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Nudozurdo exhibe descartes de su rock apocalíptico

La banda presenta su EP 'Ultra presión' con canciones que apartaron de su anterior disco

Ana Marcos
La banda de rock Nudozurdo.
La banda de rock Nudozurdo.

Hace cosa de dos años que el EP (extended play) ha resurgido de sus cenizas como una tendencia, una manera de retener seguidores –que en estos tiempos de cambios y crisis en la industria, nunca vienen mal– o una vía para anunciar cambios y transiciones en una banda. El CD sigue en retirada. El vinilo vuelve, pero casi de acompañamiento y a Nudozurdo le sobraban cinco canciones de su anterior trabajo Tara Motor Hembra, publicado el año pasado. “Ultra Presión era la solución más fácil”, explica Leopoldo Mateos, cantante del grupo de rock. “Teníamos temas guardados que no encajaban en el disco o que no sonaban como queríamos”.

El rescate suena más contundente y psicodélico. Nudozurdo decidió regrabar todas las voces para liberarse de la contención del anterior álbum, agazapado en un determinado umbral energético por paradójico que resulte en una banda de tradición guitarrera. “Quería que la voz liderara la canción”, apunta Mateos. “En los otros discos hay un factor ambiguo en el sonido que ha desaparecido. Recuerdo acabar agotado y al mismo tiempo feliz después de cada sesión”. La nueva identidad sonora y la nitidez de Ultra presión concuerdan con las sensaciones que un año de disco y giras generaron sobre una banda “bastante escéptica en lo relativo a los grandes cambios”, como reconoce el cantante.

Estos años de promoción han hecho mella en un grupo que desde su debut en 2001 ha pasado por varios cambios en su formación. “La realidad a veces me parece un sitio muy retorcido y el Chicopromo [uno de los temas de Ultra presión] que llevamos dentro es un mecanismo de defensa que nos permite avanzar al sentirnos identificados con otras personas”, relata el músico. Leo Mateos no es muy amigo de las reválidas constantes a las que cree somete el personal a los artistas. Tan poco le gusta el juicio público que reconoce hasta haberse enfadado alguna vez por la falta de comprensión. “Es increíble como los músicos nos hemos acostumbrado a caminar con la incertidumbre como compañera de profesión. Parece que nada de lo que hayas hecho antes tuviera valor”.

La crítica, sin embargo, lleva rendida a su directo desde que en 2008 su álbum Sintética les disparara a la denominada escena indie española con sus letras apocalípticas y desgarradoras no recomendables para tardes de penumbra cerca de cualquier objeto afilado o cortante. “El optimismo y la esperanza lo dejamos para lo pequeño y cotidiano, nunca me planteo hablar de la realidad ni de explicarla”, cuenta Mateos. “Se trata de dejarse llevar y estar a gusto con aquello que cantas aunque no tengas ni idea de qué se trata. El control es mal amigo de las buenas ideas”.

Nudozurdo encofrará su sonido este sábado en la sala Ocho y Medio de Madrid y avanza lo que está por venir: "Estoy componiendo más con los teclados. Habrá menos guitarras, mas sintetizadores y más trabajo con el ordenador que de costumbre. Pero está en la fase inicial y todavía pueden suceder muchas cosas".

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura, encargada de los temas de Arte. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Fue parte del equipo que fundó Verne. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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