_
_
_
_
_

Animadas fantasías eróticas

La imaginación es nuestro mayor tesoro. Es capaz de añadirle a las relaciones aquella pizca de emoción y erotismo que le faltan. La escritora Roser Amills ha escudriñado por el ojo de la cerradura a personajes famosos a través de biografías, entrevistas, vídeos… Y ha recopilado las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia. Un recorrido gozoso

ILUSTRACIÓN DE GABRIEL MORENO

Los adultos necesitamos la literatura obscena como los niños los cuentos de hadas, para liberarnos de la fuerza de las convenciones”, decía, al parecer, el sexólogo Havelock Ellis. Y la escritora y poeta mallorquina Roser Amills, cargada con tal idea y con el lema de Luis Buñuel bajo el brazo (“la imaginación no delinque”), se lanzó a la recopilación de esas fantasías que rompen convenciones. Lo hizo más que nada por curiosidad, confiesa a su regreso de unas vacaciones en la nieve, y tras la publicación de su penúltimo libro, Morbo. “Quería saber cómo y en qué soñaban y se inspiraban mis personajes preferidos”. Porque tales sueños y estímulos nos definen casi tanto como nuestros actos. Y no solo a nosotros, sino a nuestra época.

"Hay algo muy excitante en ser sumisa. No me disgusta que me aten con pañuelos de seda"

Primero fueron fichitas donde, cual hormiga, acumuló peripecias, anécdotas, confesiones de famosos de toda condición… Hasta que se dio cuenta de que ahí había mucha tela que cortar: fantasías y curiosidades de impacto, decadentes y nobles, inflamadas e intelectuales, epistolares o austeras, románticas, estrafalarias… Y con mil detalles de atrezo: desde los susurros o gritos hasta los lugares exóticos, hoteles y muebles, los disfraces o uniformes, la lencería, el aparataje religioso, los alimentos retozones, los culos o tetas, las felaciones o azotes, el sometimiento, el look de doncellas u operarios… Cada uno se estimula como quiere o puede.

Las más gustosas

La autora se quedó prendada de fantasías imaginadas o escritas, como esa descripción del coito de Stendhal: “Al día siguiente se trataban de tú”.

1. Hacerlo sobre la mesa de la cocina con Sinatra (Ava Gardner y Marilyn Monroe).

2. Fijación erótica por maniquíes y autómatas (Man Ray, fotógrafo).

3. Sátiros achaparrados con un harén de modelos (Klimt, Picasso, Toulouse Lautrec).

4. "Pintar a una mujer es poseerla" (Modigliani, pintor).

5."Para que se me levante, me basta con pensarlo" (Maupassant, escritor).

6. Dejar leer sus diarios de soltero a su mujer… (León Tolstói, escritor).

7. Hacerlo con el psicoanalista (Anne Sexton, Anaïs Nin, L. A.-Salomé, Rilke).

8. Mostrarse desnudas en redes sociales (Courtney Love y Pamela Anderson).

9. Bisexualidad pasiva: "Dejé que utilizaran mi cuerpo" (Marlon Brando, actor).

10. Practicar felaciones a miles de hombres, incluyendo a cien romanos en una sola noche (Cleopatra).

11. Fotografiarse el trasero con el móvil y hacerlo en la parte de atrás del coche (Scarlett Johansson, actriz).

12. En un probador (Kirsten Dunst, actriz), o en un lavabo público de aeropuerto con el primero que pase (Rosa Regàs, escritora), o antes de salir al escenario (Julio Iglesias).

