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El Real no descarta un ERE este año

El nuevo director general cree que esa decisión dependerá de muchos factores García-Belenguer apela a la responsabilidad de los trabajadores para evitar una huelga

Daniel Verdú
El consejo asesor del Real, presidido por Mario Vargas Llosa, tras la reunión en la que se ha aprobado el nombramiento del nuevo director general, Ignacio Garcia Belenguer (el cuarto por la izquierda).
El consejo asesor del Real, presidido por Mario Vargas Llosa, tras la reunión en la que se ha aprobado el nombramiento del nuevo director general, Ignacio Garcia Belenguer (el cuarto por la izquierda).JAVIER DEL REAL (EFE)

El Teatro Real de Madrid ha querido esta mañana escenificar la nueva etapa que comienza con el director general y administrador Ignacio García-Belenguer. El nuevo gestor del coliseo madrileño ha sustituido a Miguel Muñiz y a Alfredo Tejero, los dos hombres que durante los últimos siete años y medio ocuparon respectivamente esos dos cargos. Y llega en un momento en el que el Real debe solucionar un complicado conflicto laboral con sus trabajadores (que puede terminar en una huelga durante las funciones del Cyrano de Bergerac de Plácido Domingo), a quienes reclama la devolución de alrededor de un millón de euros en sueldos por un error administrativo de la propia dirección de la institución (cuando Tejero y Muñiz se ocupaban de las cuentas). Así que más allá de las presentaciones, ha sido la primera ocasión en la que, después de un mes de que estallara el conflicto, se daban pública y oficialmente explicaciones.

Y Belenguer, que acto seguido tenía una reunión con el comité de empresa para tratar de encauzar el tema, ha contestado a todas las preguntas al respecto. Y, entre otras cosas, no ha descartado que se pueda aplicar un ERE de aquí a final de año. "Es un tema serio y tiene un trasfondo personal. Se trata de valorar el presupuesto, las necesidades que tenemos, los proyectos que vamos a desarrollar… y sobre eso se tomarán medidas.… no es una cuestión de ERE sí o ERE no. Hay que valorar muchas cosas. Las decisiones no pueden ir por un camino frívolo, deben ser muy sopesadas”. Otro periodista ha vuelto a preguntarle lo mismo, y por segunda vez el nuevo director general ha evitado descartar la medida.

La decisión, sin duda, podría cargarse de argumentos con las pérdidas económicas que supondría para el Real una huelga. "Confío plenamente en la responsabilidad de los trabajadores. Una huelga perjudica a todos y el perjuicio económico sería muy importante [para la institución]. El cariño de los trabajadores al teatro es la línea en la que debemos trabajar”, ha insistido. El Real está dispuesto a negociar los plazos en los que los trabajadores puedan devolver el dinero que se les reclama, pero en ningún caso discutirá sobre la cantidad.

De hecho, el millón de euros que el Real reclama a sus empleados por un error administrativo que permitió que no se les retrajera hace dos años el 5% de su salario, como obligaba la ley, está ya presupuestado en las cuentas de 2012. Es decir, la institución no tiene ninguna duda de que lo ingresará y cuenta con ello para cuadrar los números. “Hubo un error en la aplicación del decreto. La intervención lo puso de relieve y el Tribunal de Cuentas ha venido exigiendo que se debe aplicar. Esto no es un perjuicio a los trabajadores, es el cumplimiento de una ley”, ha asegurado Belenguer, "por duro que parezca". Pero ellos no lo ven así y está mañana (repartían octavillas a la entrada de la rueda de prensa) han solicitado los permisos para las huelgas que tienen previstas durante todas las funciones de Cyrano de Bergerac (que se estrena el 10 de mayo).

Pasar página

Belenguer no ha querido polemizar con el error que cometieron sus predecesores, pero sí se ha desmarcado de lo sucedido. "Hay que pasar página, lo hecho, hecho está y yo vengo con este tema heredado. Ahora es preciso trabajar para el futuro", se ha limitado a decir. Respecto a la marcha de Muñiz, el presidente del Patronato, Gregorio Marañón, ha precisado que se trata de un "relevo tranquilo y previsto, tomado en el momento oportuno y de común acuerdo".

Belenguer tiene que recortar otro millón y medio para compensar la reducción de la aportación de las administraciones públicas

Pese a contar con ese millón de euros que pretende aliviar las cuentas del Real (los empleados piensan denunciarlo en los tribunales porque consideran que, como mucho, se les puede aplicar la retroactividad de un año), Belenguer tiene que recortar otro millón y medio para compensar la reducción de la aportación al presupuesto de las administraciones públicas. Lo hará, dice, con todo tipo de medidas de austeridad. Pero no tocará, en absoluto, el apartado artístico de la próxima temporada, que ha calificado de “excelente”.

Durante su comparecencia ha recalcado todo el tiempo la sintonía que mantiene con el proyecto del director artístico, Gerard Mortier, y ha querido dejar claro, tras las repetidas preguntas, que la austeridad está encaminada a poder mantener la excelencia artística y el compromiso con público y abonados para la temporada 2012-2013. En ningún caso se suprimirá ninguna producción. “He estudiado la temporada. Es excelente y tenemos que trabajar en esa línea. Hay plena garantía de que se puede asumir con el presupuesto. Eso es el Teatro Real, así que tenemos que trabajar en otros campos. Hay que defender la temporada”.

Este año se han dado de baja 2.028 abonados, muchos por discrepancias con la línea artística del Real. Para el siguiente curso, de momento, la cifra se ha reducido a 191, explicó Belenguer. Su compromiso, asegura, incluye trabajar también por los que se marcharon e intentar que recuperen la confianza. “Nuestros 15.787 abonados son el gran activo que tenemos. Así que asumiremos con profesionalidad sus críticas y opiniones”.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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