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Sube la fiebre ochentera

Una oleada 'revivalista' inunda las salas de los teatros musicales, con espectáculos como 'Parchís' o 'A quién le importa'

Silvia Hernando
Las nuevas fichas de Parchís
Las nuevas fichas de ParchísMAXI DEL CAMPO

Lo de mirar atrás en el tiempo a modo de inspiración y revisión nostálgica no es ninguna novedad el mundo de la cultura. No hay forma de expresión que no haya echado mano de estilos pasados para crear obra moderna, desde la arquitectura a la literatura pasando por cualquier arte plástica. Hoy por hoy, en España, un ejemplo llamativo de esta tendencia es el del teatro musical, cuya mirada está posada con fijación casi obsesiva en el repertorio de los años ochenta. Parchís; Pretty Woman, my love; Forever King of Pop; 80’s el musical, Flashdance; A quién le importa o Galicia Caníbal son solo algunos de los títulos actual o próximamente en cartelera que beben del pop, el rock y la música bailable de hace tres décadas. Antes que ellos, Hoy no me puedo levantar o Fama abrieron el baúl de los recuerdos de aquellos años de macarras, hombreras y brillantina.

“Los musicales pertenecen al concepto de alto entretenimiento, pero estos de los que hablamos están dentro de la rama de la cultura popular”, señala Coco Comín, directora Fama, ya fuera de cartel, y Grease, en el teatro Arteria Coliseum de Madrid, que aunque no remite a la década de los ochenta, es también una muestra de la tendencia revivalista que invade las salas. “El objetivo es dejarse de pompas intelectuales, porque aunque a algunos les moleste estos son los responsables de los grandes taquillazos”. El público, dice la también coreógrafa, encuentra en estos shows “un lenguaje universal y unos temas perennes. Es un concierto, un espectáculo de danza y teatro todo junto. Los musicales te prometen ocio y diversión, la energía que te aporta la música”.

Pero entonces, ¿de dónde viene esa obsesión por los ochenta? “Vas a cualquier pub y te ponen esa música”, apunta Eliseo Peris a modo de explicación del boom. El director teatral, a falta de una, lleva dos funciones que revisan los clásicos de aquella época: Pretty Woman, my love y 80’s el musical, Flashdance, que tras pasar por Madrid arrancarán una gira por diferentes provincias a partir de abril (el 21, en Toledo) y de otoño respectivamente. “Es una música excelente, que marcó una época, la de la revolución de la música dance en las discotecas”, señala. Los espectáculos que capitanea se fundamentan precisamente en ese factor equis que rezuma lo ochentero. “No hace falta una puesta en escena impactante para recoger la esencia de la música, a diferencia de otros musicales que si no impactan se quedan en nada”, sentencia.

“En 80’s el musical, Flashdance, hicimos un experimento: no había argumento, solamente un maestro de ceremonias que explicaba lo que sucedía en los ochenta a través de las canciones, como por ejemplo la reivindicación de los derechos de la mujer que hacía Donna Summer en She works hard for the money. Y aunque quitáramos toda la parafernalia y dejáramos solo la voz, la coreografía y la selección de canciones seguiría funcionando, porque al público le encanta este tipo de música”, asegura Peris. En Pretty Woman, “un talent show mezclado con canciones antiguas”, el repertorio se extiende desde los años sesenta hasta los ochenta. “Todos los temas son en inglés. Otra lección pendiente sería hacerlo con música española, que no lo descarto”.

Si algún día se lanza, tendrá que competir con otros que ya le han tomado la delantera. Después del precedente sentado con Hoy no me puedo levantar, el espectáculo basado en las canciones de Mecano que se mantuvo en gira desde 2005 a 2011, son varias las apuestas que miran a la producción nacional de aquellos años. Con la Movida como trasfondo, el espectáculo de Nacho Cano se medirá con el poder de convocatoria de otra de las grandes figuras de aquellos tiempos pretéritos de explosión cultural: la de Carlos Berlanga. A quién le importa, que se estrenará en diciembre en Madrid, rescatará himnos como Un Hombre de Verdad, El Rey del Glam o La Rebelión de los Electrodomésticos, aunque con una ausencia notable. "Alaska no va a estar aquí, ellos -en referencia a Fangoria- hacen sus versiones y aquí habrá otras", señaló José Luis Berlanga, hermano del fallecido compositor y productor de la obra, en la rueda de prensa de presentación el pasado enero.

