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EE UU, contra el cartel editorial

El Gobierno demandará a Apple y a cinco de los principales sellos por fijar el precio de los libros electrónicos

Un cliente en la librería Barnes & Noble de Emeryville, California.
Un cliente en la librería Barnes & Noble de Emeryville, California.GETTY IMAGES

El Departamento de Justicia de Estados Unidos se dispone a demandar al titán informático Apple y a cinco de las principales editoriales de ese país por considerar que formaron un cartel que en 2010 conspiró en secreto para aumentar el precio del libro electrónico, ante la competencia de Amazon y su lector Kindle, según reveló esta semana el diario neoyorquino The Wall Street Journal.

Aparte de Apple, el Gobierno de EE UU prepara una demanda contra las casas editoriales Simon & Schuster, Hachette Book Group, Penguin Group, HarperCollins Publishers y Macmillan. Algunas de las empresas implicadas están en negociaciones con la justicia para resolver el caso fuera de los tribunales, según personas que han tenido acceso a las investigaciones, entrevistadas por el diario estadounidense.

En el centro del caso y de la demanda se halla el modelo mismo de negocio del libro electrónico, que ha efectuado notables avances en Estados Unidos en los años recientes gracias a la introducción de nuevos dispositivos de lectura, como los modelos de Kindle, que desde 2011 se comercializan también en España. Amazon no ofrece cifras exactas de ventas, pero en un comunicado de diciembre dijo que registraba ventas de un millón de dispositivos por semana.

La prominencia de Amazon en ese mercado es lo que llevó a Apple y a las editoriales a pactar en secreto una forma de cambiar el modelo de cobro para aumentar el precio del libro electrónico. El primer Kindle apareció en el mercado en noviembre de 2007. Entonces, Amazon comenzó a vender libros por 9,99 dólares, un precio sensiblemente menor al de las ediciones de papel en tapa dura y bolsillo en grandes superficies como Barnes & Noble o Border’s.

Aquello desencadenó una ola de nerviosismo entre las editoriales, porque consideraban que el consumidor se acostumbraría a un precio excesivamente barato, como finalmente ha sucedido. Ayer, los cinco libros más vendidos en el portal norteamericano de Amazon van de los 0,99 y los 7,70 dólares. La industria, sin embargo, trató de forzar un cambio aprovechando el lanzamiento en 2010 del iPad, la tableta de Apple.

Tal y como queda reflejado en una reciente biografía de Steve Jobs, escrita por Walter Isaacson, el consejero delegado de Apple, fallecido el pasado mes de octubre, quiso forzar un cambio hacia lo que denominó un modelo de agencia. “Les dijimos a los editores: ‘Iremos hacia un modelo de agencia, en el que vosotros estableceréis el precio, nosotros nos quedaremos el 30%, y sí, el cliente pagará algo más, pero eso es lo que vosotros queréis de todos modos”, afirma Jobs en el libro. “Ellos fueron entonces a Amazon y le dijeron: ‘Vais a aceptar el contrato de agencia o no os daremos los libros”.

Ese es precisamente el modelo con el cual Apple entró en el mundo de las ventas musicales con el portal y reproductor iTunes, luego ampliado a las aplicaciones informáticas con su teléfono iPhone. Ante su éxito, y según alega ahora el Departamento de Justicia en Washington, las editoriales conspiraron con la empresa de Jobs para instaurar ese modelo, de forma exitosa. Posteriormente lo impusieron sobre Amazon, que inicialmente se resistió. Finalmente dio marcha atrás al ver cómo algunos títulos de éxito eran retirados de su tienda online.

Justicia considera que Apple y las editoriales actuaron de forma pactada para acabar perjudicando al consumidor. Según el Journal, los fiscales alegarán en esa demanda que, además, la empresa que lideró Jobs llegó a un acuerdo con los editores para que no ofrecieran sus libros a un precio menor a otros portales de venta, como el de Amazon, impidiendo una competencia libre.

No son estos los únicos problemas de Apple y las editoriales en el sector del libro. En diciembre, la Comisión Europea abrió una investigación para determinar si la empresa fabricante del iPad incurrió, junto a Hachette Livre, Harper Collins, Simon & Schuster, Penguin y Verlagsgruppe Georg von Holzbrinck, en prácticas monopolísticas para aumentar el precio de los libros. Además, en agosto ya se había presentado en EE UU una demanda colectiva contra Apple y las cinco editoriales ahora investigadas por Justicia por incurrir en la misma práctica y perjudicar al consumidor.

Según un reciente informe de la consultora Juniper Research, el año pasado se vendieron en todo el mundo libros electrónicos por valor de 3.200 millones de dólares. Esa cifra aumentará hasta 9.700 millones en sólo cuatro años, indican las predicciones en ese estudio.

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