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OBITUARIO

Marisa Medina, un rostro popular en varias pantallas

La presentadora de televisión probó fortuna en el cine y la literatura

Manuel Morales

De voz cálida y atractiva, Marisa Medina fue un rostro muy popular en los años sesenta y setenta, cuando solo había una televisión en España. María Luisa Guiu Medina, fallecida en la madrugada de ayer a los 69 años de edad de un cáncer de colon e hígado, había nacido en Madrid en 1942. Comenzó su carrera profesional en 1964, cuando se incorporó a la plantilla de locutores de TVE. Medina se convirtió pronto en una cara conocida por ser uno de los locutores de continuidad –los que aparecían en pantalla cuando por razones técnicas desaparecía la emisión–. En los años siguientes presentó casi todos los festivales de la canción –como Eurovisión– con José Luis Uribarri casi siempre de compañero. Este declaró a Efe que Marisa Medina poseía “una memoria envidiable, tenía una dicción e imagen perfecta”. De esa capacidad para aprenderse los guiones mientras la maquillaban también hizo mención otro de sus compañeros, José María Íñigo: “No necesitaba leer nada, era como si tuviera un teleprompter en la cabeza”.

Marisa Medina se casó el 25 de mayo de 1970 con el compositor Alfonso Santisteban, con el que tuvo tres hijas: Silvia, Alexandra y Laura. El matrimonio se rompió en 1994, cuando ambos presentaron de mutuo acuerdo la demanda de divorcio.

De la televisión, Medina pasó al cine y la televisión. Debutó en 1971 con La casa de los Martínez, y llegaría a participar en 12 películas a lo largo de la década de los setenta, siempre con personajes episódicos. Fueron años de títulos como Si fulano fuese mengano, En un mundo nuevo, junto con Karina, la estrella del momento, Los caballeros del botón de ancla, El padrino y sus ahijadas; Las señoritas de mala compañía, con José Luis López Vázquez; El comisario G, Vida íntima de un seductor, Pecado mortal, y Eva limpia como los chorros del oro. En 1983 abandonó el mundo del cine: solo reaparecería en una ocasión, en 2005, a raíz de la llamada de Santiago Segura, que le ofreció un papel de estrella invitada en Torrente: El protector.

Tras su etapa cinematográfica, probó suerte con la literatura. Autora del poemario Quien espera…, debutó como autora teatral con la obra La noche de los maridos infieles, que permaneció en escena año y medio. En 1980 dirigió un texto escrito por ella, Burguesa de día, burguesa de noche. Al año siguiente presentó su novela Muñequita linda, sobre la vida de una presentadora de televisión, aunque negó que fuera de carácter autobiográfico.

A comienzos de 1990 regresó a TVE con el programa Buenos días. Un año después pasó a presentar el espacio Llave en mano, dedicado a la vivienda. Sus últimos trabajos en televisión fueron colaboraciones en el programa TNT, de Telecinco. Después se alejó del medio y las noticias que llegaron de ella eran las relativas a sus adicciones, una dura vivencia que reflejó en el libro Canalla de mis noches (2003) y el poemario La droga solitaria (2008). "Las drogas y el alcohol me han pasado factura, pero sobre todo mi adicción al juego. He sido ludópata, me he jugado mucho dinero y lo he perdido todo", aseguraba hace unos meses en una entrevista en televisión. En 2005, la Asociación Profesional Española de Informadores de Prensa, Radio y Televisión le concedió uno de sus Premios Entrañables, un reconocimiento al cariño del público como el que se manifestó ayer en las redes sociales desde el momento en el que se conoció su fallecimiento, adelantado por Telecinco.

 

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Sobre la firma

Manuel Morales
Periodista de la sección de Cultura, está especializado en información sobre fotografía, historia y lengua española. Antes trabajó en la cadena SER, Efe y el gabinete de prensa del CSIC. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster de Periodismo de EL PAÍS, en el que fue profesor entre 2007 y 2014.

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