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TENDENCIAS: TALENTOS

El sonido de ordenar el caos

Rustie, el inclasificable artista de música electrónica, actúa esta noche en Barcelona

Daniel Verdú
El artista británico Russel Whyte 'Rustie'.
El artista británico Russel Whyte 'Rustie'.

Russel Whyte, conocido artísticamente como Rustie, comenzó escuchando los discos de los Beatles y Jimi Hendrix de sus padres y tocando la guitarra a los 10. Se le daba bien. Después de 18 años ha lanzado un extraño y emocionante álbum que le ha consagrado como uno de los artistas electrónicos más interesantes y distintos de la escena británica. De hecho, aunque él diga que no tenía ni idea, la revista Wire colocó su Glass swords como segundo disco de 2011 y The Guardian le dio el primer premio de su recién estrenado certamen de álbumes. “Pues no lo sabía”.

Tímido y poco dado a la promoción, un tanto sarcástico y parco en sus respuestas, primero deja colgado al periodista en la entrevista telefónica y luego acepta contestar a algunas preguntas por email. En ellas cuenta cómo pasó más de dos años construyendo este álbum encerrado en casa. Lo que él ha bautizado, más bien a modo de guasa, como aquacrunk es un estilo completamente original que bebe del hip-hop, el R&B y el dubstep y que solo encuentra cierto parangón en la música de su colega y paisano de Glasgow Hudson Mohawke.

Una de las particularidades que Rustie posee es que introduce las melodías y sonidos electrónicos a través de una guitarra midi, y no con el típico teclado que suelen utilizar los artistas del género. Esa es la primera de las rarezas que se podrán apreciar en su actuación de esta noche en el ciclo de música experimental de CaixaForum en Barcelona.

“Encuentro muchas progresiones y melodías en la guitarra soy mucho más efectivo así que con el teclado", explica respecto al que ha sido siempre su instrumento preferido. En parte por eso, y por el tipo de reciclaje musical al que se dedica, su álbum suena muy analógico, a veces más cercano al rock progresivo (y no es un insulto) que a la electrónica. Su equipo es un tanto rudimentario y su método, lento y cuidadoso. Todo ello, incluso la estética del disco, en la que lucen enormes cristales alargados, le confiere también un cierto aire new age. Todo ello mezclado con la velocidad de las raves del norte de Gran Bretaña y los ecos de sus inicios como cantante en el coro del colegio. Ahí es nada. “Quería que el disco tuviera un sentimiento muy humano, sí. Me encantan los sonidos electrónicos interpretados por humanos, como con el Groove de los ochenta, el disco y todas esas cosas”, dice el músico".

Cuenta que anduvo mucho tiempo trasteando con este álbum, que ha editado el sello Warp. Perfeccionista hasta la médula, revela que a veces acaba volviéndose un poco loco de tantas vueltas que le da a los sonidos, donde predominan unos potentes y gomosos bajos y crujientes sintetizadores. En realidad, suena a algo así como si alguien tratara de poner al caos. “Muchas veces voy desde arriba del todo hasta el punto desde donde comencé. Y luego empiezo a hacer las cosas peor de lo que estaban. Nunca sabes cuándo el disco está terminado, bueno, cuando está en las tiendas. Pero ni siquiera, porque luego sigo haciendo edits y remezclas del mismo tema”.

Hace un año se mudó a Londres, donde asegura que ha abandonado sus hábitos de fiesta nocturna. Pero ha podido observar de cerca la escena dubstep a la que contribuyó en la lejanía de su Glasgow natal. Cree que ya no tiene nada que ver con aquel origen más unitario. “Ha cambiado completamente. Ahora hay dos claras direcciones: una muy ruidosa y agresiva y otra más sutil, con más clase y un estilo más de mesa de café”. Él, desde luego, no pertenece ni a esas dos ni a ninguna otra perezosa clasificación.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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