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Hitos del diseño artesanal

El libro 'Artesanía española de vanguardia', de Tachy Mora, disecciona las empresas nacionales más destacadas en el terreno de la creación manual

Trabajando el vidrio en los talleres de La Mediterránea
Trabajando el vidrio en los talleres de La Mediterránea

El éxito les llegó a algunos bastantes años antes de la crisis, como a la firma Loewe o Sagardelos, por poner ejemplos conocidos. Pero, la crisis ha acabado de convertir al conjunto de los objetos artesanales (entre los que se encuentran otros muchos menos conocidos) en una alternativa a la producción en serie y, de paso, le ha venido muy bien a un sector que estaba en vías de extinción. La periodista Tachy Mora, muy vinculada siempre al campo del diseño, acaba de publicar el libro Artesanía Española de Vanguardia, editado por la Fundación Española para la Innovación de la Artesanía (Fundesarte), donde cuenta la a menudo desconocida y sorprendente trayectoria de las empresas españolas que producen artesanalmente y cuyos objetos excelentes viajan por el mundo.

Las 22 empresas de las que habla el libro, que incluye grandes imágenes de piezas que en algunos casos han estado plantadas durante décadas los hogares de medio mundo (piensen en Lladró, ahora reinventada en parte por Jaime Hayón), abarca varios campos de actividad: cerámica, forja, textil, joyería, marroquinería, madera… , dejando claro que la artesanía no está alejada ni de la innovación ni de las nuevas tecnologías. Y, aun así, tienen ese algo intangible que la autora denomina sentimiento. “Hay una parte de consumidores que se han hartado de tener todos la misma casa, como pasa con Ikea o Hábitat, y revaloriza las cosas hechas a mano”, dice la autora. “Es una tendencia que viene del hastío del consumo y un sentimiento que aprecia las cosas artesanales”.

Como la artesanía contemporánea es muy variada, la autora ha agrupado a las empresas en tres bloques. Empieza con el titulado Excelentes, que como su nombre indica se dedican a la “alta artesanía”, con objetos hechos con materiales casi preciosos y que exigen una manipulación complicada. Están por ser punteras como Loewe o Lladró; por innovadoras o porque tienen una larga trayectoria como el joyero Enric Majoral o Cerabella, que desde 1862 se dedica a fabricar velas una por una y ha colaborado con Mariscal, Tusquets o Sybilla. Cerámica Cumella (autora de a celosía del pabellón de España en la Expo Universal de Aichi, de Alejandro Zaera), la empresa textil Teixidors con un historial de empresa comprometida y las lámparas de Arturo Álvarez cierran el capítulo de las excelentes.

La conocida casa de zapatos Vialis forma parte del capítulo Nuevas Propuestas, que pueden serlo por la fórmula de negocio, por los productos o por trayectorias curiosas: Sagenceramics, una antigua fábrica valenciana que para competir se inventa una nueva marca con distinta imagen; La Mediterránea, dedicada al vidrio en serie tuvo que cerrar por la crisis y ha vuelto a abrir con una nueva distribución y producción artesanal. En este apartado están las novedosas por el producto como Isobre (que crearon la funda para el iBook), Luzifer Lamps (de lámparas artesanales), la textil Peseta, el ceramista Apparatu o Marre Moerel, cuyos diseños son una mezcla de esculturas y objetos funcionales.

Colaboraciones y proyectos es el último apartado que incluye ideas que sirven para apoyar a artesanos locales (Proyecto Revival, Oficis Singularis, Artesanía & Diseño), las que han puesto en valor algunos oficios o las que actualizan el producto. Por ejemplo, La Alpujarreña, que hacen alfombras artesanales trabajando, en los últimos tiempos, con artistas, como hace también Bonestil, dedicada a mobiliario con fibras vegetales ligada al diseñador Ximo Roca, y la alfarería Tito, de gran tradición familiar pero investigando y recuperando técnicas antiguas.

Cierra el libro, la empresa Sagardelos, que sigue haciendo desde 1806, con etapas gloriosas y otras cerrada por pleitos familiares, la misma porcelana ligada a la cultura visual de Galicia, con una línea abierta a artistas y diseñadores, entre otros, Ailanto y El Último Grito.

Todos ellos objetos sobresalientes, bellos y audaces, que como dice la autora tocan el corazón. Y algo mucho más prosaico: 60.000 empresas del sector artesanal dan trabajo a 200.000 personas y representa el 0,4% del PIB. Y encima son objetos que nos recuerdan lo vivido.

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