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Comienza la investigación de Gógol en el CDN

Te mostramos en vídeo cómo arranca un montaje de teatro en el Centro Dramático Nacional: en este caso, 'El inspector'

Los montajes de teatro, dicen, son como organismos vivos. Y como tales, comienzan a andar, entre la ilusión y las dudas. En este vídeo se puede asistir al arranque de los ensayos de una de las obras más esperadas de la próxima temporada: 'El inspector', de Nikolái Gógol, estrenada en 1836 y que ahora llega a la cartelera madrileña en versión y dirección de Miguel del Arco en la sede del Centro Dramático Nacional.

Montada a partir de un texto del autor del inmortal clásico de la literatura rusa 'Almas muertas', se trata de una comedia desternillante, según prometen sus actores, un reparto en el que destacan nombres como los de Pilar Castro y Gonzalo de Castro (que en esta filmación luce las barbas con las que aparece cada noche en el María Guerrero para interpretar Luces de bohemia).

Sobre el montaje, Del Arco, escribe: “En su pieza corta A la salida del teatro, Gógol esconde en un rincón del hall de un teatro al autor de la representación que acaba de ofrecerse – queda claro que se trata de El inspector–, para escuchar los comentarios del variopinto público que ha asistido. Un espectador que se ha visto reflejado dice muy ofendido: 'Con la risa no pueden gastarse bromas. Esto equivale a destruir todo respeto. Ni más ni menos. Después de esto, se me acercará cualquiera en la calle y me dirá: se ríen de vosotros. Tú tienes la misma categoría, así que ¡toma una bofetada!'. Otro dice: 'El autor no ha sacado a un hombre honrado siquiera. No se ven más que pillos y pillos'. Tras escuchar todo tipo de opiniones y congratulado por la diversidad de estas: 'Feliz el autor que nació en una nación donde la sociedad no se ha fundido aún en una masa inmóvil', reflexiona, sin embargo, sobre la tristeza que se adueña de su corazón: 'Nadie ha advertido a un personaje honrado que figura en mi comedia. Es la risa. La risa era noble porque se decidió a mostrarse a pesar del bajo concepto que de ella se tiene en el mundo. La risa tiene más valor y es más profunda de lo que se piensa. No la risa ligera que sirve de distracción y diversión a los hombres que no tienen nada que hacer. Me refiero a la risa que brota de la diáfana naturaleza humana, que profundiza el tema de que se trate y hace resaltar lo que de otro modo pasaría inadvertido, sin la penetrante fuerza de la cual no asustarían tanto al hombre la pequeñez y el vacío de la vida. Lo despreciable e insignificante, ante lo cual pasa con indiferencia a diario, no se convertiría para él en una fuerza terrible, casi caricaturesca, y no exclamaría estremecido: ‘¿Es posible que existan tales seres?’, siendo así que su propia conciencia le dice que los hay incluso peores todavía. No, la risa no es indigna. Indigna lo tenebroso, mientras que la risa es luz. Las burlas son lo que más temen incluso los que nada temen en el mundo".

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