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Reportaje:

Héroes fuera de viñeta

El Salón del Cómic de Getxo cierra su novena edición con los autores de X-men - El público, fiel a sus personajes, pone la nota de color

Los personajes de los cómics han salido de sus viñetas por noveno año consecutivo este fin de semana. El Salón del Cómic y Manga de Getxo finalizó ayer, con una sesión de karaoke y un concurso, tres días de encuentros con renombrados dibujantes, búsquedas incesantes de "aquel número" de El Capitán Trueno, y miradas atónitas ante los disfraces de los fans del anime.

Buena parte de los asistentes, ciudadanos enfundados en sus gruesos abrigos para paliar el frío, tiran de sus hijos por la feria. Algunos charlan con los grandes del cómic, como Stuart y Kathryn Immonen ?autores de X-men de Marvel? o el premio nacional del cómic de 2008 Paco Roca.

Alrededor de quienes apuestan por su indumentaria habitual, varios guiños llevan a pensar que la realidad es otra viñeta más de un cómic. Erlantz, un joven de tan solo ocho años, despliega sus alas negras con orgullo ante los ojos de los curiosos. Va vestido de Ryuk, uno de los personajes de la serie Death Note. Su orgulloso padre, Arkaitz, explica que, a pesar de su corta edad, es todo un veterano de la feria, a la que acudió por primera vez con sólo dos meses. Mientras, Erlantz enseña una de sus adquisiciones, un muñeco del personaje que emula.

Los coleccionistas compran hasta tres veces la misma figura de un personaje
"Hay quien tiene miedo a las críticas, pero no somos 'frikis", niega una joven Héroes fuera de viñeta

No es el único. Mara, una adolescente de 15 años, explica que su atuendo, un vestido rosa con rabo y orejas de lobo, simula el de Ghoro, la diosa loba de la serie manga Spice and Wolf. Su afición al manga comenzó con una serie "normalita", Naruto, sobre un ninja adolescente hiperactivo. Su amiga Marta, que luce una peluca azul con una aureola sobre ella, asegura que hay más gente aficionada al manga de la que parece. "Muchos se esconden por miedo a las críticas, pero no somos frikis", remarcan.

Además de los personajes, otros elementos también dan un paso a la realidad. Varios dedos cortados, caras cosidas y brazos mutilados se ofrecen a los visitantes en un expositor. Simulan los de verdad, empaquetados en bolsas y con sus correspondientes etiquetas forenses. Para macabros, sus compradores: un carnicero pagó el sábado por un dedo cortado. "Bromas", matiza la dependienta.

En el puesto de Trastane, Javier Marín asegura que el primer día vendió más de diez espadas y catanas ?la única condición que pone es tener más de 16 años?, réplicas exactas de las utilizadas en las películas. La más cara costó 325 euros.

Pemi Planas, de Moby Disk, asegura que venden figuras de los personajes de cómics y películas en base a lo que se estrena en los cines. Ahora esperan el de El Hobbit, que devolverá a la actualidad a los productos de El Señor de los Anillos. Los coleccionistas compran hasta tres figuras iguales: "una, para mantenerla dentro de su caja, de coleccionista, otra para jugar y la tercera, para especular". En Ebay, figuras de 100 euros llegan a subastarse por 3.000 euros.

El pequeño Erlantz y su padre, en el Salón del Cómic y Manga de Getxo.
El pequeño Erlantz y su padre, en el Salón del Cómic y Manga de Getxo.LUIS ALBERTO GARCÍA
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