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Leyendo la cara B de Sr. Chinarro

Antonio Luque debuta con su primera novela, 'Exitus' El músico también edita '¡Menos samba!', nuevo tratado de costumbrismo pop

Elsa Fernández-Santos
El músico Antonio Luque, líder de la banda Sr. Chinarro.
El músico Antonio Luque, líder de la banda Sr. Chinarro.ULY MARTÍN

Antonio Luque, ese tipo capaz de convertir en canto épico la burlona pintada de un baño de chicas, no puede dejar de escribir. Un año después de la publicación de Presidente, ya están en la calle otro álbum de Sr. Chinarro, ¡Menos samba!, y dos libros: su primera novela, Exitus (El Aleph), y un relato sobre su club de crío, el Betis, para una colección de la editorial Libros del K.O. sobre fútbol y literatura. Por si fuera poco equipaje, tiene en la cabeza (“escribo mucho porque estoy todo el rato comiéndome el tarro y encima tengo muy buena memoria”) el siguiente disco y una segunda novela. Y no, este sevillano de aire ermitaño, voz grave y discurso tan irónico como melancólico, tampoco le hace ascos a una idea que acaba de recibir esta mañana de resaca; el mensaje de la redactora jefa de la revista Rolling Stone, que le ofrece escribir un blog sobre sexo y mujeres. “¡Pero si yo era el pardillo del instituto!”. En broma o no, dice que se lo pensará. “¿Miedo a quemarme? No. Quemarme me quemaré igual”.

Cantante admirado por toda una generación de jóvenes escritores gracias a un repertorio en el que sobran las buenas letras (alguna vez ha escrito que en lengua sacaba sobresaliente, mientras que le echaban al recreo en clase de música), Luque dice que la música le permite lanzarse a la piscina de la literatura sin miedo. “Reconozco que me gustaría que me consideraran más un escritor que tiene una banda que un músico que escribe. Ahora mismo me apunto al primer grupo”.

Le debe su aire de barbudo de la Sierra Maestra a Exitus, la historia de Pepe, un chico de 19 años que se ve obligado a buscarse la vida al morir su padre y abandonarle su madre. “Hice varias intentonas que se cayeron de las manos pero cuando al final arranqué con la historia de la novela no bajaba ni a por la compra, ni mucho menos me afeitaba. Me tiré así varios meses. Comía de pie y rápido para no perder el hilo”. Sin ser autobiográfica, Luque y Pepe (“era el nombre más corto que se me ocurrió para teclear rápido”) comparten algunos territorios: los dos son chicos de barrio con la presión de buscar una salida sensata para su vida.

El músico, antes de ser músico, estudió para perito agrícola. “Y mi padre, felizmente, no se ha muerto pero en el libro el padre está muerto porque un hombre no se hace hombre hasta que no mata al padre”.

Su vertiente más política está en el último disco de Sr. Chinarro. Los más de cinco años que pasó de encargado de línea en una fábrica de Bollicao le han dejado un poso sindical del que no se libran muchos de sus estribillos. “Compraron máquinas nuevas y empezaron a echarnos. Recuerdo cuando el encargado general, que ya sabía que yo era el primero en la lista para poner en la calle, se acercó a preguntarme si era capaz de ganarme la vida con la música. La verdad es que le agradezco aquel detalle. Y, sí, me echaron, pero todo hay que decirlo, con una indemnización de 45 días. Con eso y los dos años de paro, que por supuesto agoté, me permití tener el tiempo para grabar mi primer disco”.

Su huelga de ahora, dice, es a la japonesa. Sin temor a que le tachen, por prolífico, se entiende, como el Calamaro indie, ¡Menos samba! es un disco largo, de 19 canciones."Yo sé cómo escucho música hoy en día y por eso no me veo obligado a quitar canciones. Las que no te gustan, te las saltas y ya. Yo habría quitado alguna pero eran precisamente las que más gustaban a los demás. Como no nos pusimos de acuerdo decidí dejarlas todas”. El disco arranca con La plaga, una especie de sevillana convertida en canción protesta. “Bill Callahan hace canciones country y no pasa nada, son sus raíces. ¿Por qué no puedo hacer yo lo mismo con mi folclore?” La melodía, explica, “tiene aire a Berlanga, a pobre, a español medieval, que describe la situación en la que estamos ahora en España, bastante triste y oscura”. Entonces, como ahora que la realidad aprieta hasta casi casi ahogar, queda al menos el bálsamo de su música.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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