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El libro electrónico tumba en EE UU a la cadena de librerías Borders

Cuenta con 19.500 empleados y unas 670 librerías.- Con el proceso de reestructuración deberá cerrar unos 200 locales

Borders claudica. Incapaz de sanear sus cuentas, la franquicia estadounidense pionera en el negocio de las librerías ultima el papeleo para suspender pagos, algo que podría pasar entre hoy y mañana. La suerte de la cadena se hizo evidente el pasado verano, cuando Barnes & Noble, su gran rival, dijo que buscaba comprador y que no tenía más remedio que cerrar centenares de tiendas para poder sobrevivir en la nueva era digital.

Las dos cadenas cambiaron a lo largo de los años 1990 la manera en la que los estadounidenses compraban libros, llevando sus tiendas hasta el pueblo más pequeño en la geografía del país. Pero ni Borders ni Barnes & Noble fueron capaces de adaptarse al cambio que introdujo en el negocio la tienda electrónica Amazon, que se aceleró con los lectores digitales.

El pasado 27 de enero, el consejero delegado de Amazon, Jeff Bezos, hacía un anuncio que reflejaba la nueva realidad que se vive en el mundo editorial. Las ventas de libros para el Kindle superaron en su portal a los libros de bolsillo. Ya en julio, el formato digital superó a los libros de tapa dura. Y lo más relevante, es un hito que llega antes de lo esperado.

Borders lleva años rozando la bancarrota. Pero esta vez, se le hace imposible volver a negociar con sus acreedores las condiciones de una deuda que no para de crecer. No es solo un problema de visión o adaptación a Internet, fue también un problema de gestión, que le llevó a gastar más de lo que tenía en su ansia por hacer frente al embiste de Barnes & Noble.

La cadena, fundada hace cuatro décadas por los hermanos Tom y Louis Borders, cuenta en la actualidad con 19.500 empleados y unas 670 librerías, incluidas las del sello Waldenbooks. Con el proceso de reestructuración que irá vinculado a la suspensión de pagos deberá cerrar unos 200 locales, a los que podría sumar otros 50 más. Eso se traducirá en miles de empleos perdidos.

Bajón de tarifas

Lejos quedan los años en los que los títulos de la compañía se pagaban a 40 dólares (29 euros), cuando abría casi medio centenar de librerías al año y se convirtió en la "asesina" de las pequeñas librerías locales, un sentimiento similar al que provocó Starbucks con las cafeterías. El viernes, cuando empezó a circular que la bancarrota era evidente, no llegaban a los 40 centavos (29 céntimos de euro).

Lo que está ahora por ver es si la reestructuración que emprenderá Borders le permitirá emerger de la bancarrota o si tendrá, en el caso más extremo, que proceder a liquidar el negocio para pagar las deudas. Un escenario que no descartan los analistas del sector, al fijarse que la franquicia no cuenta con casi presencia en Internet ni con un dispositivo de lectura propio.

Y es que en Wall Street ya aventuran que en 10 años, las librerías tradicionales habrán desaparecido prácticamente de la escena, como ya pasó con las tiendas de discos tras la irrupción de las descargas electrónicas a través de los ordenadores y dispositivos móviles. Borders solo podría sobrevivir si diera con un socio dispuesto a invertir y dar un vuelco a su modelo de negocio.

Un local de las librerías Borders
Un local de las librerías BordersAP
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