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ENTREVISTA

Alien Sex Fiend: “Sin la música, habría necesitado ayuda psiquiátrica"

Alien Sex Fiend, mítica banda británica 'pospunk', arranca este jueves minigira por España. El matrimonio Fiend contesta al teléfono desde su refugio

Daniel Verdú
Alien Sex Fiend, en plena actuación en Valencia en 2008.
Alien Sex Fiend, en plena actuación en Valencia en 2008.Per-Ake Warn

Por encima de rimbombantes adjetivos para esta banda alumbrada en alguna de las oscuras esquinas de la new wave británica, la esencia de Alien Sex Fiend es la de una historia de amor. Un intenso romance entre Nik Fiend y Mrs. Fiend -marido y mujer e integrantes actuales del grupo- que desde que se conocieron en 1978 no han dejado de componer esa música sacada de algún lugar remoto del cerebro de Nik y producida a la manera más underground y libre que se pueda imaginar. Algo completamente de otro tiempo, incluida la delirante puesta en escena entre calaveras, telarañas, cubos de basura y demás parafernalia gótica diseñada por el propio Fiend... Esa máquina solo se detuvo cuando el padre de Nik murió en 1999 y él cayó en “un agujero negro” donde quedó atrapado. La pareja huyó de Londres a un pequeño pueblo de Gales entre montañas, sin un centavo y un ataque de nervios considerable. Sus vecinos les ayudaron con muebles, cama y hasta una cocina. Y al final, él salió del pozo de la única manera que se sale de esos lugares. “Gracias al amor de Mrs. Fiend. Para mí es como para Dalí era Gala: todo. Es la única razón para perseverar”, cuenta por teléfono, con un endiablado acento londinense, mientras se pasa el auricular con su esposa para responder a la entrevista.

Mrs. Fiend es para mi como Gala para Dalí: todo. Es mi única razón para perserverar Nik Fiend

 Alien Sex Fiend -el 24 de mayo aterrizan en España (Barcelona, Madrid, Valencia)- se convirtió desde su fundación en el grupo oficial del Batcave, un club del Soho de Londres donde solían dejarse caer tipos como Robert Smith, Marc Almond, Nick Cave o Siouxsie y que acabó convertido en el templo mundial de todo lo que tuviera algún elemento gótico. Todo el invento empezó con la reseña que la revista Melody Maker hizo de su primera maqueta definiendo al grupo como lo más sucio que había llegado jamás a la redacción. Eso debió gustar mucho a los dueños del club, que los llamaron enseguida para subirlos a su escenario y convertirlos en una bandera.

Formación original de Alien Sex Fiend a principios de los ochenta.
Formación original de Alien Sex Fiend a principios de los ochenta.

“La primera noche el dj puso Pretty Vacant de los Sex Pistols, y las 50 personas que había ahí se sentaron. Pensé que algo nuevo estaba pasando, porque hasta ese momento los Pistols garantizaban que todo el mundo se lanzara a la pista. Pero aquel día la vaciaron", recuerda Nik definiendo el espíritu pospunk que empezó a nacer. "Era un sitio muy especial para gente creativa: músicos, periodistas, diseñadores de moda… Todo el mundo iba ahí el viernes por la noche. Punks, gays, fetish… Era una mezcla estupenda y Alien Sex Fiend fue adoptada como la banda del Batcave”, recuerda Mrs Fiend.

Ella y Nick se habían conocido poco antes. Su actual esposo, hijo de una familia obrera con destino matasellado en una fábrica, tocaba en una banda punk y Chrissie (el nombre que le pusieron sus padres) les echaba una mano para promocionar los bolos. "Mi padre siempre me decía que de pequeña quería ser roadie", recuerda ella. Al cabo de poco, con la fundación del nuevo grupo (los otros miembros ya no están), entró a formar parte de Alien Sex Fiend. Para su contratación es probable que fuera determinante el hecho de ser la única que tenía conocimientos de solfeo y sabía usar un teclado. De este modo pasó a ser Mrs. Fiend y la responsable de “los ritmos y los ruidos de nave espacial”. Es decir, la dueña y señora de las máquinas, piedra angular de identidad sonora de todo un movimiento que empezaba a mezclar sintetizadores y guitarras sobre el escenario.

