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Reportaje:

Yo también quiero ir a Cibeles

Unos 60.000 visitantes acudirán a la semana de la moda madrileña, aunque solo 30.000 podrán pasar.- Hay acreditados más de 1.300 periodistas

En los 14.000 metros cuadrados del pabellón 14 de IFEMA cabe mucha moda. Pero también cabe mucha, muchísima gente. Si se cumplen las previsiones, hasta 60.000 personas pasarán por la Cibeles Madrid Fashion Week en sus seis días de duración, es decir, unas 10.000 en cada una de sus jornadas.

Pero no todos los que pisan Cibeles llegarán a ver los desfiles en directo. En este pabellón hay dos pasarelas donde se realizan los pases, con una capacidad de entre 650 y 700 personas. Con 45 diseñadores -aunque algunos de ellos desfilan de dos en dos- hagan el cálculo: 30.000 personas verán el paseíllo de las modelos. Los otros 30.000 tendrán que quedarse fuera: en el llamado Cibelespacio.

"Los diseñadores me invitan, pero me es imposible venir a todos", dice Carmen Lomana
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La mitad de los afortunados, los que disfrutan de los desfiles en directo, se reparten en cuatro lobbies, tantos como bloques de asientos tienen los desfiles. A la derecha de la pasarela en un primer bloque se sienta la prensa. En esta edición hay acreditados 1.329 periodistas, entre fotógrafos, técnicos, cámaras, redactores y blogueros (y todavía puede sumarse alguno de última hora). En esa zona solo hay unos 180 asientos. Y en la primera fila, la más codiciada, apenas 18 o 20.

Las otras tres gradas las ocupan invitados. En el primer bloque de la izquierda, invitados del diseñador. Cada uno de ellos dispone de 180 entradas, que reparten entre amigos, clientes, compromisos... Aunque siempre hay más gente. En desfiles como el de Juanjo Oliva o David Delfín había hasta 26 personas sentadas en el front row, la famosa primera fila. Actrices, cantantes, cocineros o celebrities sin más ocupan sus localidades entre poses y sonrisas a la cámara. Como Carmen Lomana, que llegaba al desfile de Ana Locking apenas 10 minutos antes del comienzo. "Los diseñadores me invitan, pero me es imposible venir a todos". Las invitaciones llegan como un mes antes del desfile. "A los que me interesa y sé que voy a ir trato de confirmar", explica Lomana sin quitarse las gafas de sol. Sin confirmación es más complicado asegurarse un asiento en primera fila. Aunque no es su caso, claro.

Los otros dos sectores a orillas de la pasarela están ocupados por los 17 patrocinadores (que pagan el 25% del presupuesto de la pasarela), compromisos de IFEMA, algunos periodistas extranjeros o protocolo. Cada una de las marcas del evento tiene un número distinto de entradas. Las dos firmas que más aportan al evento, L'Oréal y Lancia, tienen hasta 10 asientos asignados. El resto de marcas, entre dos y cinco. Todos perfectamente señalizados con carteles. Así, los periodistas de moda indios y las corresponsales de revistas de América Latina se sientan junto a los invitados de marcas de hamburguesas o capsulas de café.

Los que se quedan en el Cibelespacio tienen que conformarse con las pantallas planas y los sofás para ver los desfiles en directo. En esta zona se acumulan los stands de algunos patrocinadores o de publicaciones de moda. El de la revista Telva atrae a los visitantes con una gran ruleta de estilo circense, y sus responsables aseguran que pasan por allí hasta 1.000 personas cada día. "Sobre todo chicas jóvenes, que vienen por los regalos", comentan. No les importa hacer media hora de cola para conseguir una tableta de chocolate, un bote de champú o un pañuelo.

Esas 30.000 invitaciones que dan acceso al espacio de Cibeles sin entrar a los desfiles se reparten también entre patrocinadores, empresas colaboradores, compromisos de IFEMA o protocolo. También para escuelas de diseño, sobre todo durante la jornada del EGO, cuando desfilarán las jóvenes promesas. Aunque las invitaciones se reparten con diferencias, claro. Mónica Pueyo, jefa de comunicación de L'Oréal París, explica que ellos disponen de unas 2.000 entradas que reparten en su oficina, entre clientes, proveedores o con distintos concursos. Otros, como los jóvenes del EGO que venden sus diseños en el Cibelespacio, tienen unos 50 pases para repartir.

Las jóvenes son las que más se prodigan. Cargadas de revistas, muchas vienen de escuelas de diseño, o han conseguido invitaciones por Internet o gracias a la madre de alguna. Otras, como Cristina, Marta, Ángela y Patricia, que desfilan palmito por la moqueta negra de IFEMA, no tienen pudor en reconocer que las han colado. El hermano de una de ellas trabaja en la organización y las ha colado. Es su primera vez, su primer día. La experiencia parece positiva. Se llevan de todo. "Cervezas, chocolate, agendas. Y nos vamos a quedar a comer por aquí a ver si vemos a alguien". Un sitio como otro cualquiera para echar la tarde del domingo.

Varias chicas pasan el rato en el Cibelespacio al no haber conseguido una entrada para ver los desfiles.
Varias chicas pasan el rato en el Cibelespacio al no haber conseguido una entrada para ver los desfiles.GORKA LEJARCEGI
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