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OBITUARIO

Denise René, promotora audaz de las vanguardias

La galerista fue una decidida impulsora del arte cinético

La galerista francesa Denise René, en 2003, ante una obra de Jesús Rafael Soto.
La galerista francesa Denise René, en 2003, ante una obra de Jesús Rafael Soto.FRANÇOIS GUILLOT (AFP)

 Sin Denise Bleibtreu (París, 1913), galerista francesa de origen húngaro que adoptó el nombre de Denise René y falleció el pasado lunes en París a los 99 años, tendencias como la abstracción geométrica y el arte cinético no hubieran surgido con la fuerza que las caracterizaron entre los años cuarenta y sesenta. Esta mujer, de talla menuda, dotada de una mente intuitiva y de una tenacidad inquebrantable, se convirtió en un icono de la vanguardia artística europea de la posguerra.

En noviembre de 1944, apenas tres meses después de la liberación de París y con la II Guerra Mundial asolando aún Europa, René reconvirtió su taller de costura de París en una galería de arte, que inauguró con una exposición centrada en la obra del artista francohúngaro Victor Vasarely, pionero del op-art, estilo basado en el uso de las ilusiones ópticas. Con la muestra sobre Vasarely, que se convirtió en auténtico mentor de la galerista, René inauguró un estilo inédito de catálogos y una nueva manera de relacionarse con el complejo mundo de los artistas de esa época.

En su galería, convergieron artistas de la vanguardia europea: Arp, Magnelli, Taeuber, Herbin, Jacobsen, Dewasne y Mortensen. En 1945 exhibió las obras de Max Ernst. En 1957, organizó la primera exposición de Mondrian en Francia, en colaboración con el Stedelijk Museum de Ámsterdam. En 1961, organizó la primera muestra del Groupe de Recherche d’Art Visuel (Grav), reuniendo a Garcia-Rossi, Le Parc, Morellet, Sobrino, Stein e Yvaral.

En 1955 sería comisaria, junto a Pontus Hulten, joven filósofo e historiador de arte, de la exhibición Le Mouvement, en la que reunieron, por primera vez en una misma sala, las obras de Soto, Calder, Agam, Tinguely y Bury, propiciando así el inicio de lo que se conocería como arte cinético o cinetismo, corriente principalmente escultórica que utiliza las virtualidades estéticas del movimiento y de las ilusiones ópticas. Es admirable la intuición y la audacia de esta mujer, al impulsar una proposición plástica temeraria, que hacía un elogio de la inestabilidad e implicaba una ruptura definitiva con lo convencional en el arte del siglo XX.

Con ocasión de una exposición en el Café Rond Point parisiense, Denise René conoció a integrantes del Equipo 57, grupo de artistas españoles que, bajo la influencia del danés Richard Mortensen, cultivaron un estilo abstracto geométrico. A partir de ese encuentro surgió una estrecha colaboración entre el grupo y René, que posibilitó la presencia de sus integrantes en diversas exposiciones.

Otro destacado creador español acogido por Denise René fue Francisco Sobrino, escultor nacido en Guadalajara que se estableció en París tras estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. René organizó varias exposiciones donde participó Sobrino, entre otras Mouvement-2 (1964) o Cinétistes latins (1984).

La ingente y valerosa labor de René sería recordada en la exhibición con la que el Centro Pompidou le rindió homenaje en el año 2001: Denise René, l'intrépide: une galerie dans l'aventure de l'art abstrait [Denise René la intrépida: una galería en la aventura del arte abstracto]. En cuatro salas se narraba la aventura de posguerra de esta mujer, que proyectó la obra de los pioneros del arte abstracto y cinético con rara convicción y tenacidad.

Denise fue asimismo una de las primeras galeristas que mostró interés por el arte latinoamericano, exhibiendo las obras del brasileño Cícero Días, de los venezolanos Jesús Rafael Soto y Carlos Cruz-Díez o del argentino Julio Le Parc.

El crítico de arte Daniel Abadie afirmó sobre René: “Más que un testigo, Denise ha sido un actor esencial de la segunda mitad del siglo XX. Sin ella, una parte del arte de este siglo no habría surgido o habría tardado en salir a la luz. Hay artistas que no habrían encontrado su espacio ni desarrollado su discurso y apoyo”; Abadie subrayó también “la dimensión moral que Denise René supo dar a un oficio en el que pocos apostaban por la excelencia”.

Edgar Cherubini Lecuna es periodista.

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