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El archivo de la 'superagente'

En el epicentro del 'boom'

Confesiones y luchas de egos salpicaron la relación de Balcells con los escritores latinoamericanos

Tereixa Constenla
La agencia guardó ejemplares de todas las ediciones de las obras del Nobel colombiano, uno de los autores más traducidos del mundo. Esta es la cubierta de la versión coreana de Crónica de una muerte anunciada. Hay 700 cajas con la llamada "biblioteca secundaria" de García Márquez en el fondo Balcells.
La agencia guardó ejemplares de todas las ediciones de las obras del Nobel colombiano, uno de los autores más traducidos del mundo. Esta es la cubierta de la versión coreana de Crónica de una muerte anunciada. Hay 700 cajas con la llamada "biblioteca secundaria" de García Márquez en el fondo Balcells.ARCHIVO BALCELLS (AGA)

Sus talentos explotaron más al unísono que sus formas y sus ideas. El caso es que se convirtieron en uno de los fenómenos literarios cumbres del XX: el boom latinoamericano. En el epicentro estaba la catalana Carmen Balcells. Un solo nombre, Gabriel García Márquez, le habría bastado para enriquecerse y hacerse un hueco en la historia. Pero Balcells tuvo el olfato de ficharlos a casi todos: Mario Vargas Llosa, Pablo Neruda, José Donoso, Augusto Monterroso, Miguel Ángel Asturias, Isabel Allende, Mario Benedetti, Julio Cortázar, Jorge Edwards, Juan Carlos Onetti o Augusto Roa Bastos. Entre las referencias a derechos, tiradas y proyectos, los escritores van desgranando en sus cartas grandezas y miserias.

MARIO VARGAS LLOSA "Harto de dar clases"

El 24 de marzo de 1970, el peruano Vargas Llosa nombra agente a Carmen Balcells. Antes ya mantenían un contacto fluido, a tenor de las desnudas confidencias que le hace el escritor, frustrado por no poder dedicarse en exclusiva a escribir. "Ocurre que cada día estoy más harto de dar clases y de vivir como un gitano, y cada día más dispuesto a llegar al asesinato para poder mandar al diablo los trabajos alimenticios y dedicarme solo a escribir", le contaba desde Puerto Rico el 25 de marzo de 1969.

Tras haber publicado La ciudad y los perros (1963), traducida casi de inmediato a una veintena de lenguas, y La casa verde (1966), Vargas Llosa se enfrenta a una de las peores calamidades de un novelista en mayo de 1969. "Ocurrió una espantosa tragedia. La mitad de la novela que debía estar ya en manos de Carlos anda extraviada en algún lugar del mundo por culpa de una irresponsable azafata de Eastern Airlines. Tengo otra copia felizmente pero tú imagínate si con este precedente me voy a atrever a empaquetarla y despacharla. Fuera de eso me parece de mal agüero que el manuscrito esté siendo manoseado y ojeado por forasteros". Lo más factible es que se trate del texto de Conversación en La Catedral, publicada ese mismo año y a la que alude reiteradamente en las cartas enviadas a su agente durante 1970 desde el King's College de Londres. Poco después se escinde Seix Barral. Vargas Llosa tiene claro a qué bando apuntarse: "Yo fui publicado gracias a Carlos, y a su empeño y a su fe en mí se debe en gran parte lo que les ha ocurrido a mis libros". Es un año vital para el peruano: "No olvides que he renunciado al Kings y que a partir de julio dependo solo de los libros para sobrevivir".

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ Robo en el hotel

Es probable que la estrecha y larga amistad entre el Nobel colombiano y la agente catalana haya dado más de sí de lo que figura en el archivo vendido a Cultura. Balcells se ha reservado originales de libros y cartas que estima demasiado como para deshacerse de ellos. Eso puede explicar la escasez de cartas personales entre ambos existentes en las cajas de Hispanoamérica, pese a la abultada correspondencia profesional que se genera entre ambos debido al éxito mundial de las novelas de García Márquez. En la agencia se va creando la llamada biblioteca secundaria de García Márquez: 700 cajas con ejemplares de todas las ediciones de sus obras en el mundo. Balcells le informa el 23 de agosto de 1973 de la mudanza de la oficina. "He tomado la decisión de cambiar de oficina y tengo un tembleque incontenible de haber tomado una decisión de tal naturaleza sin tu bendición. Desearía que pudieras ver el piso y saber si te gusta". Le pide "como favor especial" que lea la novela de Luis Goytisolo, Recuento. "Si te gusta te pediré una frasecita...". La agencia gestiona las innumerables invitaciones que recibe el escritor, parte de las cuentas y tarjetas y, por supuesto, todos los negocios relacionados con los derechos de autor. En el archivo se pueden leer también detalles del robo que sufrió el escritor el 14 de octubre de 1985 en el hotel Princesa Sofía de Barcelona. Su esposa, Mercedes Barcha, presenta una denuncia en comisaría, por la sustracción de anillos, collares, pendientes, un bolso de viaje con pasaportes (recuperados finalmente) y una caja con 10 discos de computadora con la última novela inédita, sin corregir, del Nobel. El valor de lo robado es de ocho millones de pesetas. Desde la agencia se envían libros al escritor durante sus estancias a La Habana. Uno de los lotes: Orlando, Memorias de Adriano, Biografía de Lorca (Gibson), Vidas de filósofos de Diógenes Laercio. Hay notas manuscritas de Gabo y de su esposa, que las firma como "Gaba".

