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Chuck Prophet: “Springsteen hace eslóganes del partido demócrata”

El músico estadounidense une en 'Temple beatiful' sus dos benditas enfermedades: la guitarra y San Francisco

Fernando Navarro
El músico californiano Chuck Prophet.
El músico californiano Chuck Prophet.

Para nuestro protagonista, la música es una patología incurable. Así se desprende cuando cuenta que no tiene un motivo determinado para decir por qué se dedicó al rock, ya que viene de una familia conservadora sin relación con la música, marcada por un padre “de gran corazón pero una de las personas menos imaginativas del mundo” que le parecía una pérdida de tiempo ver a su hijo dar clases de guitarra. Pero Chuck Prophet pasó de los consejos paternales y se dedicó a su pasión. “Mi enfermedad mental, según mi familia, fue lo suficientemente fuerte para explicar por qué lo hice y para qué”, cuenta Prophet desde Reino Unido antes de volar a Bilbao donde comenzó su gira española, hoy en Valencia y mañana, Barcelona.

Si la música fue su primera gran enfermedad, la ciudad de San Francisco, a la que llegó como adolescente desde Los Ángeles, la segunda. “Es mi ciudad. Es una educación en sí misma, por sus edificios, comida, gente, razas, colores y sexos. Te abre los ojos”, reconoce. En su último álbum, Temple Beautiful, que presenta ahora, sus dos benditas enfermedades se citan con maravillosa inspiración. Porque su nuevo disco es una oda a San Francisco, a su espíritu aventurero y hedonista, mediante contagiosas elegías de pop-rock luminoso, con estribillos pegadizos y guitarras pletóricas como en las magníficas Play the song again, Castro Halloween o I felt like Jesus. La gran musa que Prophet, que recurre otra vez al lenguaje médico, califica de germen. “El virus comienza con dos o tres canciones que te sorprenden en cualquier lugar. En este caso, me infectó con la idea de San Francisco”, explica. “Este disco podría encuadrarse en el New York de Lou Reed aunque no hay nada como eso”.

Con tan prodigioso pop-rock, es inevitable recordar a Alex Chilton que, como Prophet, fue una luminaria en la sombra del negocio discográfico. “Es mi héroe. A través de Box Tops, Big Star y sus días en solitario, Alex fue un verdadero enigma norteamericano. Un modelo a seguir”. Todo lo contrario que Bruce Springsteen, erigido como un héroe norteamericano de masas, que en algunos de sus últimos trabajos como Magic y Working on a dream resuelve la búsqueda de ese pop-rock melódico con grandes aspavientos en los arreglos, demasiado mayúsculos, sonando más artificial que poético. “Crecí con el Jefe. Es decir, con sus personajes. ¿Quién no quiso ser Wendy montando en la parte de atrás de esa motocicleta o coche?”, se pregunta el músico para reconocer la grandeza de Springsteen. “Me temo que ahora Bruce ha recurrido a canciones que son esencialmente eslóganes del Partido Demócrata. ¿Esa es la mejor forma de cocear de un hombre mayor cuando está deprimido?”, concluye.

Los ecos de Tom Petty o los Ramones también fluyen en Temple Beautiful. El que fuera guitarrista de Green On Red así lo justifica: “Toda la música se recicla. Hundes tu cubo y no puedes evitar beber de lo que recoges”. Desde joven, Prophet se emborrachó de rock melódico e hipnótico, como el de los Flamin’ Groovies. Roy Loney, quien perteneció a los Groovies, canta en el trepidante corte que da título al disco. “San Francisco es una comunidad. Roy es una leyenda. El nombre de la canción viene después de que cerrase un histórico club de punk rock en el viejo templo del Reverendo Jim Jones donde vi mis primeros conciertos. Tengo un poster con Roy Loney en lo más alto, abriendo la actuación para Black Flag. ¡Tenía que conseguir la presencia de Roy en este disco como fuera!”. El diagnóstico es evidente: las benditas enfermedades de Prophet no han hecho más que agravarse con el tiempo.

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Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

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