El encierro mental de un individuo

Las clases que impartía Luis Leante (Caravaca de la Cruz, Murcia, 1963) antes de ganar el Premio Alfaguara 2007 por Mira si yo te querré han quedado, al menos de momento, en el olvido y se ha lanzado de lleno a la escritura “es lo que había querido hacer toda la vida hasta que llegó la suerte y cambió mi destino”. Un destino que le ha permitido publicar Cárceles imaginarias (Alfaguara) una obra en la que a través de una historia que atraviesa los siglos XIX y XX aborda “las cárceles que el ser humano tiene en su cabeza, que no se perciben y que nosotros mismos nos imponemos, porque desde nuestra mente podemos llegar a convertimos en nuestro peor enemigo”.

Leante ha querido trasladar al lector al siglo XIX, al periodo en el que los movimientos anarquistas estaban en pleno auge en Barcelona y que el protagonista Matías Ferré, sumido en una honda depresión por la muerte de su compañera, comience a investigar en la vida de Ezequiel Deulofeu, presunto autor del atentado anarquista del Corpus en Barcelona en 1896. La bomba, que lanzó contra las autoridades, costó la vida de 12 personas y causó medio centenar de heridos. "Ambos personajes, tanto el del presente como el del pasado eran difíciles de construir. Ferré necesita revivir los demonios del pasado que le atormentan y le angustian. Vive, en cierto modo, de una manera masoquista, atormentado por las circunstancias que le han tocado en suerte. Gracias al encuentro con un amigo de su compañera decide ponerse a investigar y escribir un libro".

El escritor murciano es de los que sostiene que las cosas que le suceden a uno son fruto del azar: "Somos resultado de él. Cuando tomamos una decisión lo hacemos sin premeditación. No creo que nuestra vida esté marcada de antemano, sino que es el destino el que te lleva a tomar un camino u otro".

Tal y como le ocurre al protagonista Matías Ferré, el creador de este personaje sostiene que "las cosas transcendentales son las que nos llegan sin que lo estemos esperando y las menos importantes son sobre las que decidimos. Las casualidades terminan marcando tu vida". Antes de ganar el Premio Alfaguara, Leante se dedicaba a impartir clases y escribir relatos, poesía, ensayo y guiones cinematográficos. "El cambio en mi vida diaria fue brutal pasé de vender 150 libros a 150.000 y ser traducido a una veintena de idiomas. Nunca pensé que una novela me llevase a poder dedicar mi tiempo a leer, escribir y viajar. Antes tardaba seis años en poder publicar un relato después de dos borradores y ahora lo hago en dos años y después de haber pasado la criba de tres o cuatro borradores. Con el tiempo he ido ganando en frescura y agilidad".

Leante, que ha impartido clases durante muchos años, asegura que los planes de estudio de los últimos años "han sido un fracaso absoluto. En España, llegamos tarde en la mayoría de las ocasiones. Cuando en países como Alemania o Francia habían sido abandonados por el nefasto resultado los ponemos nosotros en funcionamiento. La Universidad ha perdido la esencia de lo que debería ser y se ha convertido en un centro de manufactura. Se ha desvirtuado su verdadera esencia y el placer por el saber y la reflexión son inexistentes".