Galicia Caníbal, con arranque previsto para este julio en Vigo, se concentra exclusivamente en la escena gallega, “que fue reconocida más fuera que dentro”. Quien habla, Antón Reixa, lo sabe mejor que nadie. Su grupo Os Resentidos, que compuso la canción que da nombre a la función, participó de lleno en aquel brote creativo en la esquina de España, junto con bandas míticas como Siniestro Total, Golpes Bajos, Aerolíneas federales o Semen Up.

“Es una historia sobre los años ochenta contados desde la actualidad”, explica el también escritor y cineasta Reixa sobre su primera incursión en el teatro. “Habla de una chica, que con su tía a punto de morir, hace un pacto con ella para cambiar personalidades durante un par de días para que esta pueda volver a dar un concierto, que es a lo que se dedicaba por aquel entonces”. Como participante de aquel movimiento, ¿se trata esto de un arranque de nostalgia? “Esa es un arma de doble filo”, dice el director. “En el caso de la música ahora sabemos la pervivencia de aquellos sonidos, pero hoy el nivel de creación es mejor, lo que pasa que no ha encontrado el respaldo de la industria que nosotros sí tuvimos”.

Quienes sí han mirado al pasado con ojos melancólicos son los productores de Parchís, el musical. “Estaba en su memoria colectiva, así que decidieron resucitar el espíritu de esa niñez que habían conocido”, explica el director Alfredo Tobía. Para presentar a la banda de colores a las nuevas generaciones, los viejos temas, aunque perviven, se han actualizado a los tiempos: “Ahora tienen un toquecito rocanrolero e indie”. Aunque, cuenta Tobías, muchos chavales ya venían con la lección aprendida. “En el estreno en Santander [a partir del próximo día 14 estará en San Sebastián] lo que más me chocó fue que los niños se sabían las canciones, no sé cómo ni por qué”, dice con grata sorpresa. Los padres, seguramente, algo tendrían que ver. “De hecho, aunque los niños disfrutan, creo que los padres todavía ganan más, porque se sienten identificados”.

El musical sobre las canciones de Michael Jackson, Forever King of Pop, está construido sobre la personalidad de uno de los iconos que, aunque trascendieron la década de los ochenta, marcaron un hito en el panorama musical de aquellos años. “Si elegí hacer el musical sobre Michael Jackson es porque estaba enamorado de sus producciones de los ochenta con Quincy Jones, que tenían una calidad que ahora se echa en falta”, señala el productor Carlos J. López.

El espectáculo, “el primer musical español que sale de las fronteras nacionales”, rinde homenaje al malogrado artista no solo a través de su música, sino también a base de vídeos y un presentador. “La generación que ahora tiene 40 o 50 años es la que más lo disfruta, porque se recuerda una época supercreativa con una industria musical muy fuerte". Recién cerrada en la República Checa, esta función es, además, el único espectáculo avalado por la Jackson Family Foundation, una fundación que gestiona la familia del rey del pop. “El padre de Jackson vino a ver el espectáculo dos veces, y corroboró que reflejaba fielmente la vida de su hijo. Dijo que nunca había visto nada igual”.

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Sobre la firma

Silvia Hernando
Redactora en BABELIA, especializada en temas culturales. Antes de llegar al suplemento pasó por la sección de Cultura y El País Semanal. Previamente trabajó en InfoLibre. Estudió Historia del Arte y Traducción e Interpretación en la Universidad de Salamanca y tiene dos másteres: uno en Mercado del Arte y el otro en Periodismo (UAM/EL PAÍS).

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