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El piano es el rey absoluto

El programa de Musika-Música dedicado al Romanticismo se vuelca en el instrumento.- Dos afinadores trabajan sobre 14 unidades

"El piano y Chopin son elementos indisolubles", decía el pianista andaluz Javier Perianes horas antes interpretar una sonata del compositor polaco en el Euskaduna. "Es el instrumento que eligió para transmitir su arte, con un gran sentido de la melodía respaldado por una armonía insuperable, una música en que la mano izquierda del pianista se compara con el tronco de un árbol y la derecha con las hojas que el viento puede mover con libertad".

El festival Musika-Música 2010 conmemora el bicentenario del nacimiento de Chopin con un programa dedicado a su música y a la de sus compañeros de generación en el que reinan las composiciones para piano. Tres pianos de cola Steinway para las salas de conciertos, otro para la sala de ensayos, y diez más para que los intérpretes profesionales estudien las partituras y toquen los alumnos de conservatorios han sido instalados en el Euskalduna.

La afinación es una "entente cordial" con los gustos de cada intérprete
El festival cierra hoy sus tres jornadas, que han sumado 61 conciertos

Y los 14 pianos se encuentran a pleno rendimiento, participando en cerca del 90% del programa de 61 conciertos. En las anteriores ediciones del festival un solo afinador resultaba suficiente para mantener a punto los instrumentos.

Este año Asier Urkijo, el afinador que trabaja para la Sinfónica de Bilbao y el Teatro Arriaga, ha necesitado refuerzos. Junto a Urkijo, revisa los instrumentos después de cada concierto Jesús Ángel Arévalo. Chequean los pedales, los martillos y las teclas de una maquinaria muy compleja. "Son centenares de piezas que deben acoplarse a la perfección", explican. Y que pueden sufrir variaciones, sobre todo después de un concierto de música romántica, exigente para el pianista y para el instrumento. "La suma de la tensión de todas las cuerdas provoca una presión superior a las 18 toneladas", dicen.

Tras revisar la maquinaria, se enfrentan a la afinación, en una "entente cordial" con los intérpretes para conseguir un sonido de su gusto. Son técnicos especializados que trabajan, fundamentalmente con el oído. Ya no se ayudan sólo con el diapasón. Un aparato electrónico les ayuda a ajustar el sonido a los 442 hercios que manda el estándar con precisión absoluta. "Dejan el piano en condiciones: el pianista no tiene excusas", asegura Perianes.

Hay más que Chopin en el programa. El pianista canario Iván Martín tocó ayer, por ejemplo, el Concierto para piano y orquesta, de Schumann, con la Real Filharmonía de Galicia, de acuerdo con las instrucciones que Clara, la esposa del compositor, dejo escritas a sus alumnos.El domingoacaba el festival, que ha sumado en sus tres jornadas 61 conciertos, con varias citas importantes: continua la integral para piano de Chopin (10.45, 14.15, 16.15 y 18.00), la Real Filharmonía de Galicia, dirigida por Ros Marbá tocará un programa de Mendelssohn (12.30) y la Sociedad Coral de Bilbao cantará la Missa Choralis, de Liszt (19.45).

Los afinadores Asier Urkijo (a la izquierda) y Jesús Ángel Arévalo trabajaban el sábado en el palacio Euskalduna.
Los afinadores Asier Urkijo (a la izquierda) y Jesús Ángel Arévalo trabajaban el sábado en el palacio Euskalduna.SANTOS CIRILO
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