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ADIÓS A UN MITO DE LA CANCIÓN

Dos días de tequila y música para despedir a Chavela

La plaza Garibaldi, epicentro de la música mexicana, vive la primera despedida a la cantante Este miércoles un acto oficial en Bellas Artes será el adiós definitivo a la 'chamana'

Imagen de un momento del homenaje.
Imagen de un momento del homenaje.PEP COMPANYS

Como rara vez se había vivido antes en México, ciudadanos de todas las edades, jóvenes, mayores, mexicanos y extranjeros se han reunido este lunes para despedir a Chavela Vargas en la plaza de Garibaldi. El primero de los homenajes ha empezado aproximadamente a las 20.00, hora local, en la plaza de Garibaldi. A los pies del mítico Tenampa, el local que vio a Chavela y a José Alfredo vaciar botellas en su juventud, y a unos metros de donde se levanta una estatua del compositor, cientos de mexicanos han iniciado su cita con la cantante –de cuerpo presente–, con tequila y música de los marichis.

Daba igual el calor a las cinco de la tarde y la lluvia que empezó a caer- primero débil y después con la violencia con la que llueve en México en verano- justo en el momento en el que los restos de Chavela llegaban a la plaza Garibaldi, epicentro de la música popular mexicana. Hasta ese momento, reinaba la tranquilidad entre los centenares de personas que esperaban en la plaza pero llegó Chavela, llegó su ataúd, y todo fueron vivas, y gritos y aplausos a la cantante. ¡Que viva la Chamana!, gritaban. 

Chavela también cantó, aunque a través de las voces de lagunas de sus herederas musicales: Eugenia León, Lila Downs y Tania Libertad se unieron para hacer la plaza un solo canto unido por el sentimiento convocado por Chavela. Y allí sonaron Volver, Un mundo raro, Se me olvidó otra vez, La Llorona...

Los mariachis callaron el domingo cuando se enteraron de la muerte de Chavela Vargas pero el silencio solo les ha durado unas horas. En un homenaje inédito –ningún cronista consultado recuerda nada parecido en esta ciudad– los mexicanos han decidido despedir a Chavela Vargas en una plaza pública y también de manera oficial, con mariachis y con políticos, en dos actos –uno no alcanzaba – para que México pueda devolverle a la chamana parte del cariño que ella le dio durante sus 93 años de vida.

A pesar del fervor que se vivió con la muerte de personajes como Mario Moreno Cantinflas o con la del actor y cantante Pedro Infante, cronistas consultados por este diario recuerdan que los mexicanos salieron entonces de sus casas para aplaudir el féretro por donde pasaba el ídolo respectivo, pero no hay antecedente de un homenaje doble, popular y oficial, como el que México ha programado para la cantante de Macorina.

Una joven canta hoy durante el homenaje.
Una joven canta hoy durante el homenaje.Mario Guzmán (EFE)

Ella nos descubrió de nuevo los sonidos del México profundo y muchas hemos seguido su camino musical después”, aseguró Eugenia León. “Esta es la oportunidad de regresarle un poco de lo que nos ha dejado y no solo a los músicos de mi generación sino también a los chicos de 20 y 30 años de edad. Todos conocen sus canciones”. “Es el momento de que el pueblo, su público, tome la palabra”, afirma el poeta Eduardo Vázquez, amigo de la cantante.

Despedida institucional en Bellas Artes

La segunda cita para despedir a Chavela tendrá lugar este martes en el Palacio de Bellas Artes, el lugar donde el pasado mes de abril cantó por última vez a su público mexicano y a Federico García Lorca. Será un acto oficial organizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). Su presidenta, Consuelo Sáizar, dijo a EL PAÍS que “Chavela -así, sin apellido porque la sonoridad de su nombre lo abarca todo- será velada tanto en Garibaldi como en Bellas Artes, para hacer evidente hasta el final lo que mostró durante toda su vida: un canto desde las entrañas que sacudió y emocionó a todo el arco social; para el pueblo fue el llanto que desgarraba, para otros estratos sociales la conexión total con lo mexicano”.

