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Ponga un ‘coach’ en su vida

La 2 estrena hoy ‘¡Convive!’, un programa que da pautas para la conciliación familiar Auge de los formatos que mezclan testimonios y realidad

Rosario G. Gómez
Toñín, en la imagen, y su esposa Blanca protagonizan el primer capítulo de '¡Convive!'
Toñín, en la imagen, y su esposa Blanca protagonizan el primer capítulo de '¡Convive!'

Enseña a cocinar, a perder peso, a ser un buen jefe, ayuda a ahorrar en tiempos de crisis, a adiestrar perros huraños y a educar hijos conflictivos. Ahora la televisión se propone que los españoles cambien sus hábitos de vida y aprendan a conciliar dentro de la familia. En esta tarea se ha embarcado ¡Convive!, un espacio que hoy estrena La 2 (20.00). Con este formato, la cadena estatal se adentra en el género del reality coach, que viene a ser un híbrido de los programas de testimonios y de telerrealidad. Un cóctel con ingrediente de El diario de Patricia y Operación Triunfo. La fórmula es sencilla: gente con problemas que va a la tele a contarlos esperando una solución.

¡Convive! tiene como reto la conciliación dentro del hogar y el reparto equilibrado de las labores domésticas. El programa se apoya en estadísticas demoledoras: en el 95% de los casos es la mujer la que asume la doble tarea de atender el trabajo y la casa. Toñín, el protagonista del primer capítulo, se encuadra en ese porcentaje. “Tenemos asignado un rol: el campo y las ovejas son mías y las labores de la casa suyas”, mantiene este agricultor extremeño, de 30 años, al referirse a Blanca, su esposa. Ella trabaja en una residencia de ancianos, atiende la casa, cuida de su hija y se queja de Tonín: “No le he visto nunca haciendo la cama”. En este escenario, los coach David Suriol y Miguel Janer llegan al rescate. Lo hacen con un catálogo de recetas para repartir las tareas. Su misión es dar pautas para que la pareja negocie. En una pizarra van apuntando las actividades que corresponden a cada uno.

El programa 'Sex Academy'.
El programa 'Sex Academy'.

“Queremos reflejar que la conciliación familiar o laboral tiene normalmente un apellido: ‘femenino’. Pretendemos que ese apellido sea ‘masculino’ y que los hombres empiecen a asumir responsabilidades y se llegue a la igualdad”, dice Suriol. No es frecuente ver este tipo de formatos en la televisión estatal. Pero este empresario y escritor tiene una explicación: “El mensaje de la igualdad afecta a todo el mundo. Y es un mensaje de servicio público. No buscamos audiencia sino hacer pensar a la gente. ¡Convive! no es un reality coach creado para reírse de la gente o para generar escándalos”.

Producido por Global Set, este espacio se une a formatos ya conocidos por el público como Supernany, Hermano mayor, El campamento, Ajuste de cuentas, Soy lo que como o Sex Academy. “No planteamos un cambio de roles en el seno de la familia, sino que compartan las tareas. El programa se basa en que un extraño, una tercera persona, vea cómo se comportan día a día y les oriente”, afirma Belén Giménez, productora ejecutiva de Global Set. Una característica del programa es que los protagonistas se comportan como son. “Nada está ficcionado”, recalca Giménez.

El abanico de familias que participan en ¡Convive! es policromo. Las hay numerosas y también sin hijos, de campo y de ciudad, jóvenes y de mediana edad. Hay incluso una pareja homosexual y un chaval que vive con sus padres. “No hemos encontrado hombres que lleven la casa y sea la mujer la que ayuda”, apunta Suriol, quien deja claro que el programa no es un ataque a los hombres. De la observación concluye que “a veces no hacen nada porque la mujer ha tomado el territorio de la casa como propio”.

El 'reality' 'Hermano mayor'.
El 'reality' 'Hermano mayor'.

Con esta oferta, La 2 ensaya un género consolidado en las cadenas privadas (y además, le sale a coste mínimo, ya que está patrocinado por Pascual) y especialmente en Cuatro, donde Hermano mayor, por ejemplo, está ya inmerso en la cuarta temporada. “Nos zambullimos de lleno en la vida de los adolescentes conflictivos. Un coach, con el respaldo de una psicóloga, da pautas para solucionar los problemas”, comenta Ana Cueto, directora de I+D de Plural Entertainment, productora que ha adaptado el formato francés. “Los realitys se basan en la observación de lo que ocurre. Los reality coach dan un giro: examinan el conflicto y ofrecen pautas”, dice Cueto.

El director general de Cuarzo, Pedro Rodríguez, distingue entre dos tipos: el autoconclusivo (en cada capítulo se presenta un caso y se resuelve) y el colectivo de recorrido (se hace un seguimiento durante varios episodios y al final se arbitran las respuestas). A esta segunda categoría pertenece Sex Academy, que Cuarzo produce para Cuatro. “Es un formato híbrido: los profesionales ayudan a la gente a solucionar un problema determinado y, al mismo tiempo, se desarrolla en un aula”, dice Rodríguez, que ve en el reality coach una vertiente divulgativa. “Plantean una diversidad de problemas que afectan a mucha gente. La clave es que una parte de la audiencia se vea identificada en el conflicto que se muestra”.

El campamento, de origen británico y con cinco premios Emmy, es otro ejemplo de coach colectivo. “Agrupa chavales con perfiles diferentes que requieren terapias específicas pero con un problema común: la falta de límites”, dice Cueto. “A partir de estos modelos Plural creó Hijos de papá, cuyos protagonistas eran chicos acostumbrados a gastar dinero que los sacamos de un entorno de confort y los introdujimos en el mundo rural”.

¿Y ahora, hacia dónde evolucionará el género? Rodríguez percibe que pivotará en torno a los problemas de la calle. “El adolescente problemático es un arquetipo que existe, una realidad. Como lo son los niños insoportables”. Donde haya un menor así, allí estará Supernany.

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