Jónsi, de Sigur Rós, se 'ñoñifica' para Cameron Crowe

La banda Sigur Rós cumplió el pasado 4 de enero 18 años. “Es muchísimo tiempo, da un poco de vértigo pero mientras sigamos estando a gusto seguiremos haciendo música”. Lo dice Jónsi, su cantante, ese personaje difícil de clasificar porque en cierto modo, recuerda más a un ser de otra galaxia que a un ser humano. El encuentro con el líder de una banda ante la que hace ya años que se rindieron tanto el planeta musical como el mismísimo Hollywood (los temas de Sigur Rós han aparecido en decenas de filmes) se produce en diciembre en un hotelazo neoyorquino donde precisamente se ha convocado a algunos miembros de la élite del cine: Scarlett Johansson, Matt Damon y Cameron Crowe, protagonistas y director respectivamente de la película We bought a zoo, que se estrenó en España con el título Un lugar para soñar el pasado 30 de diciembre y cuya banda sonora firma precisamente Jónsi.

La mitad de los periodistas que llenan la habitación en la que este islandés acaba de entrar no tienen ni idea de quién es. Empezamos mal. Él sonríe, se sienta y proyecta hacia los presentes un par de ojos azul hielo que se funden en el azul de su camiseta, creando una inquietante sensación, acentuada por la extrema palidez de su rostro y la imposibilidad de mirarle tranquilamente de frente porque uno de sus ojos es independiente y va por libre. Con un corte de pelo tipo kale borroka, pantalones rotos y camisa colorida sobre la camiseta, Jonsi está a años luz del contexto en el que nos encontramos, una promoción por todo lo alto de una película familiar made in Hollywood.

Y eso es precisamente lo sorprendente, ¿qué hace Jonsi firmando (espléndidamente por cierto) la banda sonora de una película de corte familiar? Aunque quizás habría que preguntarse antes… ¿qué hace Cameron Crowe, el director responsable de ese peliculón sobre música, músicos, periodismo musical y sus vicisitudes titulado Almost famous, dirigiendo una de las películas más ñoñas del año?

El propio Jonsi se ríe cuando se le pregunta al respecto. “No lo sé pero acabo de hacerle la banda sonora al corto de otro amigo y también era una película familiar, igual me estoy especializando en el género”. Lo dice en broma, aunque no se note mucho porque hay momentos de su encuentro con la prensa en que bromas o conceptos parecen perderse en la traducción (lost in translation).

We bought a zoo es la historia de un hombre (Matt Damon), padre de dos hijos, que pierde a su esposa y trata de reencontrarse a sí mismo comprando un zoo en ruinas que gestiona una chica guapísima (Scarlett Johansson). Un dramón en toda regla que Crowe ha hecho por encargo y del que lo mejor, sin ninguna duda, es la música. Porque además de la que ha creado Jónsi, apenas hay silencios en una banda sonora cuyos inquilinos de lujo son Wilco, Tom Petty, Bob Dylan, Cat Stevens, Neil Young, Mike McCready y muchos más. Pero… ¿cómo llegó exactamente Jónsi a componer su primera banda sonora?

“Una noche estaba en Reikiavik tirado en casa viendo la tele y pusieron Almost famous. No la veía hace años y al terminar, entusiasmado, le escribí un email a Cameron Crowe para felicitarle por ella. Al día siguiente me contestó y me dijo que estaba preparando una película y que si me apetecía ponerle música. Como era algo nuevo y era Cameron Crowe inmediatamente dije que sí”.

Dice que la experiencia le ha gustado “en exceso”, es decir, que quiere hacer más. “A lo mejor ha resultado tan placentero porque Cameron es un tipo muy abierto y me ha dejado hacer lo que me ha dado la gana. Yo no tenía ni idea de cómo se hacía pero él me ha permitido ser completamente anti-ortodoxo y hacerlo a mi manera. Sin duda quiero repetir”. Jónsi reconoce que ha sido mucho más complicado de lo que esperaba. “Cuando tocas en un grupo, o en solitario, te puedes encerrar y pensar sólo en lo que estás haciendo. Pero componer para el cine significa atender a muchas cosas, tienes que pensar en cada personaje, en cada escena, es un mundo mucho más complejo que componer para tus propios discos”.

Pese a llevar casi dos décadas de forma profesional en la música, Jónsi aún no sabe leer partituras, sigue funcionando a oído, así que para los arreglos musicales buscó ayuda: Nico Muhly, ese compositor neoyorquino al alza y al que hoy recurre todo el planeta independiente, desde Antony Hegarty a Rufus Wainwright.

El resultado tiene sabor islandés, es decir, sí, recuerda a Jónsi y recuerda a Sigur Rós, de los que también se ha incluido el clásico Hoppípolla. Pero dado el tono de la película, con múltiples momentos lacrimógenos, esos temas, que en el contexto de un concierto te podrían transportar a lugares etéreos e irreales, escuchados en el contexto de la película se ñoñifican. (Consejo para fans: compren la banda sonora y eviten el filme).

Cameron Crowe, que filma todas las escenas de sus películas con música para que los actores entren en el estado de ánimo que él quiere darle a cada momento, utilizó a menudo en el set la música de Sigur Ros, que según Jónsi, lanzará su próximo disco en marzo. El cantante, que en 2010 realizó una incursión en solitario con su álbum Go, de sonidos más coloridos que los que impregnan su banda, dice haber aparcado de momento su carrera en solitario para volver a centrarse en Sigur Rós. “Le tengo mucho cariño al grupo. Me importa. Supongo que hemos conseguido sobrevivir tantos años porque somos cuatro tíos que cuando estamos en Islandia hablamos poco. Nos vemos para ensayar y ya. Luego nos toca estar juntos sin pausa durante las giras. Pero lo de dosificarnos creo que ha ayudado mucho”.