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El cine español afronta el descalabro

El Gobierno suspende las ayudas a guion, cortometraje, investigación, exhibición, cine de animación y telefilmes Las desgravaciones fiscales no superarán el 25%

Rocío García

Pocas, muy pocas, razones hay para el optimismo en el sector del cine. Y aunque la responsable política de ello, la directora general del ICAA (Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales), Susana de la Sierra se califique a sí misma de optimista, los datos que ayer ofreció no dan para muchas alegrías, más bien para ninguna. Las 11 líneas de ayudas de las que gozó la industria cinematográfica en 2011 se han reducido a seis. Este año no habrá dinero para ayudas a guion, tampoco para películas para televisión o series de animación, ni para producción de proyectos culturales y de formación no reglada. Las nuevas tecnologías, la investigación y el desarrollo tendrán que esperar también tiempos mejores. Los cortometrajistas no podrán tampoco en 2012 acceder a ningún tipo de ayuda, como tampoco el sector de la exhibición. A todos estos recortes —la dotación del Fondo Nacional de la Cimetografía se ha quedado reducida a 49 millones de euros, un 35% menos que en 2011— se añade otra noticia nada esperanzadora.

El tan cacareado nuevo modelo de negocio en el cine, basado en una política de desgravaciones fiscales que se encuentra en fase de negociación con los responsables del ministerio de Hacienda, que son los que tendrán la última palabra, no podrá estar listo, como mínimo, hasta finales de año. La razón, además de las propias dudas del ministro de Hacienda, se encuentran, según explicó ayer Susana de la Sierra, en que esta nueva norma tendrá que contar con la aprobación de la Comisión Europea, que en estos momentos se encuentra revisando el marco jurídico de ayudas al cine. Sin esta comunicación de la CE, que no estará lista antes de septiembre, no puede haber reformas normativas en la legislación.

Con este panorama se presenta un año más que complicado, que la directora del ICAA intentará apaciguar con una serie de medidas, todavía sin especificar, para “dotar de liquidez inmediata a la producción cinematográfica” y que, aseguró, se conocerán en los próximos días.

Las únicas ayudas que se mantienen son las ayudas anticipadas a largometrajes —tres millones de euros—, la distribución —2,5 millones—, la conservación del patrimonio cinematográfico —550.000 euros—, las de amortización a cortos ya realizados —500.000—, a las películas que acudan a festivales —500.000— y a la organización de los diferentes festivales —795.000—. En esta última cifra no se cuentan las subvenciones nominativas a los certámenes en los que Cultura forma parte de sus respectivos consejos de administración (San Sebastián, Málaga y Huelva), que no verán rebajada su dotación con respecto a 2011 (un millón de euros, 100.000 y 60.000, respectivamente).

Las desgravaciones fiscales, en las que todo el sector tiene puestas sus esperanzas, se están negociando directametne ya entre los titulares de Educación, Cultura y Deportes, Jose Ignacio Wert, y el de Hacienda, Cristóbal Montoro. El pasado miércoles tuvo lugar un encuentro entre ambos dedicado a estudiar este tema, entre otros. Muy lejos parece estar ya la cifra mágica del 40% de desgravación. Susana de la Sierra la calificó ayer directamente de “irrealista”, y rebajó las expectativas a un 20% o un 25%. En la actualidad, por ley, está fijada la cifra en un 18% de desgravación que, sin embargo, no ha conseguido funcionar.

“Si con una desgravación del 18% no se ha conseguido atraer a los inversores privados, ¿por qué cree que sí va funcionar la de un 20 o un 25%?”, se le preguntó a De la Sierra. “Hay muchos problemas jurídicos para su aprobación. No ha sido atractivo porque su aplicación es complicada y difícil. Lo importante no solo es el porcentaje, sino también la búsqueda de nuevas fórmulas jurídicas para facilitar su aplicación”, contestó.

Aun con estos datos tan abrumadores, la directora del ICAA quiso enviar un mensaje de tranquilidad. “Sí, estoy preocupada. Hemos tenido muy poco margen de maniobra en el presupuesto, pero soy optimista y pienso que tenemos que luchar. Confío en que entre todos consigamos mejorar”.

Susana de la Sierra negó que el recorte en el cine se haya debido a una decisión política —“hay que despolitizar el cine porque los argumentos políticos no conducen a nada”—, aunque reconoció que la dotación del fondo le vino impuesta “desde arriba”, sin querer entrar en más detalles sobre a qué Ministerio se refería. La directora del ICAA achacó la diferencia de recorte con respecto a otros sectores de la Cultura en que “los gastos fijos de otros sectores no tenían margen de maniobra y el fondo sí”. No quiso entrar a valorar las declaraciones de Cristóbal Montoro en las que arremetió contra las series de Televisión Española y sus precios, pero sí apuntó lo siguiente: “No sé si las series de TVE son caras o baratas, pero en tiempos de crisis no es malo invertir en la propia industria, porque funcionan, se exportan y tienen calidad”.

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