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La obra de Francisco Infante en el Instituto Cervantes de Moscú

La muestra titulada "Artefactos selectos" se inaugura mañana miércoles en la capital rusa

Pilar Bonet

El termómetro marcaba 42 grados en Moscú y la ciudad se ahogaba en el calor y el humo a principios de agosto cuando Francisco Infante y Nonna Goriunova descolgaron las obras que componían Meridiano de Nieve, la gran exposición que estos dos artistas habían inaugurado en la galería Tretiakov de Moscú en los helados días de diciembre de 2009. Todos los artefactos expuestos tenían que ver con la nieve en aquel proyecto de envergadura, que había sido ideado en Suiza y que rendía homenaje al color blanco.

Nacido en 1943 en Sarátov, como hijo de un exiliado de la Guerra Civil española, Infante tiene este miércoles una nueva cita con el público moscovita, esta vez en un formato más de cámara, en el Instituto Cervantes de la capital rusa, donde se inaugura una muestra titulada "Artefactos selectos" y se le impone la medalla de Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz.

Heredero de las tradiciones de vanguardia de Vasili Kandinski y Konstantín Malévich, Infante ha sido un punto de referencia en el arte ruso durante casi cinco décadas. Por artefacto entiende Infante la creación que surge en la mente del artista -en su caso plasmada sobre todo mediante la fotografía- al confrontar el mundo de la naturaleza (la primera naturaleza) y los objetos fruto de la actividad humana (la segunda naturaleza). Para crear sus artefactos, Infante ha jugado con los paisajes, la tierra, las piedras, el cielo, el mar, las nubes, los espejos, las figuras geométricas, los móviles.

En la muestra reunida en el Cervantes hay un total de 37 artefactos, incluido uno de los primeros, que data de 1968 y pertenece a la serie de "Juegos Suprematistas" dedicada a Malévich. También está el ciclo de los horizontes geométricos, que fueron realizados en los años noventa en España, y siete grandes trabajos del ciclo Nubes en los Cielos, que data de 2007- 2008.

Infante fue una activa figura en el mundo underground de Moscú en época soviética, cuando el realismo socialista era la doctrina oficial. Fue miembro del grupo "Movimiento" (1962-68) e iniciador del grupo de artistas e ingenieros Agro, así como uno de los líderes del arte cinético. Opina Infante que, tras haberle vuelto la espalda a Malévich, el arte ruso vuelve a sentir necesidad de este artista que ha penetrado en la vida cotidiana moderna mediante la arquitectura y hasta en la forma de las pantallas planas de televisión. "Malevich indicó en qué sentido se desarrollaría la actualidad y sus éxitos no son solo abstracción, sino la creación de una segunda naturaleza", dice.

Tanto en época soviética como ahora, Infante avirma haberse sentido libre, porque la libertad para él es una cualidad interior que cree haber poseído al margen de la política. Infante ha participado en centenares de exposiciones, entre ellas la bienal de Venecia y la Documenta de Kassel y sus obras están en los más importantes museos del mundo. Ha sido condecorado con el premio estatal de la Federación Rusa y ,como Dostoievsky, cree en la "belleza", pero a diferencia del escritor, dice no sentir el vector del futuro. Recalca que "la belleza salva al mundo" (Dostoievski afirmaba que la "salvará"). "El artista debe crear una nueva belleza y así entiendo yo los artefactos", dice.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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