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El idilio rural de Celtas Cortos

La banda vallisoletana pide a sus fans que les convenzan para ir a tocar en uno de sus pueblos Otra iniciativa de su web consiste en invitar a los asistentes a sus conciertos a tomar 'algo'

A estas alturas de la película, Celtas Cortos no es un grupo que necesite recurrir a los últimos experimentos de mercadotecnia buscando colarse entre los superventas, y sin embargo su última ocurrencia a través de internet resulta de lo más llamativa.

Lejos quedan tiempos de mayor gloria, cuando dieron con la tecla que convirtió su mezcla entre rock y música celta en un improbable éxito para todos los públicos, algo difícil de predecir por modas y tendencias. Pero si algo les ha quedado de todo aquello, además de una serie de canciones que han quedado grabadas en el imaginario colectivo, es la fidelización de una amplia base de fans que les permite seguir viviendo de su música más de 20 años después de que comenzaran a probar en el mundillo. Esos mismos fans son los que estos días se movilizan por las redes sociales para cumplir un deseo especial: que el grupo organice en uno de sus pueblos su concierto de final de gira.

No se trata de una iniciativa popular, sino de un llamamiento de la banda. “Cuando salió el disco nuevo era un momento de crisis, y en situaciones así hay que tirar de un poco de ingenio y hacer cosas diferentes”, explica Óscar García, bajista del grupo. La premisa es simple: convencerles de que su pueblo se merece acoger el concierto. Vídeos, fotos, comentarios… Cualquier iniciativa es válida para conseguir ese “regalo”, como lo denomina García. “solo necesitamos que tengan un espacio”.

Tras una criba inicial, aún queda una segunda fase de 17 candidatos, tantos como autonomías. “Desde un principio ya teníamos la idea de que queríamos un candidato por Comunidad Autónoma”, cuenta el bajista. Y eso ha sido posible gracias a los más de 100 pueblos que se animaron a concursar.

No es la primera vez que el grupo lanza una propuesta original desde su página web. Sin ir más lejos, en la presente gira ya han hecho gala de campechanía invitando a algunos de sus fans a tomarse ‘algo’ con ellos después de los conciertos. “Organizamos un concurso que ha consistido en pasar a dos personas después del concierto al camerino a probar un vino de la tierra o una cerveza. Una pequeña cata. El vino es de un amigo nuestro y la cerveza una cosilla en la que nos hemos juntado un montón de gente; una cerveza artesanal para nosotros”.

Quizás esa cercanía con sus seguidores sea el truco para haber aguantado tantos años, y vista la respuesta de los candidatos lo que se aprecia es un vínculo sencillo; algo que hace que ideas como éstas no resulten estrafalarias y sí más efectivas que un videoclip o una campaña de promoción al uso. “Puede que tratar de ser cercanos sea uno de nuestros ingredientes”.

Ese último concierto de la gira será a finales de octubre, en un lugar, evidentemente, aún por determinar. Después de todos estos años, el grupo se puede permitir estos caprichos para escapar de la rutina que rodea a los ‘currantes’ del rock, esos que se pueden permitir vivir de la música, pero antes tienen que crearla. Por eso, “ahora lo que queda es terminar la gira y meterse a preparar un disco nuevo”.

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