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Spastor apuesta su vuelta al negro

El dúo de diseñadores regresa a la moda cuatro años después de abandonar Cibeles

Los diseñadores Spastor, Ismael Alcaina y Sergio Pastor, en su estudio de Barcelona.
Los diseñadores Spastor, Ismael Alcaina y Sergio Pastor, en su estudio de Barcelona. marcel·lí sàenz

“Hemos tenido tiempo para reflexionar”, dicen ambos al unísono. Perfectamente de negro, del cabello a los zapatos. Cuatro años de ausencia dan para mucho. Para reflexionar y para darse cuenta de que ellos quieren seguir haciendo moda.

El dúo de diseñadores Spastor, en realidad Sergio Pastor e Ismael Alcaina, dejó en enero de 2008 la Pasarela Cibeles para “no morir de éxito”. Criticaron entonces la incapacidad de la industria española de responder a las demandas de producción de los diseñadores más pequeños y las ayudas públicas sin sentido.

¿Qué han hecho en este tiempo? “Hemos estado en la sombra, pero vinculados al mundo de la moda”, explica Ismael mientras abre la puerta de un amplio y bien iluminado piso en el casco antiguo de Barcelona y que linda con tiendas de ropa al por mayor.

Ambos se han dedicado a dar clases, han realizado desarrollos para otras marcas, diseñado vestuario para danza... y ahora vuelven a ponerse debajo del foco: el público. Más tranquilos, aunque solo de momento.

Son uno de los 10 finalistas al Botón-Mango Fashion Award, un premio de moda dotado con 300.000 euros. En dos semanas tienen que presentar 10 looks con un presupuesto entregado por la firma Mango de 18.000 euros. El 30 de mayo se conocerá en una gala el nombre del ganador. Spastor son los únicos españoles en la recta final.

Casi todo está preparado en el estudio de los diseñadores. Enormes plafones de madera forrados de papel que simulan espejos envuelven esta colección invernal de mujer. Ellos, que se hicieron un nombre con el vestir masculino, se atreven con la mujer: “Nos hacía cosquillas en el cerebro”. Todo es en negro. “Spastor is back; Spastor is black (Spastor ha vuelto; Spastor es negro)”, bromea Ismael. Aunque no hay ningún negro igual que otro en la propuesta. Y decenas, centenares de botones. “Es nuestra obsesión. Son de cristal y nos los hacen en Alemania”, explica Sergio. El negro no es, sin embargo, una visión. Su futuro es de colores. Si ganan los 300.000, fantástico. Y si no, pues ya se verá.

“Lo que tenemos muy claro es que realizar una colección por temporada es un exceso. No podemos abarcarlo”, aseguran estos diseñadores que conocen bien la moda española. Comenzaron en Barcelona con el ModaFAD a mediados de los noventa, desfilaron en Gaudí, Cibeles, en París y vendieron sobre todo sus piezas en establecimientos japoneses. Ahora vuelven en plena crisis. “Es un momento realmente malo, pero nosotros no somos de quejarnos”, dicen. “O lo hago para arreglarlo o ciao”, apostilla Ismael. “Es un momento para las uniones, vale ya de restar”. Y como ejemplo ponen a Josep Font, nuevo director creativo de Jesús del Pozo.

Ismael y Sergio reivindican para ellos y para todos los que están como ellos “libertad para crear”. De muestra un botón. Y si es el Mango, mejor.

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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