_
_
_
_
_

Un vuelo a la decepción

Gregorio Belinchón
George Clooney en 'Up in the air'.
George Clooney en 'Up in the air'.

Parece increíble que con el tiempo, un actor tan marcado por su belleza como George Clooney haya sabido convertir el adjetivo dúctil en su marca de la casa. Ha ido construyendo una carrera firme, inteligente, de largo largo recorrido, huyendo de lugares comunes (bueno, sí, hizo un Batman, pero era una oferta imposible de rechazar), en la que encima ha demostrado talento descomunal en la dirección. Up in the air pertenece a una de sus, denominémoslas así, ‘líneas de trabajo’: la del drama puro, con clases magistrales como Syriana, Los descencientes y la de este Ryan Bingham, un tipo de vida escrupulosamente medida, en concreto la que cabe en una maleta de 55 cm x 40 cm x 20 cm y no más de 10 kilos de pesos, es decir el máximo tamaño del equipaje para no ser facturado y poderlo subir a la cabina. Jason Reitman, que está deviniendo en tan gran creador como su padre, completa este personaje, que podría parecer pintoresco, con una profesión comparable a la de un enterrador en el salvaje oeste: va a las empresas a echar a los trabajadores, y mientras dura la película, enseña su labor a una recién llegada a la vez que intenta llegar a las 10 millones de millas aéreas completadas. Pero como todo viejo sabueso callado, Bingham tiene su corazoncito y el suyo se lo robará el personaje de Vera Farmiga: otro gran acierto de Up in the air, que intercambia los roles en esa pareja.

Up in the air se basa en una novela y su adaptación comenzó a escribirse antes de que estallara la actual crisis económica, pero desde luego hoy tiene una desasosegante actualidad en su interior: la de los parados de más de 50 años (esta drama haría un perfecto programa doble con The company men’),la de los profesionales que han dedicado su vida a una empresa y sus jefes les devuelven su dedicación convertida en míseros céntimos. Aquì, Reitman transmuta en tipo duro, que huye de la broma fácil (eso lo guarda para otros momentos de la acción), sincero aunque amante de sus personajes. Como ya lo había demostrado en Gracias por fumar y Juno, y posteriormente en Young adult, todos retratos de la sociedad actual en la línea wilderiana de coger a un ser anodino y a través de él analizar al alma humana. Candidato cuatro veces al Oscar –una por la dirección de Juno, y tres, por el guion, la dirección y a mejor película, por esta ‘Up in the air’-, Reitman ya está con la preproducción de Labor day, con Kate Winslet y Josh Brolin: no le faltan estrellas que quieran trabajar con él. Pero ahora es el momento de abrocharse los cinturones y pasear con Clooney-Bingham por el cielo y la tierra, por el amor y la desesperanza, por la vida.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_