Ella anotó y anotó. Y luego comprobó con los vivos que tales cosas eran ciertas. Y con los que no fue resolutiva: “Si te cuentan la leyenda y la versión seria, quédate con la leyenda”, dice la autora del libro resultante, Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia (Lectio Ediciones). Y ahí está: una obra que destila tolerancia y buen humor. Un recorrido gozoso por nuestras interioridades y alcobas. La capacidad de fantasear es para Amills un signo de inteligencia “porque enriquece las relaciones”. Tal ejercicio lo practicamos todos. También ella. Por ejemplo, con sus profesores de esquí estos últimos días. La tenían obnubilada. “Yo, que soy isleña y mediterránea, ¡he aprendido a esquiar! Qué experiencia. No había apenas gente en las pistas, y sea por agradecimiento o por la emoción, cuando te enseñan algo nuevo es un incentivo para desarrollar fantasías eróticas con los monitores: si además son guapos y están en forma, ¡qué te voy a contar!”. Que las ensoñaciones tienen que ver con lo que no se tiene, lo prohibido o lo secreto, es sabido. Y aquí va un resumen de lo que muchos/as desearon y/o consiguieron.

Alfred Hitchcock

Director de cine. Las prefería rubias.

Se enamoraba de sus actrices (Ingrid Bergman, Grace Kelly), pero ellas le daban calabazas. Entrevistado un día por François Truffaut, confesó: “¿Por qué elijo mujeres rubias y sofisticadas en mis películas? Buscamos mujeres de mundo, verdaderas damas que se transformarían en prostitutas en el dormitorio”. En 1961 vio a la joven modelo Tippi Hedren en un anuncio… La lanzó al estrellato y no dudó en someterla y exigirle que “estuviera sexualmente disponible para él donde y siempre que él quisiera”. Ella lo contó en Las damas de Hitchcock.

Albert Einstein

Científico. Deseo de dominación de la esposa.

En La mujer detrás de Einstein, de Arthur Spiegelman, se lee la lista para su mujer, Mileva Maric, con instrucciones sobre sus relaciones: “A) Te encargarás de que: 1. Mi ropa esté en orden; 2. Que se me sirvan tres comidas al día; 3. Que mi dormitorio y mi estudio estén en orden y no sea tocado por nadie. B) Renunciarás a tus relaciones personales conmigo, excepto cuando se requieran por apariencias sociales. No solicitarás que: 1. Me siente junto a ti en casa; 2. Que salga o viaje contigo. C) Prometerás observar estos puntos cuanto estés conmigo: 1. No deberás esperar ninguna muestra de afecto mía ni me lo reprocharás; 2. Deberás responder de inmediato cuando te hable; 3. Deberás abandonar el dormitorio o el estudio y sin protestar cuanto te lo diga. D) Prometerás no denigrarme a los ojos de los niños, ya sea de palabra o de hecho”.

Juan Marsé

Escritor. Desconocida y disponible.

Sueña que camina por una calle desierta y una desconocida, atractiva y apetecible, se desmaya justo delante de él, lo que le deja libre para hacer “cualquier cosa con ella”.

Elisenda Roca

Periodista. Masaje bien untada en aceite.

Ellos

Abunda el imaginario corporal. Como esa reflexión de un experto onanista, el director Billy Wilder: “Cuarenta y cinco años masturbándome y sigo sin tener fuerza en la mano”.

James Joyce

Fetichismo. Braguitas aromatizadas.

Quizá por una sensibilidad erótico olfativa, Joyce escribe a Nora, su esposa, en 1919: “Mi dulce y traviesa pajarita folladora. Aquí está otro billete para comprar lindas bragas, o medias, o ligas. Compra bragas de puta, amor, y asegúrate de rociarlas con algún agradable aroma”.

James Dean

Actor. Bruja vampiresa, tacones y corsé.

Corrieron ríos de tinta sobre su relación con Maila Nurmi, famosa vampexperta en ritos de magia negra. Salían juntos por los locales de Sunset Boulevard y otros. La trágica muerte de Dean generó leyendas negras acerca del embrujo que ella ejercía en él.

Tony Curtis

Actor. Mil amantes y… Marilyn.

Se casó seis veces. Tuvo más de mil amantes. Pero nadie le marcó como Marilyn, con quien mantuvo una relación desde 1950 en la que ambos eran infieles a sus parejas. Él aireó sus intimidades: “En la cama, nunca estaba seguro, ni antes, ni durante, ni después, de dónde tenía la cabeza”.

