla en el football comedia de Benito Perojo de 1914, este matrimonio ha intentado salvar los muebles. Aquí seleccionamos algunos títulos:

Once pares de botas (1954). De las mejores visiones cinematográficas sobre el deporte más popular. Francisco Rovira Beleta repasa desde el drama de los inicios a la gloria de la primera división, desde el amor al deporte a los sobornos. Y de regalo, Alfredo di Stéfano, habitual del cine (Con los mismos colores, Saeta rubia o La batalla del domingo).

Evasión o victoria (1981). John Huston puede que no hiciera el mejor largometraje de fútbol, pero sí el más famoso. Balompié y Segunda Guerra Mundial, buenos contra malos, mitos como Pelé, Ardiles y Bobby Moore con estrellas del cine como Michael Caine, Max von Sydow o Sylvester Stallone, que hasta para un penalti. Imprescindible.

Go now (1995). El director Michael Winterbottom ha sabido transitar por todo tipo de géneros... y el fútbol no se le iba a escapar. Su protagonista es un jugador escocés al que la vida parece sonreírle hasta que le diagnostican esclerosis múltiple. Con Robert Carlyle, el actor que más veces ha salido con camisetas de fútbol en la pantalla.

Fuera de juego (1997). Decir fútbol en literatura es hablar de Nick Hornby y esta película es la adaptación de su Fiebre en las gradas. cómo afecta en el día a día de un hincha —un profesor (Colin Firth)— el devenir del equipo de sus amores —aquí, el Arsenal—. De seguidores locos hay películas como Norte-Ultra-Sur (1990), sobre los ultras italianos, o El camino de San Diego (2006), de Carlos Sorín, en la que el rostro de Maradona aparece en la raíz de un árbol.

La copa (1998). El fútbol lleva a todos los rincones, incluido un monasterio tibetano. Si es que el balón puede saltar de Cabo Verde (Fintar o destino) a China (Shaolin soccer) para acabar en Venezuela con la estupenda Hermanos.

Quiero ser como Beckham (2002) A las chicas les gusta el fútbol (aquí arranca la carrerar de Keira Knightley), y jugarlo, como descubrimos en España con Las Ibéricas F. C. (1971). En Irán las futboleras lo pasan mucho peor: Jafar Panahi lo mostraba en Offside (2006).

El penalti más largo del mundo (2005). Esta comedia de Roberto Santiago —que volvió al balón con El sueño de Iván— forma parte de la tradición española de cine futbolero con títulos como Volver a empezar (1982); Matías, juez de línea (1996), El portero (2000), La gran final (2006) o En fuera de juego (2011).

The damned United (2009). Los 44 días de infamia y locura del entrenador Brian Clough en el Leeds United en 1974. Otra imprescindible.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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