PABLO NERUDA "Ese editor sueco es un fresco"

El poeta chileno da poderes a Carmen Balcells el 29 de octubre de 1971. Mientras ocupa la embajada en París, parte de la correspondencia se realiza a través de su secretaria. A través de ella escribe el 18 de noviembre de 1971: "Estimada señora Balcells: Me es muy grato dirigirme a usted por encargo del señor embajador para decirle. 1. Que el adelanto le parece exiguo. 2. Que la cláusula sobre ediciones fuera de USA no debe incluir cesión de derechos ni pagar a la editorial". En diciembre de ese año, la agente le informa de que Tàpies ilustrará una edición de Veinte poemas... Neruda es consciente de los enredos de su representación. En una carta manuscrita desde su refugio en Normandía admite el 6 de marzo de 1972: "Ya sé que mi representación te da incalculables trabajos. Perdona. Pero creo que cuando se desenrede la madeja todo será más fácil. Por ahora haré solo lo que tú hables mejor para mí. Aunque haya apelaciones, estas serán redirigidas a ti". Apenas un mes después, el embajador confiesa: "Tus cartas en el sentido de horrorizarme sobre mis anteriores compromisos no cumplen su objetivo porque ya estoy bastante horrorizado (...) Mientras duren los entuertos que tendrás que ir arreglando poco a poco, tendrás que tener un pellejo de rinoceronte. Ese editor sueco es un fresco de marca mayor. Se comprende que esa concesión que hice para la traductora era por una sola vez y lo demás es sencillamente estafa. No es el único editor que merecería ser procesado. Te recomiendo que a Bellini lo trates con guante de seda. Estoy de acuerdo con tu porcentaje y tu control, pero debes recordar que él nunca me quiso cobrar porcentaje, a pesar de mi insistencia. Esto merece un trato especial". Balcells prosigue la representación del poeta tras su fallecimiento.

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS "Nuestra palabra es mayor"

El autor de El señor presidente recibió el Nobel en 1967. Fue el primero de la larga lista de latinos en manos de Balcells que recibirían el máximo galardón literario del mundo. Además de parquedad, Asturias no parecía sobrado de humor. El 21 de diciembre de 1973 escribe desde París, donde había sido embajador durante cuatro años: "Le contesto de inmediato para que no dé usted más pasos con la editorial Lumen, que parece no darse cuenta que se trata de un libro escrito por dos premios Nobel. En principio, más por Pablo, que ya no puede opinar [Neruda fallece ese año], que por mí, no me gusta ir en una colección que se llama Palabra Menor. Nuestra palabra siempre ha sido mayor de edad".

JUAN CARLOS ONETTI "Vio a un anciano decrépito"

El escritor uruguayo cayó en brazos de Carmen Balcells a principios de 1970, aunque ambos no se conocerían hasta el verano de ese año en Montevideo. Tras el encuentro, el autor de Cuando ya no importe le escribió el 13 de noviembre: "En primer lugar es mentira. Usted nunca vio a Onetti sino a un anciano decrépito, semidestruido por los antibióticos y enfundado en una cama que los buenos novelistas calificarían de dudosa limpieza y que yo prefiero llamar mugrienta. Será para otra vez". Un año después, tras recibir la liquidación de Salvat, escribe con tierna ironía: "Acabo de recibir su carta del 5 de agosto, una de las más bellas que me haya escrito jamás una mujer". A comienzos de 1974, con la dictadura enraizando en Uruguay, la agente anima a Juan Carlos Onetti y su esposa, Dorotea Murh, a instalarse en España, algo que finalmente ocurriría: el autor murió en Madrid en 1994. Como en otras ocasiones trata de vencer los escollos económicos y, al tiempo, salvaguardar la autonomía del escritor. "Yo reitero mi ofrecimiento de ayudaros a financiar vuestra estancia en España y tened la seguridad de que en el momento en que decidierais venir, encontraría la fórmula mágica para que el dinero saliera de alguna parte, ya que no me parece conveniente hipotecarse con un editor ni venderle un libro que todavía no está terminado", escribe la agente. Onetti se demora lo suficiente para ser encarcelado durante meses en Uruguay tras haber premiado como jurado un cuento considerado pornográfico y subversivo por la dictadura. Su mujer escribe a Balcells el 19 de marzo de 1974: "Juan sigue en el sanatorio, detenido (...) Te manda un gran abrazo, anda mal (que es su estado normal, dirías tú), pero multiplicado por cien. Dios sabe qué novelón deprimente le saldrá después de esta".

Durísima negociadora

Balcells fue siempre una dura negociadora. Pelear por sus autores era pelear por su porcentaje (10%), pero más allá de eso dignificó los ingresos de los escritores, hasta entonces atados a contratos vitalicios. Este telegrama a la editorial Bruguera en 1982 es todo un puñetazo en la mesa: "Tanto García Márquez como Cela deberán percibir sus derechos íntegramente. Como está previsto en los contratos. Y no la mitad. ¿O es que los fabricantes de papel os regalan la mitad para promociones?").

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Lisboa desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera en Andalucía. Es autora del libro 'Cuaderno de urgencias'.

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