Unas amigas suyas viajaron a India y regresaron cargadas de historias. Una: el masajista, musculoso y bellísimo, que las embadurnó de aceites “desde la punta de los dedos de los pies hasta la cabeza”, sin olvidar ninguna, ninguna parte del cuerpo”.

Catherine Millet

Crítica de arte. Sexo en público y en grupo.

Adora el sexo en lugares públicos, preferiblemente en grupo, y así lo publicó en 2001 en La vida sexual de Catherine M., donde relata sin tapujos sus experiencias con grupos de personas en diversos escenarios, una pasión desaforada por el sexo múltiple que le permitía imaginarse como la muñeca hinchable “de una pandilla de congresistas nerviosos que me jodían a escondidas”. Organizó su vida sexual tal cual cuenta.

Thomas Alva Edison

Inventor. Tocamientos en morse.

Inventor y hombre de negocios reconocido por haber perfeccionado la lámpara incandescente y promover las primeras redes eléctricas domésticas, fue prácticamente sordo a causa de la escarlatina que padeció de niño. Después de la muerte de su esposa, conoció a Mina Miller, 20 años menor. Edison le enseñó a utilizar el código morse para conversar en secreto. Un día, Edison le preguntó .-- .. .-.. .-.. -.-- --- ..- -- .- .-. .-. -.-- -- . (will you marry me?). La respuesta de Mina fue -.-- . ... (yes). Y siguieron así: el código telegráfico se convirtió en un sistema de comunicación habitual en la pareja, y cuando asistían a una obra de teatro, Edison apoyaba su mano sobre la rodilla de Mary para telegrafiarle los diálogos de los actores.

Lenny Kravitz

Rockero. La esposa perfecta.

En 2008 declaró que hacía tres años que no practicaba sexo y que pretendía continuar así hasta que consiguiera una esposa perfecta con “cabeza y espíritu”. No especificó qué cabeza ni qué espíritu.

"El sexo es siempre diferente. Lo es en distintos momentos de nuestra vida, con distintas personas  y con las misma"

Lola Montez

Bailarina y cantante. Recambio de amantes.

Decía ser de Sevilla, aunque en realidad era irlandesa, y recorrió con éxito la Europa del siglo XIX, acumulando amantes y escándalos. Se casó tres veces y fue favorita del rey Luis I de Baviera, que la hizo baronesa de Rosenthal, entre otros. ¿Su secreto? Un escritor de la época contó que ella podía “realizar milagros con los músculos de sus partes privadas”.

Jean-Paul Sartre

Escritor. Incesto a la inversa.

Sartre siempre sintió preferencia por mujeres mucho más jóvenes que él, pues, como cuenta en sus memorias, le entusiasmaba desvirgar jovencitas. En los años sesenta, una adolescente, Arlette Elkaïm, se hizo absolutamente dependiente, y primero fueron amantes, luego él la protegió como una hija y finalmente la adoptó oficialmente.

Grace Kelly

Actriz y princesa. Colección de hombres y esmeraldas.

Uno de sus amantes, el profesor de arte dramático Don Richardson, dijo de ella: “Era fría como el acero. Arrasaba como un tanque el camino que se había señalado. Y lo que puso fin a nuestro romance fue cuando empezó a interesarse por gente indeseable. Comenzó a salir con el maître del Waldorf, luego su amante. Una noche salió con Ali Khan (esposo de Rita Hayworth). Un día me mostró un brazalete de oro y esmeraldas. Conocía a varias chicas que tenían uno igual. Cuando Ali Khan salía con una chica, le regalaba una pitillera con una esmeralda, pero cuando la follaba, le regalaba el brazalete. Fornicaba con todo aquel con quien se relacionaba y que estuviese en condiciones de hacer algo por ella, agentes, productores, directores… Lo triste es que no tenía necesidad de hacerlo, ya era famosa”.

"Me parecen muy atractivos unos muslos por los que chorre algo viscoso. La piel se hace más cercana..."