Será un acto institucional, porque el mundo de la política también se ha apresurado a mostrar su pesar por la muerte de la cantante. Así lo resumió el jefe de Gobierno de la ciudad, Marcelo Ebrard, a este diario: “Lamento profundamente que Chavela deje de estar con nosotros. Pero una parte del alma de Chavela seguramente se quedará en la Ciudad, en su querido Garibaldi y sus rincones. Siempre estará presente entre nosotros el ejemplo de vida plena que nos deja a todos. La vamos a extrañar”. El presidente Felipe Calderón también transmitió el domingo su pésame a través de su cuenta de Twitter: “Lamento mucho el fallecimiento de Chavela Vargas. Como ella dijo: no muere, trasciende. Se queda con nosotros en sus canciones”.

Como última parada, los restos de la cantante – que será incinerada – regresarán a Tepoztlán, el lugar en el que la cantante ha pasado sus últimos años. El cerro del Chalchi será el lugar en el que descansarán sus cenizas, como ha informado María Cortina, amiga íntima de la cantante, que no se ha separado de ella en las últimas semanas, corolario de una amistad de muchos años.

“Chavela reinventó las canciones rancheras de México, vivió con insolente libertad sus pasiones y deseos, y mostró nuevos caminos para los amores que en el siglo pasado no se atrevían a decir su nombre”, recuerda Consuelo Sáizar. Todos tienen algo que agradecer a Chavela y por eso un solo homenaje no bastaba.

Lila Downs y la liberación de Chavela

SALVADOR CAMARENA

A pesar de que ya se habían despedido, y llorado juntas, cuando este domingo la cantante Lila Downs (Oaxaca, 1968) supo de la muerte de Chavela Vargas no pudo contener el llanto. “Fue muy difícil, por más fuerte que uno quiere ser, de pronto se pone uno a chillar. Porque como decía mi abuela, hay que llorar cuando se viene el sentimiento, porque la muerte de pronto nos encuentra”, dice en entrevista telefónica con EL PAÍS horas antes de dirigirse a Garibaldi a participar en la velada artística a Chavela.

“Afortunadamente ya había tenido la oportunidad de llorar con ella. Eso me tranquiliza porque pude demostrarle mi agradecimiento, mi afecto y mi respeto”, agrega quien como hija de padre extranjero quiere subrayar una condición extra de Chavela. “A mí me toca decir el hecho de que ella, que no era mexicana, se convierte en una gran representante de la cultura mexicana. Con ello demuestra su fortaleza como ser humano”.

Downs y Chavela se conocieron en Madrid hace unos seis años, después de que la intérprete de Piensa en mí le "echara unas flores" (hablara bien de ella). La cantante oaxaqueña quiso saber por qué había llamado la atención de la amiga de Pedro Almodóvar y Joaquín Sabina. "Mira, me dijo, cuando yo anduve perdida por muchos años, sin nada ni nadie, fue una familia indígena la que me adoptó, la que cuidó de mí hasta el día en que me pude levantar. Estoy muy agradecida a la raíz indígena, me explicó. Yo creo que esa raíz la veía en mí, que al mismo tiempo también me considero de otro lugar. También me llegué a considerar perdida, rechazada durante un tiempo por los hombres de mi sociedad mexicana".

"Ella era ruda. Como en la lucha libre, los artistas también podríamos dividirnos en técnicos y rudos. Y para ella era permitido decir en el escenario cosas que quizá no se podían expresar de otra forma. Ella era así, incluso traía la pistola por ahí escondida", cuenta Downs, quien elige a La llorona, como la canción que más recordará de Chavela: "Siempre que la vuelvo a escuchar me conecto con una cosa antigua y me olvido de mí, es cuando el poder del arte hace que te entregues a ello, en una conexión con el universo, y es al mismo tiempo una liberación, eso es lo que nos da ella, Chavela".

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