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Los toros de Torrehandilla cierran los sanfermines con un encierro veloz

La ganadería debutante ha protagonizado una carrera limpia sin heridos por asta de toro

Un momento del encierro de hoy de los sanfermines.
Un momento del encierro de hoy de los sanfermines.LUIS AZANZA

La ganadería de Torrehandilla ha sido la encargada de cerrar los encierros de 2012 en Pamplona. El hierro llegaba por primera vez a los sanfermines, aunque su procedencia de la casa Jandilla hacía pronosticar un encierro rápido y con peligro. Así ha sido. Desde el comienzo, Caprichoso, un toro colorado, ha imprimido un ritmo endiablado a la manada, que se ha estirado abriendo hueco entre el primer toro y el resto. Durante su carrera, Caprichoso ha ido arrollando a los corredores que no lograban equiparar su carrera. Ha cubierto los 845 metros de recorrido en menos de 2 minutos, dejando su punta de velocidad en 25,3 kilómetros por hora. Posiblemente, este colorado de Torrehandilla sea uno de los toros más rápidos de la historia del encierro de Pamplona.

El parte médico del Complejo Hospitalario de Navarra ha informado de que un riojano de 45 años, Javier Velasco Hernández, que ya fue atendido en el encierro del pasado día 10 por un esguince de tobillo, fue trasladado hoy con traumatismo craneal leve. Se trata de un corredor con 15 años de experiencia. Otro de los trasladados es un irlandés, J. O., de 28 años, con un traumatismo craneal de pronóstico reservado. Con contusiones leves en una rodilla y un hombro han sido atendidos A.G.A., de Carcastillo (Navarra), de 25 años, y M.V.M., de Villamedia (La Rioja), de 19, ha informado Efe. En la línea del balance de los sanfermines, en los que ha habido solo cuatro corneados en ocho encierros, de los que únicamente dos ingleses corneados el 9 de julio siguen ingresados.

Sin embargo, el encierro de Pamplona sigue siendo algo muy serio. El recuerdo de Daniel Jimeno, muerto en 2009, o Mathew Peter Tassio, fallecido en 1995, debería servir para evitar imprudencias como la de un corredor que esta mañana ha citado de cerca al último toro de la manada en la plaza. Ha sido embestido por el animal, que se ha dado la vuelta y solo la rápida actuación de uno de los dobladores, que conducen a los toros al corral con el capote, ha evitado que el inconsciente recibiera una cornada y que el toro se lanzara contra los cientos de mozos que se quedan en el ruedo para ser espectadores del final de cada carrera.

Pese a que la sensación es que la anarquía reina en todos los aspectos de San Fermín, el encierro tiene un reglamento claro que pena ese tipo de actuaciones que ponen en riesgo a los participantes de la carrera de modo innecesario. Este año, por otra parte, ese reglamento ha variado para permitir a una marca comercial grabar mediante cámaras que portan los propios corredores. Esta decisión ha generado cierta polémica entre los que defienden la tradición y quienes creen que el encierro debe abrirse a las exigencias de las nuevas tecnologías y la repercusión que la carrera de los toros por las calles de la vieja Pamplona tiene en todo el mundo.

Un imprudente ha citado de cerca al último toro de la manada en la plaza

Hoy es un día en el que los corredores habituales hacen balance de su participación en la edición 2012. Seguramente lo hagan con un buen almuerzo en alguno de los bares del centro de la ciudad. Comentarán que cada año los encierros son más rápidos, que exigen mayor preparación física para los corredores y reducen el riesgo de embestidas de unos animales que se han limitado a derribar los obstáculos que se imponían, en forma de persona, entre ellos y su objetivo de llegar cuanto antes a los chiqueros. Quedarán los próximos 357 días para polemizar sobre cámaras y ritmos en una Pamplona que en pocas horas abandonará su condición de capital mundial de la fiesta para convertirse en una ciudad normal de provincias del norte de España. Antes de entonar el triste sonido del Pobre de mí queda la última corrida de la Feria del Toro, que enfrentará a los seis de Torrehandilla con El Juli, Daniel Luque y Juan José Padilla. El Ciclón de Jerez regresa a Pamplona, una de sus plazas talismán, tras su grave cogida en octubre en la que perdió un ojo.

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