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Por fin llega el calor a Berlín

'Solo el viento' retrata la discriminación racista en Hungría, y 'Clemencia' explora los dilemas morales de una pareja sumida en la oscuridad noruega

Birgit Minichmayr y Juergen Vogel, los protagonistas de 'Clemencia'
Birgit Minichmayr y Juergen Vogel, los protagonistas de 'Clemencia'

El largometraje Solo el viento ha entrado esta mañana en la carrera por el Oso de Oro de 2012. En la coproducción centroeuropea dirigida por el húngaro Benedek Fliegauf, una familia de gitanos tiene que convivir con el miedo en un pueblo perdido de Hungría. En un pueblo cercano, alguien acaba de asesinar impunemente a otra familia. Aunque no se conocen los autores del crimen, la familia de Mari (Katalin Toldi) sabe que murieron porque eran gitanos. El racismo y la exclusión, pero sobre todo el miedo, determinan la existencia de la limpiadora y de su familia. Sobrevive en la pobreza con sus dos hijos pequeños y el abuelo enfermo, mientras el marido busca fortuna en Canadá. Los temores latentes de los protagonistas se agravan con las humillaciones y la discriminación diarias ante la indiferencia de los vecinos.

La actriz Toldi ha contado que ella también sufrió discriminación racista en Hungría, donde la situación de los gitanos en algunas regiones es extremadamente precaria. Es el primer largometraje en el que participa. El director Fliegauf ha explicado que, si bien se inspiró en la brutal serie de asesinatos racistas acaecidos en Hungría entre 2008 y 2009, su película no es un documental. Las “imágenes y los sentimientos” salidos de aquellos crímenes le empujaron a rodar su drama. Como ya hizo en películas anteriores, Fliegauf escoge actores que nunca habían actuado en cine ni en teatro. En Hungría provocó alguna polémica que el filme obtuviera subvenciones directas del Ministerio de Justicia, fuera de los cauces comunes de financiación cinematográfica. Unos lo valoran como el reconocimiento de un grave problema por parte de las autoridades. Para sus críticos, en cambio, el Gobierno conservador de Viktor Orbán solo intenta atajar la pésima imagen exterior de su fallida política de integración de las minorías gitanas.

El penúltimo día de competición ha seguido con la alemana Clemencia, el tercer filme a concurso que juega en casa. Es la historia de un matrimonio alemán que reside en Noruega, en un lugar oscuro donde el sol no sale durante meses y el frío apenas recula en las estaciones cálidas. Maria (Birgit Minichmayr) atropella a algo o a alguien en ese lugar inhóspito en el que apenas se están aclimatando. Opta por fugarse de la escena del accidente, que no tiene consecuencias legales. Entonces empiezan sus dudas morales y se agrava el distanciamiento entre ella y su esposo Niels (Jürgen Vogel). El publico ha recibido el drama de Matthias Glasner con un aplauso.

Mientras los berlineses y cientos de turistas hacían hoy cola ante los cines en uno de los días más calurosos de lo que va de mes, los sindicatos de transportes de Berlín anunciaban una huelga en los trenes de cercanías para el sábado. Habrá que ir andando a la entrega de premios.

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