Truman Capote

Escritor. Superioridad, quitarle el amigo a una amiga.

Cargaba sobre sus espaldas una historia familiar que le atormentaba: el sonido primordial de su infancia fue el de una puerta al cerrarse y el taconeo de su madre al salir, abandonándole, para ir al encuentro de innumerables amantes. El año –1948– en que publicó su primera novela, Otras voces, otros ámbitos, conoció a quien fue su compañero hasta su muerte: Jack Dunphy, escritor y exbailarín de Broadway, entonces casado con Joan McCracken, de quien se divorciaría en 1950 para quedarse con Capote. En la revista Interview, este dijo: “No hay nadie en el mundo que no se pueda conquistar si uno se concentra en ello”. Estuvieron juntos hasta la muerte del escritor.

Manuel Vázquez Montalbán

Escritor. A disposición de Sharon Stone.

La rubia de sus fantasías era ella. Hasta le escribió una carta: “Desde que la ví en Instinto básico, me enamoré de usted… a partir del momento en que cruza las piernas ante los policías, estrangulados aquellos hombres por ese tumor de deseo que suelen provocar las mujeres que se abren de piernas para insinuarse… Es usted la mejor madre desnuda de este fin de milenio. Quedo a su entera disposición”.

Marlene Dietrich

Actriz. Provocadora. Sin miedo a hacerlo o contarlo.

“Su nombre comienza como una caricia y acaba como un latigazo”, dijo de ella Jean Cocteau. Se casó en 1924 con Rudolf Sieber y tuvieron una hija. Él le dio la idea de actuar con ropa de hombre. Y Claire Waldoff la inició en el amor lésbico. Según Greta Garbo & Marlene Dietrich. Safo va a Hollywood, de D. McLellan, fue la bisexual más ocupada de Berlín, seductora hábil e insaciable de directores, actores, actrices… por puro gusto. Klaus Kinski contó de su exnovia Edith Edwards: “Marlene rompió las bragas de Edith entre bastidores en un teatro de Berlín y, usando solo la boca, la llevó al orgasmo”. Más polémica, 30 años después, Marlene afirmó que Greta Garbo “era grandísima allí abajo”, y hasta se atrevió a negar sus favores a Hitler. En una velada, el director Billy Wilder le propuso contar algunas de sus experiencias lésbicas. Ella lo hizo. Los comensales quedaron mudos hasta que Wilder espetó un: “¡Oh! Perdonad, os estamos aburriendo…”.

Thomas Mann

Escritor. Los torsos de albañil.

Ellas

Ante todo prima la curiosidad: “Cuando tengo que elegir entre dos males, siempre prefiero aquel que no he probado” (Mae West, actriz).

Mata-Hari

Artista y espía. “Amo a los militares”.

“Prefiero ser la amante de un oficial pobre que de un banquero rico”, declaró. Por eso, en 1895, se casó con uno que buscaba esposa a través de un anuncio. Él resultó ser alcohólico y asiduo a los burdeles, pero lo trasladaron a las Indias orientales, y ella aprendió allí danzas nativas, lo que marcaría luego su vida.

Patti Smith

Cantante. Escribir y masturbarse.

“No considero que escribir sea un acto silencioso, introspectivo. Es un acto físico. Cuando estoy en casa, con mi máquina de escribir, me vuelvo loca. Camino como un mono. Me humedezco. Tengo orgasmos. En vez de inyectarme heroína, me masturbo 14 veces seguidas”.

Amy Winehouse

Cantante. Azotes en el culo y tríos.

Spanking y tríos. La cantante admitió que se encendía con tal cosa en sus relaciones. Y ni pestañeó cuando un diario acusó a su marido de amores con una reclusa de Pentonville, donde estaba preso. Y se supo que él le propuso a esta "sexo a tres" con Amy.

Carla Bruni

De famoso en famoso y tiro porque me toca.

