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VIDEOGALERÍA

Viaje a la filmografía de un poeta

Repasamos en imágenes la trayectoria de Theo Angelopoulos, el director griego fallecido ayer con 77 años

Theo Angelopoulos falleció anoche con 77 años. El director griego deja tras de sí una larga trayectoria cinematográfica de la que se pueden destacar varias etapas.

En 1975 El viaje de los comediantes recorría la historia griega desde la víspera de la Segunda Guerra Mundial hasta 1952 a través de las vicisitudes de una compañía de actores que viaja por el país, de pueblo en pueblo, a lo largo de esos 14 años. 

O Megalexandrós era el titular original del filme que en 1980 llegó a España como Alejandro el Grande. En él, Angelopoulos retrataba las vivencias de Omero Antonutti, un bandido macedonio del siglo XIX que estaba convencido de ser la reencarnación del mítico general. Aquellos que entiendan griego abajo tienen una secuencia de la versión original del filme.

Seguramente El apicultor (1986) sea una de las piezas claves del puzle que Angelopoulos deja en herencia a los aficionados del cine. O melissokomos (titular original) seguía a Marcello Mastroianni (el apicultor Spiros) en su viaje del norte al sur de Grecia en compañía de sus abejas.

Otro viaje, esta vez el de dos niños griegos en busca de su supuesto padre, protagoniza Paisaje en la niebla, de 1988. El tren al que se suben los pequeños, en una ruta por Alemania, llevó a Angelopoulos directo hasta el León de Plata al mejor director en el Festival de Venecia de ese año. 

Marcello Mastroianni vuelve a ser dirigido por Angelopoulos en El paso suspendido de la cigüeña (1991). El italiano interpreta a un político griego dado por desaparecido desde hacía tiempo y que se acaba encontrando el periodista Aléxandros (Gregory Carr) en su viaje hacia el norte de Grecia por un reportaje. La película fue nominada a la Palma de Oro en Cannes.

Más carretera y más viajes en La mirada de Ulises, que en 1995 recibió el Gran Premio del jurado del festival de Cannes. Un director griego, exiliado en los Estados Unidos, vuelve a su país y empieza una ruta que le lleva a Albania, Macedonia, Rumanía y finalmente a Sarajevo, en Bosnia Herzegovina.

Tonino Guerra escribió a cuatro manos con Angelopoulos varios de los guiones de sus filmes. Pero la que recuerda con especial placer es La eternidad y un día, que en 1998 se llevó la Palma de Oro en el Festival de Cannes y que se adentra en las últimas jornadas de la vida del escritor griego Alexander. 

En 2008 Angelopoulos volvió a recurrir al metacine en El polvo del tiempo, la historia de un director estadounidense de origen griego que está rodando un filme sobre sus padres.

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