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Una voz iraní por la paz y la libertad

La actriz Fatemah Motamedarya, la más famosa en Irán, lleva a Granada un mensaje de Jafar Panahi, el cineasta recientemente excarcelado

Sentarse enfrente de Fatemah Motamedarya (Teherán, 1961) es mirar cara a cara a la actriz iraní más famosa de su país con 50 películas, la que más premios nacionales e internacionales posee. Si Motamedarya paseara por su ciudad natal, la gente se arremolinaría a su paso; en Granada, a cuyo festival de cine ha asistido como portavoz del director Jafar Panahi, la intérprete charla tranquila, sin ninguna interrupción. Motamedarya es amiga íntima de Panahi, aunque curiosamente nunca han rodado juntos: "Justo antes de que entrara en prisión nos estábamos planteando una colaboración".

El sueño se frustró porque el gobierno iraní encarceló a Panahi -uno de sus cineastas más populares y de mayor prestigio internacional- el pasado mes de marzo. El 25 de mayo, tras casi 90 días en una celda, y cuando el director había iniciado una huelga de hambre y cineastas de todo el mundo le habían mostrado su apoyo, le dejaron en libertad tras pagar una fianza de 160.000 euros. Panahi iba a ser miembro del jurado de Cannes y después de su liberación el festival granadino de los cines de sur le invitó a la edición que se clausura hoy: el cineasta presidió su jurado hace cuatro años. Con el pasaporte retirado, Motamedarya trajo con ella una nota de agradecimiento de él, con frases como estas: "A pesar de las diferencias culturales, toda la comunidad cinematográfica internacional se ha unido y ha hablado con una misma voz. En los momentos más difíciles de mi encarcelación y durante mi huelga de hambre, me vi como representante de esta comunidad [...]. Por muy dulce que sea el haber dejado la prisión, me negaré a celebrar mi libertad hasta el día en que todos y cada uno de los presos políticos sea liberado".

Es extraño ver a Motamedarya, cuya talla artística sería comparable a la de Meryl Streep, no hablar de ella o de su carrera, sino de Panahi. "No me importa. Pero el problema de Panahi es el problema de todos. Si te sirvo de ejemplo, a mí me han quitado el pasaporte varias veces, la última cuando iba a Hollywood a hablar de mi trabajo. Con mi voz ahora, sencillamente sirvo de portavoz a quienes no pueden salir". ¿Temió alguna vez por al vida de Panahi? "Sí, cuando empezó la huelga de hambre. Él es de ascendencia turca, no persa, y eso le hace muy resistente... y a la vez muy cabezota. Ahí los amigos pensamos que podría fallecer; porque Jafar es alguien que cuando empieza una cosa la acaba". Ella no quiere meterse tanto en política como Panahi: "Cuando Jafar salió de prisión, le dije cárcel que no hiciera política, que hiciera películas, porque esa era su voz y su manera de llegar al mundo; que se dedicara a lo suyo, porque tiene un don, mientras que a la política se dedica cualquiera".

La intérprete siente día a día la presión del régimen: "Pero mi vida no es normal, porque soy una estrella que vive cómodamente. A mí me afecta más en mi situación profesional, en que por ejemplo no dejen que salgan al extranjero mis películas. ¿Qué si habrá repercusiones por mis declaraciones? Da igual, diga lo que diga tendré problemas a la vuelta. Mirarán mis fotos y si voy con pañuelo en la cabeza, como no soy creyente, me calificarán de hipócrita; si se me ve el pelo, me criticarán por no usarlo". Motamedarya recuerda que "los artistas son embajadores de la paz, mientras que los políticos ejercen de barrera de las libertades creativas; el régimen ha tratado de entrar en guerra con los artistas. Aunque es cierto que en todo el mundo hay una falta de comprensión entre creadores y políticos. Nosotros queremos cambiar el mundo hacia la belleza y la paz, los políticos no".

Ella nunca se exiliará de Irán, "es una elección personal". "¿Cómo resistimos? Los iraníes tomamos aire dos veces: una para respirar en el momento y la otra aspiración la guardamos de reserva para cuando nos asfixian".

Pregunta: ¿Cómo está Panahi?

Respuesta: Está bien de salud y ánimos. Soportó unas condiciones insoportables. Como yo, confía en el futuro, en los jóvenes. Ellos saben lo que quieren. Llegará el cambio.

P: ¿Qué le parecen las últimas sanciones aprobadas por la UE?

R: Las sanciones son siempre en contra de alguien. Decir "en contra de" ya es un término bélico. Espero que esas sanciones no perjudiquen a mi país.

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