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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Como Frómista, Olite y Poblet

No obstante, es románico, al menos en parte. El claustro de Mas del Vent conserva elementos del siglo XII trabados con otros contemporáneos. Dado que se afirma que es un conjunto neorrománico, se infiere que los elementos modernos son porcentualmente más numerosos que los medievales. Esta naturaleza es compartida, entre otros, por la iglesia de Ripoll, el castillo de Olite, el Panteón Real de Poblet y la iglesia de Frómista. Las galerías de Palamós difieren de estos egregios monumentos en un plano moral, más que tecnológico o material: se presume que habría sido confeccionadas en Ciudad Lineal de un modo clandestino y no a la luz de todos. Historia y moralidad son independientes.

El grupo de técnicos convocados por la Generalitat ha estado compuesto por cuatro restauradores, dos arquitectos, dos arqueólogos, un historiador del arte y un geólogo. Como es deseable en un grupo de personas independientes las opiniones no han sido coincidentes; algunas se han mostrado, lógicamente, no concluyentes, dado que la especialidad de cada uno es la que ha ido desarrollando a lo largo de años, y no la que plantea cada coyuntura. Sea como fuera, estos técnicos han estimado que este bien patrimonial debe ser protegido para el conocimiento de generaciones futuras y que el análisis detallado del mismo, a cargo ahora sí de especialistas, debe ser favorecido por la propiedad. Es mucho lo que la administración ha proporcionado a la ciudadanía y creo, honestamente, que debemos congratularnos por ello.

A partir de ahora comenzará el progreso del conocimiento a cargo de la academia, que doctores tiene la universidad, amén de la Iglesia. La sociedad se provee de administraciones para que determine qué bienes deben ser protegidos. Del mismo modo, se provee de centros de investigación para saber qué es esa realidad y cómo su conocimiento puede contribuir al progreso común en el futuro, asentado sobre un conocimiento del pasado.

Para muchos de mis colegas está resultando satisfactorio que se debata sobre la importancia que el patrimonio histórico-artístico del pasado tiene en la construcción del futuro. Por eso mismo, el papel de los historiadores del arte debe ser más visible. Los profesionales de esta disciplina contribuyen a ese conocimiento social. Se afanan por desplegar su discurso, siempre expuesto al debate y la contraposición analítica, desde el rigor, refractarios a las opiniones livianas y apresuradas.

El claustro de Palamós comienza a formar parte de una historia de todos. Por supuesto que se podrá reflexionar sobre su regularidad (que a algunos asombra, cuando no hay tal: regulares son los claustros de Aguilar de Campoo, Matallana, Moreruela, etc…) o sobre la heterogeneidad u homogeneidad de su piedra (toda Salamanca está construida y reconstruida con un tipo de piedra). Ahora vamos a poder discernir este conjunto, porque ya tendremos la opción del conocimiento directo de lo reciente y lo antiguo.

Gerardo Boto es profesor de Arte medieval en la Universidad de Girona.

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