Al cine de guerrilla, diálogo

De esas conversaciones aparentemente intrascendentes que uno tiene en el bar con los amigos pueden surgir ideas brillantes que sirvan para arrojar algo de luz sobre determinadas cuestiones. En el caso de una de esas charlas cualquiera que mantuvieron Desirée de Fez y Miqui Otero, nació una iluminación sobre el cine español, inmerso en un momento crucial de indefinición que, con los medios y apoyos apropiados, podría derivar en una redefinición. Para plantear las preguntas que puedan desembocar en las respuestas adecuadas, se les ocurrió organizar las Jornadas de Cine Low Cost, que se celebrarán entre el 26 y el 29 de junio en Arts Santa Mònica, en Barcelona, abiertas al público general. Compuestas por tres días de proyecciones, mesas redondas, actividades y un taller práctico, y con la participación de cerca de una veintena de invitados de distintos sectores de la industria -cineastas como Nacho Vigalondo, críticos como Quim Casas o productores como Belén Atienza, por ejemplo-, intentarán, más que llegar a conclusiones, establecer unos parámetros desde los que abordar la exponencial creación cinematográfica de bajo coste.

Vimos claro no se podía posponer, que el momento era ahora

“Hay una coincidencia de factores que nos llevaron a pensar: está la oleada de recortes en el mundo del cine y la crisis general, que iban a hacer que las producciones se frenaran, y había una serie de películas de bajo presupuesto muy buenas, de gente de la que somos muy fans”, cuenta De Fez. Crítica cultural ella y crítico cultural Otero -ambos comisarios de las jornadas-, también se dieron cuenta de que sus relaciones con los autores y con el público habían cambiado a través de los nuevos soportes tecnológicos. “Antes leías cuatro críticas en los medios importantes, pero ahora hay un aluvión de tuits, de reseñas en Internet…”, señala. Y en ese panorama de crisis en el contexto de la era digital, comprendieron que había llegado el momento de definir el nuevo rumbo del nuevo cine español. “Vimos claro no se podía posponer, que el momento era ahora”, subraya. “Lo importante es este arranque para abrir el debate, y luego pensaremos en la posibilidad de darle continuidad”.

Aunque son conscientes de que la creación cercana a lo casero –el llamado cine de guerrilla- no es un concepto novedoso, sí que tienen claro que el espíritu del momento lo ha puesto en primera línea de batalla. “Hay películas como Mamá es boba, de 1997, que por su enfoque y su sentido del humor fueron muy novedosas en su momento”, ilustra la comisaria. Junto a la cinta de Santiago Lorenzo, durante las Jornadas de Cine Low Cost se proyectará una selección de media docena de títulos “significativos” –como El señor, de Juan Cavestany o El alma de las moscas, de Jonathan Cenzual-, además de los estrenos Los pasos paralelos de Isaki Lacuesta y Don Pepe Popi, de Carlos Vermut, con el objetivo de acuciar el diálogo entre el público y los autores.

Para representar todas las posibles opciones, entre los invitados también aparecen nombres como el de J. A. Bayona, a punto de estrenar Lo imposible, rodada con un presupuesto no precisamente de los de calderilla. “Es alguien que empezó a rodar desde muy joven, y el espíritu y el impulso de hacer cosas está ahí”. Como exponente de la difusión a través de la Red, participará el cómico Joaquín Reyes, maestro de ceremonias de shows colectivos como La hora chanante o Muchachada Nuí. “Estos productos son ejemplos de cómo a través del éxito en Internet se puede pasar a la televisión y de ahí algunos de sus componentes han pasado al cine, y ese es un tema que también nos interesaba muchísimo: la interrelación entre los diferentes soportes”.

El objetivo es acuciar el debate entre el público y los autores

Además, como muchas de las películas seleccionadas fueron concebidas para ser vistas en el ordenador, su proyección en una pantalla grande supondrá un test sobre su funcionamiento en contextos que les son ajenos. Para los que les son naturalmente propios, como la plataforma de cine en streaming Filmin, los comisarios han realizado una selección de películas low cost que pasarán a formar parte de su acervo, algunas relativamente antiguas como Hotel Room (Cesc Gay y Daniel Gimelberg, 1997) o Carlos contra el mundo (Chiqui Carabante, 2003) y otras más recientes, como Diamond Flash (Carlos Vermut, 2011). "Esta película nos parece una de las mejores que se han hecho en España en muchos años", apunta De Fez.

Para el último día del festival, el viernes 29, hay previsto un taller práctico con el que poder poner a prueba la teoría del cine en versión barata. Con la colaboración de las cuatro escuelas de cine de Barcelona, de las que participarán respectivamente cinco alumnos, más cinco participantes del público, Joaquín Reyes, Borja Cobeaga, Vengamonjas, Nacho Vigalondo y Carlos Vermut harán las veces de profesores para grabar una pequeña escena que se proyectará por la tarde. “Nos parecía bonito ver si se nota el estilo de cada escuela”, señala De Fez. Aunque lo mejor será extraer la visión de conjunto de los cuatro días de actividades. “Al final, estas jornadas surgen como algo un poco egoísta, porque este es un tema que nos parece interesantísimo, y la verdad, más que como comisarios, estamos deseando participar como público”.