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El azote de los malos restaurantes

laSexta prepara con el cocinero Alberto Chicote 'Pesadilla en la cocina', la adaptación del 'reality' de Gordon Ramsay 'Kitchen nightmares' El programa se emitirá en septiembre

Rosa Rivas
El cocinero Alberto Chicote
El cocinero Alberto Chicote

El chef británico Gordon Ramsey labró su fama de fiera malhumorada gracias a un programa, Kitchen nightmares, que arrancó en 2004 en el Reino Unido, se exportó con éxito a Estados Unidos y aún sigue incombustible en el mundo anglosajón (y en más de 20 países). Locales con problemas, de todo tipo, son rescatados a golpe de látigo y experiencia del famoso jefe de cocina, quien no ahorra palabrotas ni malos modos: todo por una buena causa: salvar el restaurante y (en palabras del salvador) “el culo del dueño y sus empleados”. Ahora, un cocinero español, el madrileño Alberto Chicote, va a ser el malo de la película en la adaptación que laSexta prepara, con la producción de Eyeworks Cuatro Cabezas. Los programas de Pesadilla en la cocina (su título aquí) están preparándose, aún están con el casting de restaurantes. Van, como dice su conductor, “a toda pastilla”, para poder emitir lo producido en septiembre próximo. No sabemos si el tono de maneras y lenguaje de Chicote será tan subido como el de Ramsey, quizá la respuesta de la audiencia sea el termómetro.

Aunque por su apariencia rotunda y su carácter vehemente Alberto Chicote pueda parecer un tipo de armas tomar, es realmente un hombre sensible y muy amigo de sus amigos (cocineros de la “escuela madrileña” como Paco Roncero o Joaquín Felipe son incluso compañeros de vacaciones y exploraciones gastronómicas por el mundo). Pero es precisamente su aspecto de oso a punto de atacar es lo que ha seducido a la cadena que le ha fichado. “No importa lo duro y radical que sea el programa. Si alguien puede devolverle la chispa a un restaurante, ése alguien es Chicote”, subrayan los responsables de laSexta. Y la nueva estrella de la cadena advierte: “Vamos a dar caña, porque se trata de reflotar un negocio”.

“Me da igual si con esto me creo mala fama. Gordon Ramsey no es un cabrón despiadado. Lo que ha hecho es lograr que los responsables de los restaurantes que aparecen en Kitchen nightmares recuperen la ilusión por el trabajo, y esto no es posible pasándoles la mano por el lomo”, aclara Chicote. “Los espectadores verán sitios donde no les apetecería ir a comer, pero que pueden ser honestos y cambiar a mejor. Restaurantes que son un desastre pueden llegar a ser una referencia si cambian de rumbo”.

Pesadilla en la cocina no es solo un show, es algo muy real. Supone todo un trabajo de asesoría, con un buen equipo detrás”, insiste el cocinero quien, por supuesto, lucirá sus famosas y extravagantes chaquetas: “Una diferente por programa”.

Para el ex responsable de No-Do y Pan de Lujo, que prepara un nuevo proyecto gastronómico en Madrid (“el concepto es sorpresa”), no es nuevo estar a pie de calle, en aventuras culinarias modestas. En faena desde los 17 años, Chicote (Madrid, 1969), se curtió en distintos locales y fue escalando peldaños en distintos restaurantes (El Cenachero, Lúculo, Sibaris, La Recoleta) hasta abrir sus espacios propios. “Llevo más años cocinando que haciendo cualquier otra cosa, y quiero que siga siendo así. Soy un tipo que me como los placeres a mordiscos y despido los problemas a patadas”, proclama Alberto Chicote en su perfil de Facebook. Y en la órbita televisiva seguirá esa línea: “No se puede ser condescendiente ante la desidia”, dice. Porque es eso, desidia, rutina y falta de motivación, lo que convierte en una pesadilla un restaurante. “Esto es una plasta incomestible. Si es que haceis cosas como de no tener idea de cocina. Este almacén es un asco. Como sigais así os arruinais…”. Son algunas de las llamadas de atención que ya va soltando el chef-ogro a sus víctimas. A la llamada de laSexta, han sido muchos los que piden ayuda, como acudiendo al psicólogo. En el casting de restaurantes desastrosos para la primera decena de programas ha habido donde elegir, “sitios normales y negocios familiares”, tanto en capitales como en ciudades pequeñas, de todos los puntos cardinales del Estado. Y no les importa sacar las vergüenzas a la pantalla, ante millones de ojos.Todo antes que cerrar, no están los críticos tiempos como para echar el pestillo al local. “Salir por la tele es una oportunidad para salir del agujero”.

“Mucha gente está convencida de que lo hace bien y no sabe por qué lo suyo no funciona. Están atascados en sus propios errores y no ven más allá. “Aparte de echarles la bronca, se busca que por fin salgan de la desidia. Han bajado a los infiernos y para que suban les tienes que zarandear. Y tienen una semana para reaccionar y mejorar las instalaciones, el menú, la organización de los empleados... Luego, en la segunda temporada veremos si se han aplicado o han vuelto a las andadas”.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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