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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Caballos

"Hay pocas experiencias tan hermosas como mirar a un caballo correr. La presencia de este animal en las expresiones artísticas es constante"

David Trueba

Hay pocas experiencias tan hermosas como mirar a un caballo correr. La presencia de este animal en las expresiones artísticas es constante y tan destacada como para que el actor Jean Rochefort, uno de esos alegres-tristes maravillosos actores de la mejor generación que dio la interpretación en Francia, reúna en un libro grandes pinturas con el caballo como protagonista bajo el título de El Louvre a caballo. Aficionado de siempre, propició que en su cuadra se produjera el primer transplante de embrión equino de Europa. El cine nació con la serie de fotografías que Eadweard Muybridge tomó a un caballo al galope para demostrar que en su movimiento llegaba a levantar las cuatro patas del suelo al mismo tiempo. De ese experimento fundacional a la última película de la franquicia Spielberg, el caballo ha sido protagonista en joyas como El corcel negro, El último caballo o Los Misfits.

David Milch, creador de una de las grandes series de esta nueva era televisiva, el western Deadwood, y que se forjó escribiendo capítulos de la magistral Hill Street Blues, está detrás de Luck. Tras fracasar con John from Cincinnati, ha conseguido involucrar a Dustin Hoffman y Nick Nolte como cabezas de cartel de una serie sobre apostadores y carreras. Para el primer episodio contó con la dirección de Michael Mann, que luego se limita a ser productor ejecutivo. Su nombre garantiza espectacularidad, pero también ciertos excesos visuales. Oscura y con vertientes inescrutables en sus capítulos iniciales, promete enganchar cuando nos envuelve en la pasión de cuatro apostadores venidos a menos, cuando posa la mirada en las cuadras y los cuidadores latinos o en el agente de jockeys tartamudo que interpreta Richard Kind, y genera serias dudas cuando abusa de las poses crepusculares de Nolte.

El espectáculo de Hoffman, cargado de enigmas y recién salido de presidio, y Denis Farina como su fiel guardaespaldas, se combina con las carreras de caballos, los jinetes que azuzan y lesiones estremecedoras. A partir de hoy lunes en Canal +, que disfruta de su acuerdo con HBO, veremos crecer esta trama contenida y pausada que tiene el lujo del caballo de carreras como actor invitado y el hermoso hipódromo de Santa Anita en Arcadia, California, como decorado principal.

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