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Principio y final de todas las cosas

Arranca la 58ª edición del festival de Mérida con la vibrante ‘Hélade’ La obra superpone la grandeza poética de la Grecia antigua y el drama de la actual

Un momento de 'Hélade', estrenada ayer en Mérida, con Concha Velasco, José María Pou y Maribel Verdú.
Un momento de 'Hélade', estrenada ayer en Mérida, con Concha Velasco, José María Pou y Maribel Verdú.JERO MORALES

No hubo concesiones a la galería. Palabra pura y dura, casi desnuda. Era un riesgo inaugurar la 58 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida con Hélade, un espectáculo definido de "oratorio contemporáneo". Pero entusiasmó al público este paseo literario y musical por la Grecia clásica y moderna, creado para la apertura de esta muestra el pasado jueves (permanece hasta el día 8). Un montaje austero, donde el gran valor y el mayor capital emanaba del texto y de esos cuatro reconocidos actores, que brillaron con luz propia, José María Pou, Concha Velasco, Maribel Verdú, Lluís Homar y una cantante, Silvia Pérez Cruz, de hipnotizante voz que destilaba puro mediterráneo. “Hemos querido viajar desde la Grecia que nos lo enseñó todo, a la Grecia que no queremos que nos enseñe nada”, señaló Joan Ollé, director del espectáculo que, intencionadamente, tiñó todo de una estética cercana a la filmografía de Theo Angelopoulos, cineasta recientemente fallecido. De él ha tomado los referentes plásticos y estéticos para la puesta en escena de Hélade, donde todo transcurre entre unas mesas de un chiringuito, posiblemente playero, de las que emergen las palabras de los filósofos y poetas ‘de hace 25 siglos y de hace 25 minutos’.

El brillo de los cuatro actores y el montaje austero entusiasmó al público

José María Pou vivió un momento de nostalgia cuando llegó de nuevo a este espacio: “Se me cayó toda mi biografía encima”, dijo, entre otras cosas porque recordó la primera vez que pisó el escenario del Teatro Romano en Mérida. Pero ese flashback se le convirtió inmediatamente en temerosa incertidumbre, ya que le vino a la memoria que cuando representó su primera obra en 1971, haciendo el papel de mensajero en Antígona, salió a escena, comido por los nervios, y gritó desde una grúa : “¡Tebanos!”, que era su primera palabra a decir. “Se hizo un maravilloso silencio, del que emergió una voz entre el público que gritó ‘¡agárramela con las dos manos!’. En esas circunstancias tuve que decir mi primer y largo monólogo trágico y me es inevitable acordarme cada vez que piso este escenario”. Él es veterano en este espacio, seguido de Joan Ollé que ha dirigido varios montajes aquí y Maribel Verdú, que estuvo una vez con Miles Gloriosus. Lluís Homar y Concha Velasco, a pesar de sus largas trayectorias, debutaban en este teatro que para los actores españoles es toda una cumbre a alcanzar.

“Menos mal que durante la representación no me he dado cuenta de dónde estaba y con quién, porque si tomo conciencia de que inauguraba la edición del Festival de Mérida, en el Teatro Romano, con José María, Maribel y Lluís, me hubiera desmayado de miedo”, dijo Concha Velasco nada más salir del escenario donde ella y sus compañeros habían recibido una cerrada ovación con el público puesto en pie. Ella misma confiesa “me moría” cuando empezó a decir ‘fue ayer, nuestro último día de felicidad fue, para Troya, el comienzo de su muerte’; pero mientras transitaba por su texto se vino arriba: “A medida que decía ese bellísimo texto, y teniendo en cuenta que uno de los sueños de mi vida es hacer Hécuba en Las Troyanas, de Sartre, m encontré con la misma sensación de la primera vez que empecé en teatro, diciéndome en todo momento ¡qué suerte tengo!”. La veterana actriz no sólo se emocionó con sus textos, de hecho rompió a llorar cuando Pou leyó, ante los más de 2.000 espectadores, a los que no se les oía ni la respiración, la carta de despedida que se encontró en la chaqueta de Dimitris Christoulas, farmacéutico de 77 años que se suicidó esta primavera pasada, ante el Parlamento griego, al quedarse sin pensión y negarse a terminar buscando comida en las basuras. “Me siento con una responsabilidad enorme por leer esas palabras, ya sé que el resto de los textos son de grandes pensadores, pero éste, escrito de su puño y letra hace pocos meses, me emociona mucho; aunque a algún filólogo le parezcan un sacrilegio, me siento mucho más comprometido con estas palabras, que establecen un puente con los grandes clásicos, y esa es la base del espectáculo”, comentó Pou. “Hemos conseguido disfrutarlo mucho”, señaló Maribel Verdú, mientras su compañero, Lluís Homar, insistía en lo mucho que le había impresionado el recibimiento del público.

El paseo que estos actorazos hicieron con Silvia Pérez Cruz (impresionante descubrimiento para las gentes del teatro), que cantó en griego, catalán y español, y los músicos Toti Soler y Mauricio Villavecchia (Ara Malikian no intervino, como estaba previsto, por el fallecimiento de su padre), no sólo contó con las impresionantes palabras de grandes clásicos, como Eurípides, Pericles, Sófocles, Homero, entre otros, sino también con textos de griegos contemporáneos y otros autores que han transitado por el mundo griego como Jorge Luis Borges, Joan Margarit, Salvador Espriu y Francisco Brines. Hélade es una coproducción del Teatre Romea y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, que en esta edición dirige Jesús Cimarro de Pentación Espectáculos.

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