En 1985 rechazamos un contrato con EMI. No queríamos que nuestro disco quedase perdido en alguna estantería Mrs. Fiend

“La idea que teníamos era que si usábamos máquinas la música tenía que sonar a máquinas. Mucha gente en ese momento pretendía utilizar cajas de ritmos como si fueran una batería normal. Pero, ¿por qué usar una máquina para parecer humanos? Aquello tenía que sonar como las máquinas. Y esa era una de las grandes diferencias entre nosotros y los demás”. Eso sí, solo equipo analógico, nada de ordenadores sin alma.

Alien Sex Fiend nacieron al calor de bandas como Suicide, Birthday Party, Bauhaus o Killing Joke y dieron pie a numerosos vericuetos de la música industrial, el EBM y corrientes del gótico más electrónico. Pese a ver como muchos de esos nombres se colaban en las listas de éxitos, ellos nunca se acercaron más de la cuenta al mainstream ni quisieron convertir su marca (todavía hoy el moderno que se precie tiene una camiseta con su logo en el armario) en una pieza más del negocio musical. “Tuvimos la oportunidad de firmar un gran contrato con EMI en 1985, pero lo rechazamos. Ya teníamos suficientes problemas trabajando con una compañía independiente como para meternos ahí. Algunos amigos ficharon por majors y contaban historias muy tristes. EMI le produjo un disco a uno de ellos, gastaron una millonada y el disco todavía sigue en alguna estantería de la discográfica. Como dijo Nick, si eso hubiera sucedido con cualquiera de nuestros álbumes le hubieran roto el corazón. Dedicamos a nuestro trabajo demasiado esfuerzo. Tomamos una decisión consciente y difícil. En Radio 1, por ejemplo, nunca pusieron nuestra música; bueno, excepto John Peel, que nos ayudó muchísimo”.

Queríamos que las máquinas sonaran a máquinas. Esa era la diferenica con el resto de bandas Mrs. Fiend

Salieron de gira varias veces, se convirtieron en banda de culto y llegaron a Japón y EEUU. Pero curiosamente, siempre tuvieron un vivero de seguidores en España -más concretamente en Valencia- que no supieron exactamente de donde salía. Ahí acabaron un par de días tocando casi al amanecer cuando la ruta del bacalao convirtió la carretera de la Albufera en el espejismo entre campos de arroz de un pequeño Manchester levantino. “La primera vez no sabíamos que los españoles les gustaba nuestra música… y nos encontramos un atasco enorme de gente que iba al show. Se volvían locos en aquel lugar remoto y no causaban problemas a nadie. Años más tarde, mucha gente empezó a hablar de las raves y de Ibiza, pero todo eso llevaba haciéndose varios años antes en España”. En esta gira española, después de Madrid y Barcelona, pasarán también por Valencia.

En aquella época, Alien Sex Fiend no tenía un duro. Bueno, exactamente como ahora. Muchos de los sintetizadores que usaban eran máquinas rudimentarias en las que producir música muchas veces era todo un acto de fe. “Al principio no podíamos permitirnos sintetizadores caros y teníamos aparatos muy sencillos. Pero los sigo usando. Esa es la actitud punk. De hecho, uno de los teclados que llevo a España es con el que grabamos Ignore the machine”, señala Mrs. Fiend en referencia a su tema más conocido.

Lo mejor que puede decirse de Alien Sex Fiend, gusten o no, es que siguen haciendo las cosas igual que el primer día y con un amor y un respeto absoluto hacia la música. A través de la imaginación y las visiones que todavía tiene Nik, siguen alimentando un universo narrativo en el que se han refugiado todos estos años y que les mantiene a salvo de las normas del mundo. No se trata de una cuestión de dinero, y menos, dicen, en los tiempos que corren. “Siempre ha sido difícil para nosotros vivir de esto. Quizá por esta crisis económica para nosotros no está siendo muy complicada. Esto no lo hemos hecho por dinero, se trata de crear. Si no tuviera la música hubiera tenido que acudir a un psiquiatra o a algún tipo de ayuda médica”, suelta Nik con una carcajada. Viéndoles sobre el escenario a nadie le cabrá ninguna duda de ello.

Alien Sex Fiend actuarán el próximo 24 de mayo en Barcelona (KGB), el 25 en Madrid (La Riviera) y el 26 en Valencia (La3).

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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