“Soy una niña, a pesar de mis 40 años y de mis 30 amantes”. La pregunta del millón es quiénes integran tal lista. Mick Jagger, Donald Trump, Eric Clapton, Kevin Costner… Ella posó, cantó y buceó en sus aguas de famosos, hasta que llegó Sarkozy y la hizo primera dama de Francia.

Tuvo seis hijos, pero su bisexualidad, que se inicia con su amor juvenil por un compañero de escuela, es conocida. El mismo año de su matrimonio nace su primera hija, y en 1919 ya tiene seis, lo que demuestra su capacidad para hacerle el amor a Katja Pringsheim. Paralelamente se dedicaba a apreciar el torso desnudo de los albañiles. En sus diarios expresa momentos clave, descubre sus impulsos a su mujer, o, al someterse a una operación pulmonar, aprovecha para reparar en la belleza de los jóvenes médicos.

Axl Rose

Músico. Gemidos en el estudio de grabación.

Novia de Steven Adlder, batería de Guns N’ Roses, se dijo que Adriana Smith pasó por la cama de todo el grupo. En 1987, con 19 años, tuvo sexo con Axl (vocalista) en el estudio de grabación, dejando sus gemidos orgásmicos inmortalizados en la última canción del disco Appetite for destruction.“Recuerdo que estaba bebiendo en el estudio y Axl se me insinuó. Siempre tuvimos la misma clase de tentación, y una vez juntos, fue como el fuego y la gasolina. Axl tenía la visión de llevarme de gira con ellos para tener sexo detrás de una pantalla sobre el escenario”, contó ella.

Salvador Dalí

Artista. Chuletas, beicon, langosta: fantasías caníbales.

“A los seis años quería ser cocinera. A los siete, Napoleón. Desde entonces, mi ambición no dejó de crecer, como mi delirio de grandeza”, dijo. La cocina le fascinaba, era para él un orgasmo más, y su sueño era empequeñecer a Gala como una oliva para poder tragársela. “El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura”, dejó en una entrevista de 1971. “Un hombre se manifiesta tal cual cuando tiene un tenedor en su mano”, afirmaba. Más fantasías: “Me gustan las chuletas y me gusta mi mujer, no veo ninguna razón para no pintarlas juntas”. Ocho años después, pintaría su autorretrato acompañado de una loncha de beicon.

Elvis Presley

Cantante. Niño de mamá.

Tuvo una madre sobreprotectora, Gladys Smith, y fue la única mujer a la que amó. A su esposa, Priscilla, la llamaba a veces con su nombre y, en plena fantasía de reencarnación, le insistía en que se le parecía. A sus ojos, las mujeres se dividían solo en ángeles (como su madre) o putas. Y le costaba relacionarse con ellas. Una de sus múltiples novias, Sheila Ryan, contó: “Lo que más le gustaba era besar y toquetear, en plan quinceañero, hasta que te graduabas en maternidad. Entonces te convertías en la persona que le cuidaba, que le traía cosas por la noche, agua, pastillas, comida…”.

Janis Joplin

Cantante. Simplemente sexual. Nació en familia conservadora, llevó una doble vida, aunque poco discreta por su carácter apasionado y promiscuo. Tuvo como amantes a más mujeres que hombres, pero ella se declaró “simplemente sexual”. Así, sus amigos decían que era bisexual; la prensa, que era hetero,y las lesbianas, que era tal. Tras su muerte por sobredosis, con 27 años, dejó 600 dólares para que se celebrara con una fiesta salvaje.

Fernando Pessoa

Escritor. Infantilización.

La carta del 5 de abril de 1920 a su amada Ofelia Quiroz: “¿Cuándo podremos encontrarnos a solas en cualquier parte, amor mío? Siento la boca extraña, sabes, por no tener tus besitos hace tanto tiempo… ¡Bebé mío para sentármelo en el regazo!… cuerpecito de tentación, te he llamado, ven aquí, ven al lado de Ninito; ven… estoy tan solo… tan solo de besitos”.

‘Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia’, de Roser Amills, se ha publicado en Ediciones Lectio (colección Entre Paréntesis).

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_