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Enamorados del tormento

El autor mexicano publica 'La tejedora de sombras', una historia basada en un hecho real Narra la historia de Christiana Morgan que mantuvo una tormentosa relación durante 42 años con el profesor de Harvard Henry Murray La novela obtuvo el premio Iberoamericano de de Narrativa Planeta-Casa de América 2012

Aurora Intxausti
Retrato del escritor mexicano Jorge Volpi en su casa de Madrid.
Retrato del escritor mexicano Jorge Volpi en su casa de Madrid.LUIS SEVILLANO

Sus constantes viajes por el mundo le obligan a ir dejando libros en el camino. Rodeado de una pequeña biblioteca, el escritor Jorge Volpi (Ciudad de México, 1968) comparte ahora el tiempo de escritura en su casa de Madrid con Buzz Lightyear, uno de los muñecos de la saga Toy Story, en distintos tamaños, y otros personajes de animación. Volpi, cuya obra literaria ha recibido importantes galardones, acaba de recibir el V Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa por La tejedora de sombras (Planeta). “La historia de una mujer adelantada a su tiempo, sumida en una búsqueda continua de la libertad absoluta y el amor por su amante que chocaba con lo tradicional de su tiempo y ponía en peligro su vida”. Y con Carl Jung como telón de fondo.

Sobre la mesa, el portátil donde el autor mexicano guarda como un tesoro dibujos, fotografías y portadas de libros de Christiana Morgan, protagonista junto al fundador de la Clínica Psicoanalítica de Harvard, Henry Murray, de La tejedora de sombras. Una historia que ha ocupado buena parte de su tiempo en los últimos siete años. Estando de profesor en la universidad estadounidense de Cornell descubrió la existencia de Morgan (atormentada estudiante de arte y esposa de un veterano de guerra) y leyó las dos biografías que existen sobre ella. “Solicité a la Universidad de Harvard permiso para ser investigador visitante y durante ocho meses me pasé en el archivo entre cajas que escondían la vida de este peculiar personaje y la peculiar relación que mantuvo durante 42 años con Henry Murray, un ambicioso médico de Harvard”.

Dibujo de Christiana Morgan que aparece en su diario y que refleja un momento de su estado mental.
Dibujo de Christiana Morgan que aparece en su diario y que refleja un momento de su estado mental.©HOUGHTON LIBRARY, HARDVARD UNIVERSITY

En esas cajas Volpi descubrió los dibujos que realizó Morgan a lo largo de su vida (“Desde niña poseía una imaginación desbordante y padeció fuertes depresiones”), fotografías de joven de la pareja y de ellos con su mujer y marido correspondientes, de la torre donde los amantes consumaban su relación y los libros en los que ella relataba cómo debía ser la jornada amatoria. “Como si se tratase de una sonata ella escribe y prepara cada encuentro con su amante. Relata cómo debe ser la escena, qué música tiene que escuchar, qué libros deben leer. No deja nada al azar. Ambos se sienten atraídos por una fuerza que les sobrepasa, viajan a Suiza para ser analizados por Jung y Morgan sufre profundos estados de trance que se convertirán en el punto de partida de un experimento en busca del amor absoluto. Y lo viven como una especie de religión y lo tratan de llevar al límite, fuera de cualquier tipo de convencionalismos de la época”.

¿No sintió cierto temor al comprobar cómo era el personaje? “No puedo negar que era escalofriante. La depresión es una enfermedad impenetrable en la que la tristeza es imparable”, asegura Volpi.

Páginas del diario que escribió Christiana Morgan en el que alternaba sus escritos sobre su mente y relación con Henry Murray y dibujos en los que trataba de reflejar sus visiones.
Páginas del diario que escribió Christiana Morgan en el que alternaba sus escritos sobre su mente y relación con Henry Murray y dibujos en los que trataba de reflejar sus visiones.©HOUGHTON LIBRARY, HARDVARD UNIVERSITY

A pesar de la dramática historia de amor que viven los personajes, el autor de libros como En busca de Klingsor reconoce que aunque en su nueva novela habla de un amor atormentado “está cargada de lirismo”. “Necesitaba cerrar este libro con una escritura más poética”. Y es en su anterior obra, Leer la mente (Alfaguara), donde Volpi entrelaza ciencia y literatura y demuestra que “todos somos ficciones y que la literatura es una de las claves de nuestra identidad individual”.

Este año Jorge Volpi tiene previsto quedarse en Madrid e iniciar de nuevo una novela larga. “Me apetece mucho y tengo el tiempo suficiente para desarrollar una obra de larga duración”. En 2013, el escritor mexicano se marchará a la Universidad de Princeton como profesor invitado para impartir un curso sobre Literatura Latinoamericana.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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